Desde Scarlett Johansson hasta Naomi Campbell, los looks que impactan en el Festival de Cannes

El Festival Internacional de Cannes se ha consolidado como uno de los encuentros cinematográficos más prestigiosos del mundo. Celebrado anualmente en la ciudad homónima de la Riviera Francesa, no solo distingue lo más destacado del cine global, sino que también es una vitrina de la alta costura, con su alfombra roja como epicentro de atención,

En su 78.ª edición, iniciada el 14 de mayo de 2025 y con fecha de clausura prevista para el 24 del mismo mes, la pasarela frente al Grand Théâtre Lumière reunió a actrices, modelos, músicos y personalidades destacadas con estilismos que combinaron referencias culturales, rupturas estéticas y guiños a la tradición de la moda. Además, hubo un nuevo e inesperado código de vestimenta: sin transparencias y sin trajes voluminosos.

Aquí, un repaso por los looks que deslumbraron en la red carpet de los últimos días.

Scarlett Johansson se presentó con un estilismo en clave romántica, uno de los ejes predominantes de la alfombra roja de esta edición. La actriz eligió un vestido Prada de color celeste pastel de líneas suaves, con texturas fluidas y detalles bordados que realzaban la silueta sin recurrir a excesos. El diseño, en tonos neutros, combinó un escote estructurado con una caída delicada, enmarcando una propuesta que conjugó sofisticación y delicadeza. El conjunto fue acompañado por un peinado recogido bajo y joyería discreta, con un perfil estético coherente con su estilo habitual.

En esta edición, la actriz Naomi Campbell se presentó con dos estilismos que concentraron todos los focos. En primera instancia, se presentó con una pieza de Dolce & Gabbana que evocaba una armadura barroca: escote pronunciado con tirantes finos, falda de tul en capas y un corpiño estructurado dorado con detalles geométricos. Complementó con pendientes de piedras anaranjadas y cabello afro al natural.

Días después, Naomi reapareció rindiendo tributo a la moda local con un vestido nupcial de Simon Porte Jacquemus, con escote asimétrico, espalda descubierta mediante cut-out y una silueta etérea que había sido lucida anteriormente por Lily-Rose Depp.

La supermodelo canadiense Coco Rocha desfiló con un diseño que originalmente iba a lucir en la MET Gala. La pieza combinó una silueta off shoulders con estructura patchwork, confeccionada a partir de múltiples cierres de pantalón, con bajo de satén negro y cancán. El resultado fue un estilismo teatral y vanguardista, en sintonía con su estilo performático habitual.

Cara Delevingne optó por un diseño de inspiración medieval, con un vestido largo en tono burgundy, de falda voluminosa fruncida, unido a un corpiño rígido de tirantes anchos y escote recto. El estilismo aludió a un universo narrativo de época, lo que reforzó su perfil camaleónico combinad con un peinado estilo Wet que la hizo lucir fabulosa.

Elsa Hosk eligió un diseño negro de crochet, con falda tubo, sobrefalda con cola y un chal de satén rosa empolvado.

El look de la modelo sueca, que desafiaba los límites de las nuevas normas de vestimenta, incluyó un choker de perlas de casi diez vueltas, lo que evocó un concepto de verano reinterpretado para la alfombra roja.

La actriz Elle Fanning deslumbró con un vestido de Armani Privé que era de un color celeste pastel, habitual en Elle, quien suele llevar esta paleta de tonos. Con un escote Bustier y flores bordadas alrededor de todo su cuerpo, la actriz lo llevó con una elegancia notable.

La influencer y modelo Leonie Hanne presentó un vestido blanco de escote bardot, guantes integrados tipo ópera, escote corazón y doble falda: una base tubo y una mini exterior ampliamente abullonada. Una relectura contemporánea del arquetipo de princesa en clave haute couture.

Bárbara Palvin lució una pieza midi rosa empolvado, de falda tubo satinada y escote palabra de honor, decorado con plumas de avestruz en el borde superior. El diseño evocó elementos clásicos de gala y sofisticación sin excesos ornamentales.

La actriz de Mujeres desesperadas, Teri Hatcher, apostó por la sobriedad con un vestido de lentejuelas verde esmeralda, de silueta reloj de arena, con escote en pico, mangas largas semitransparentes y una apertura lateral pronunciada en la falda. Una elección que dialogó con los códigos tradicionales de gala.

Así las cosas, este despliegue de estilos reafirmó a Cannes como un espacio donde la moda funciona como vehículo simbólico y expresión personal, incluso frente a normas restrictivas que varias figuras optaron por reinterpretar.