Las diez mejores ciudades para vivir en 2025, según un ranking global

Hay ciudades que no necesitan exhibirse para ser deseadas. No prometen futurismo ni deslumbran con monumentos, pero logran algo más difícil: que la vida cotidiana funcione. Es decir, que los hospitales atiendan de manera ágil, que el aire sea limpio, que los niños caminen seguros a la escuela y que los trenes lleguen a horario.

En su nueva edición del Índice de Habitabilidad Global 2025, la Economist Intelligence Unit (EIU) volvió a poner a prueba 173 ciudades del mundo según estos criterios: estabilidad, salud, educación, infraestructura, cultura y medioambiente. El resultado no sólo ordena un ranking, también revela qué modelos urbanos resisten el desgaste del tiempo y cuáles empiezan a mostrar fisuras.

El primer puesto cambió de manos. Copenhague superó a Viena, que había dominado la cima durante tres años consecutivos. Le siguen otras ciudades que, cada una a su manera, convierten la rutina en un espacio de equilibrio.

Este es el recorrido por las diez ciudades más habitables del mundo en 2025, aquellas donde el confort no depende del lujo, sino de una gestión urbana que prioriza lo esencial.

Por primera vez en este índice, Copenhague se posiciona en la cima con una puntuación de 98 puntos sobre 100. La ciudad logró un puntaje perfecto en la categoría de estabilidad, siendo una de las seis urbes del mundo que lo alcanzaron. Su infraestructura sólida, su enfoque ambiental y su modelo de movilidad urbana basado en la bicicleta y el transporte público eficiente fueron aspectos clave en su ascenso. Además, la gestión urbana orientada al bienestar ciudadano le permite destacar tanto en calidad del aire como en acceso a servicios públicos de excelencia.

Después de tres años consecutivos en el primer puesto, Viena cayó al segundo lugar. La razón principal fue una baja en el indicador de estabilidad a raíz de dos intentos de atentado frustrados, uno durante un concierto de Taylor Swift y otro en una estación ferroviaria. Aun así, con 97,1 puntos, la capital austríaca sigue destacándose por su sistema de transporte público, su planificación urbana ejemplar, una red de salud pública eficiente y una intensa vida cultural.

Empatando con Viena, Zúrich también alcanzó 97,1 puntos. Se mantiene como una de las ciudades con mejor desempeño integral en Europa. Su entorno seguro, la calidad de sus hospitales y universidades, así como su sólida infraestructura de servicios, permiten un estilo de vida equilibrado. Además, su ubicación junto al lago y su cercanía a los Alpes suizos refuerzan su atractivo para residentes y visitantes.

Melbourne retorna con fuerza al grupo de cabeza del ranking. La ciudad australiana ha invertido sostenidamente en infraestructura, salud y accesibilidad. Su sistema de transporte metropolitano, su red hospitalaria y su vida artística y cultural le otorgan una ventaja competitiva frente a otras ciudades del continente. Melbourne es también reconocida por su dinamismo económico y por políticas inclusivas que priorizan la diversidad y la participación ciudadana.

Ginebra se ubica en el quinto lugar, consolidando el protagonismo de Suiza, que coloca dos ciudades entre las cinco primeras. La ciudad alberga una gran concentración de organismos internacionales, lo que se traduce en una infraestructura moderna y bien conectada. Se distingue por su seguridad, la cobertura en salud, el respeto ambiental y un sistema educativo trilingüe que la convierte en un centro de referencia internacional.

Sídney, en Australia, logra mantenerse en el top 10 gracias a su alto desempeño en infraestructura urbana y calidad medioambiental. Su red de transporte está en constante expansión, y su oferta cultural abarca desde festivales internacionales hasta eventos deportivos de gran escala. El acceso a playas, parques y reservas naturales complementa el atractivo de una ciudad que combina desarrollo con calidad de vida.

Entre las urbes asiáticas, Osaka lidera con un séptimo puesto. Se destaca por su seguridad, su sistema de transporte ultratecnológico y su capacidad hospitalaria. La ciudad japonesa presenta una de las tasas más bajas de criminalidad a nivel mundial y ha logrado mantener un alto estándar de vida incluso en contextos económicos complejos. La eficiencia institucional y la resiliencia urbana también suman a su puntuación.

Auckland, en Nueva Zelanda, vuelve a figurar entre las ciudades mejor valoradas tras el período de restricciones sanitarias por la pandemia. Su modelo de urbanismo disperso, con fuerte conexión con el entorno natural, es una de sus fortalezas. El acceso a educación de calidad, la baja densidad poblacional y una política ambiental activa favorecen su ubicación dentro del top 10.

La tercera ciudad australiana en la lista, Adelaida, sobresale por sus niveles de salud pública, la planificación de sus espacios urbanos y su estabilidad económica. Es una ciudad menos congestionada que otras grandes localidades del país, lo cual mejora los tiempos de traslado y el acceso a servicios esenciales, siempre según el ranking. La inversión pública en educación y sostenibilidad ha sido sostenida en la última década.

Vancouver cierra el grupo de élite como la única ciudad de América del Norte en el top 10. Se destaca por su compromiso ambiental, con políticas orientadas a la reducción de emisiones y preservación de espacios naturales. A pesar de los desafíos que enfrentan otras ciudades canadienses en salud y vivienda, Vancouver mantiene servicios eficientes, acceso a educación superior y una red de transporte funcional.