Seis calzados legendarios: de Chanel a Manolo Blahnik, por qué son íconos que cruzaron la moda y la cultura

La moda fue históricamente un reflejo de los valores, las tendencias y los momentos de cambio dentro de la sociedad. Si bien el calzado nació como una necesidad funcional, algunos modelos trascendieron ese propósito para convertirse en íconos cargados de significados culturales y sociales.

Los zapatos pueden hablar de rebeldía, sofisticación, independencia o confort, y a menudo encapsulan movimientos enteros o definen el espíritu de una época.

Más allá de embellecer o complementar un conjunto, ciertos pares se registraron en la memoria colectiva, asociándose a cambios sociales, deseos de expresión y hasta a declaraciones políticas no explícitas a través de sus formas, materiales y modos de uso.

Creados en 1953 gracias al diseño de Aldo Gucci, los mocasines de la casa italiana supieron aunar lujo y practicidad. Inspirados en el calzado ecuestre tradicional, estos mocasines incorporaron un estribo metálico que se convirtió en el sello inconfundible de la marca.

El objetivo era proponer un zapato elegante, pero adaptable a múltiples contextos, permitiendo lucirlo tanto en escenarios formales como informales. Rápidamente, los mocasines de Gucci se ganaron el favor de la aristocracia europea y la élite de Hollywood durante los años cincuenta.

En la década siguiente, su carácter unisex se consolidó con figuras como Jackie Kennedy y Jane Birkin. El reconocimiento de su influencia en la moda mundial llegó en 1985, cuando el Metropolitan Museum of Art de Nueva York los incorporó a su colección permanente.

Conocidas por su diseño en lona negra, puntera de goma blanca y suela de caucho, las zapatillas tipo lona surgieron en 1917 como calzado deportivo para el Basquet.

Rápidamente, su estética sencilla y funcional fue adoptada por movimientos juveniles underground como los Beatniks y los rockeros en los años cincuenta y sesenta. En la década del noventa, estas zapatillas alcanzaron su mayor popularidad al ser asociadas con figuras de la cultura grunge, especialmente gracias a músicos como Kurt Cobain y bandas como The Ramones.

Si bien su diseño fue masificado hasta convertirse en pieza básica de múltiples armarios, el calzado sigue vinculado a valores de independencia, rebeldía y creatividad juvenil.

Fundadas en Escocia en 1856 por un americano, estas botas nacieron como calzado impermeable, pensado para resistir condiciones adversas en exteriores y piezas clave para los soldados en las grandes guerras.

El modelo distinguible de caña alta, suela gruesa y material impermeable se lanzó en 1956 y se posicionó como un básico del vestuario rural británico, hasta convertirse eventualmente en una insignia de la Familia Real.

El gran salto llegó en la década de 2000, con estrategias de marketing en festivales de música y colaboraciones que acercaron las botas a nuevas generaciones. Celebridades como Pamela Anderson, Kate Moss y Alexa Chung contribuyeron a que la prenda se asociara al estilo urbano y campestre, consolidando su estatus como icono transversal.

Prada, casa de moda reconocida internacionalmente, supo reinventar el modelo clásico de zapato Mary Jane durante los años noventa. Si originalmente el diseño evocaba la inocencia infantil, Prada optó por adaptarlo a la modernidad, dotándolo de tacón grueso y líneas minimalistas.

Esta reinterpretación fue enseguida adoptada por modelos de gran renombre, como Twiggy y Kate Moss, quienes contribuyeron a dotar al calzado de una mezcla distintiva entre feminidad, elegancia y una sutil rebeldía.

Así, los Mary Jane de Prada pasaron a ser objeto de deseo para quienes apreciaban lo clásico y lo contemporáneo en una sola pieza.

Los zapatos Hangisi de Manolo Blahnik adquirieron reconocimiento masivo gracias a la serie “Sex and the City”. De tacón fino y punta afilada, hechos en satén azul y decorados con una hebilla rectangular de cristales inspirada en broches del siglo XVIII, estos zapatos se convirtieron en símbolo de elegancia moderna.

Más allá de la pantalla, Manolo Blahnik, quien inició su marca en los setenta y fue apadrinado por la editora Diana Vreeland, consolidó su reputación como el zapatero favorito de la realeza y la élite creativa.

El modelo Hangisi, creado en 2008, encontró eco en la cultura pop por la famosa escena en la que el personaje de Mr. Big elige los zapatos para su propuesta matrimonial, fijando así su lugar en la historia de la moda y la televisión.

La diseñadora Coco Chanel innovó en 1957 al tomar la referencia de los zapatos de ballet y convertirlos en calzado versátil y sofisticado.

El diseño original en dos tonos, con cuerpo beige, puntera negra y un delicado lazo sobre el empeine, se ganó el favor del público por su comodidad y estética atemporal.

Estas bailarinas, de suela plana y corte bajo, permitieron a generaciones disfrutar de un calzado elegante pero discreto, sumamente efectivo tanto para trajes formales como para estilismos cotidianos como el de Meghan Markle. Su condición de clásico parisino se mantuvo vigente por décadas y sigue siendo indispensable en el guardarropa contemporáneo.