La arquitecta Paula Capurro lideró un proyecto de renovación que transformó una casa de los años 80 en un espacio funcional y moderno, adaptado a las necesidades de una familia joven con dos hijos.
El objetivo principal de la reforma fue mantener la esencia original de la vivienda, respetando su estructura y ciertos elementos característicos, mientras se optimizaba su funcionalidad para el estilo de vida actual.
Transformación arquitectónica: de vivienda cerrada a espacio abierto
La casa, que originalmente presentaba un diseño tradicional de dos volúmenes cerrados, fue reconfigurada para abrirse hacia el exterior.
La cocina, que anteriormente era un espacio aislado, se convirtió en un punto central que conecta las áreas sociales y familiares.
ste cambio permitió que todos los espacios principales de la vivienda tuvieran vistas directas al jardín, creando una sensación de continuidad entre el interior y el exterior.
Capurro destacó que esto responde a las necesidades actuales de las familias, donde la cocina no solo es un lugar para cocinar, sino también un espacio para convivir y compartir.

Integración de espacios y materiales cálidos
La renovación también implicó cambios significativos en los materiales utilizados. Se reemplazaron las tejas originales por chapas y los ladrillos a la vista por revestimientos más modernos. En el interior, se optó por una paleta de materiales sencilla y uniforme, con pisos de madera flotante que recorren toda la casa, creando una continuidad visual.

Se buscó mantener el espíritu original de la casa, elementos originales como como las arcadas, vigas de quebracho y ladrillos a la vista, que fueron replicados en las nuevas áreas para conservar el carácter de la vivienda.
Uno de los aspectos más destacados de la reforma fue la ampliación de la galería, que ahora forma parte del nuevo volumen de la cocina.

Este espacio se diseñó para integrarse con el jardín y funcionar como una transición entre el interior y el exterior. Grandes ventanales corredizos permiten abrir completamente la cocina y el área social hacia el patio, creando un ambiente ideal para el verano y maximizando la conexión con el entorno natural.
Adaptar una vivienda tradicional a las necesidades de una familia actual
En cuanto a la distribución, la casa mantuvo su esquema original en la planta alta, con dos dormitorios y un baño compartido. Sin embargo, se realizaron ajustes para optimizar el uso del espacio, como la incorporación de un vestidor y la ampliación de los dormitorios.
En la planta baja, se integraron nuevas áreas funcionales, como un playroom o sala de juegos, que puede adaptarse a las necesidades cambiantes de la familia a lo largo del tiempo.

Según explicó Capurro, este espacio fue diseñado pensando en la flexibilidad, permitiendo que los hijos puedan utilizarlo de diferentes maneras a medida que crecen.
Otro cambio significativo fue la reconfiguración del área de servicio, que originalmente estaba separada del resto de la casa y funcionaba como un lavadero.
Este espacio fue integrado al diseño general, eliminando barreras visuales y funcionales. La arquitecta explicó que este cambio no solo mejoró la funcionalidad, también permitió una mejor conexión entre las áreas sociales y privadas.
Integración social, diseño moderno y continuidad visual

La reforma también abordó los desniveles característicos de las casas de la época, que separaban las áreas sociales de las más cotidianas, buscando minimizar estas barreras mediante la creación de transiciones suaves, como patios y galerías, que conectan los diferentes espacios de manera fluida.
Esta decisión permitió que la casa se adaptara mejor a las necesidades de la familia, sin perder su carácter original.

En términos de diseño, la arquitecta destacó la importancia de mantener un lenguaje coherente en toda la vivienda. Esto se logró mediante el uso de materiales y acabados similares en todas las áreas, como revestimientos de piedra y madera, que aportan calidez y uniformidad al espacio.
Además, se prestó especial atención a los detalles, como las carpinterías y los revestimientos, que fueron seleccionados para complementar el diseño general.
Flexibilidad, luz natural y calidez en cada rincón del espacio
Esta reforma logró transformar una casa de los años ochenta en un hogar moderno y funcional, respetando su esencia original y adaptándola a las necesidades de una familia contemporánea.
La integración de espacios, la conexión con el exterior y la actualización de materiales fueron los pilares de este proyecto, que combina lo mejor de lo antiguo y lo nuevo para crear un espacio único y acogedor.
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