Por qué hay parejas que eligen no convivir y qué recomiendan los especialistas ante esta decisión

Se trata del modelo “Living Apart Together”. Expertos analizan las motivaciones detrás de esta elección, los beneficios emocionales, los posibles desafíos y las claves para preservar el vínculo desde la autonomía

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El fenómeno “Living Apart Together”
El fenómeno “Living Apart Together” crece entre adultos y jóvenes, según especialistas (Freepik)

Las llamadas parejas LAT “Living Apart Together” representan una transformación en las formas de relación afectiva. En este modelo, los integrantes deciden mantener una relación sin convivir bajo el mismo techo.

Comparten vínculo y proyectos, pero cada uno reside en su propio hogar de forma permanente. Infobae consultó a expertos para analizar qué hay detrás de estas elecciones.

La psicoanalista Rosalía Álvarez, miembro didacta de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) y de la Internacional, sostuvo: “Esta modalidad comenzó a hacerse visible en las relaciones posteriores a divorcios o separaciones, especialmente con hijos de ambos lados, evitando confrontaciones en nuevas convivencias o familias ensambladas”.

Álvarez observó que, si bien inicialmente predominaba entre personas de mediana edad, “muchos jóvenes también lo adoptan actualmente”. Además, destacó que esta forma de pareja “ya tiene historia”, aunque su visibilidad haya aumentado en tiempos recientes.

La independencia y la autonomía
La independencia y la autonomía destacan como factores en la elección de no convivir (Imagen ilustrativa Infobae)

La especialista atribuye este cambio a “nuevos paradigmas en el amor, en el sexo y en las parejas” que incluyen el desarrollo profesional y el trabajo remoto, factores que reconfiguraron la manera de estar en pareja.

En este contexto, Álvarez afirmó: “Emerge una nueva concepción de pareja, de compartir calidad de conversación, intimidad y deseo, sin rutina ni obligación”.

Anteriormente, en un artículo divulgado en Psychology Today apuntaron: “En la convivencia separada (LAT), ‘separados’ se refiere a no vivir bajo el mismo techo todo el tiempo, mientras que ‘juntos’ se refiere a la cercanía emocional. En la convivencia separada (LTA), ocurre lo contrario: ‘juntos’ se refiere a vivir bajo el mismo techo, y ‘separados’ se refiere a algunas desviaciones de la cercanía romántica típica, principalmente, la falta de exclusividad sexual. Dos ejemplos de estas situaciones son: (a) cuando las parejas continúan conviviendo bajo el mismo techo después de decidir separarse, y (b) cuando no hay exclusividad sexual".

Necesidades emocionales satisfechas en las relaciones LAT

Por su parte, el doctor Eduardo Claudio Drucaroff, exdirector de Familia y Pareja en la APA, señaló a Infobae que la modalidad LAT responde a necesidades emocionales concretas: “Al ser una relación estable, cumple la necesidad de apego seguro, sumada a la independencia y el deseo de exploración. El apego e independencia son dos caras de la misma moneda que se alternan”.

El modelo LAT responde a
El modelo LAT responde a nuevas demandas afectivas de libertad y compromiso (Freepik)

Álvarez reforzó: “Quienes eligen este formato creen y apuestan al amor, buscan compartir, desean una buena intimidad sexual sin deberes conyugales ni obligaciones impuestas”.

Para Drucaroff, una de las principales ventajas es la reducción de factores de desgaste que la convivencia suele generar. Explicó: “Disminuyen las disputas por asuntos prácticos y el desgaste de los aspectos encantadores e idealizados, permitiendo que el tiempo compartido sea de mayor calidad y más apreciado”.

Álvarez complementó que la rutina “suele tener mala prensa”, pues “mata el deseo y el amor”. Y describió: “En el modelo LAT el individuo puede estar con el otro cuando realmente lo desea, tener intimidad si hay ganas, cocinar solo cuando tiene tiempo, y hacerse responsable de sí mismo, sin cargas ajenas”.

Respecto a la distancia física, Drucaroff indicó: “En el modelo LAT, la alternancia de la presencia evita que se convierta en un problema mayor, aunque para quienes perciben la distancia como una amenaza al vínculo, resultarán más adecuadas otras opciones. El éxito de este formato reside en la alternancia y la autonomía, pilares que sostienen el equilibrio emocional de la pareja”.

La reducción del desgaste emocional
La reducción del desgaste emocional es una de las ventajas psicológicas clave del formato LAT (Imagen Ilustrativa Infobae)

Además, Álvarez subrayó que este modelo ofrece “libertad para decidir cuándo verse, cenar o compartir actividades”. Sin embargo, admitió: “La coordinación y las expectativas pueden complicarse si los deseos de ambos no coinciden”.

Inseguridades y miedos en las parejas LAT

Para Drucaroff, las inseguridades “acompañan a cualquier relación, ya sea tradicional, LAT o de cualquier modalidad abierta. La diferencia radica en la seguridad de cada uno y la confianza construida en la pareja, que aunque pueda ponerse a prueba, no debe ser defraudada”.

También, remarcó la importancia de ponerse en el lugar del otro y validar sus maneras de vincularse, sin pretender cambiarlo a la fuerza. “Si uno de los miembros duda, resulta indispensable explorar miedos inconscientes que puedan dificultar una forma creativa de estar juntos”, dijo.

En ese tono, Álvarez precisó: “Los procesos sociales recientes generaron el espacio para la normalización de estos formatos de pareja”. Además, enumeró factores como el “mayor desarrollo de la seguridad y confianza propia, independencia y respeto por la diferencia”, elementos presentes en personas de todas las edades.

Diversos motivos personales, familiares y
Diversos motivos personales, familiares y profesionales impulsan la preferencia por el vínculo sin convivencia (Imagen Ilustrativa infobae)

Drucaroff ilustró la diversidad actual con la metáfora de “una paleta de colores que va del blanco al negro y cubre todos los grises”, y reflejó la amplitud de variaciones de pareja aceptadas hoy.

Álvarez agregó que el aspecto económico también incide en la elección LAT: “Muchos no lo adoptan por razones económicas, porque no pueden costear una vida independiente. Si pudieran solventarse, seguramente también lo elegirían”. En ocasiones, la decisión no responde a una libertad plena sino a la necesidad económica, ya que “unirse para alquilar o comprar es más accesible que vivir separados”.

Por último, la psicoanalista resaltó: “Si bien este fenómeno se observó primero en adultos de mediana edad tras separaciones, lo adoptan actualmente también los jóvenes”, al señalar que la diversidad generacional acompaña la expansión de este modelo de pareja.