El pasatiempo casero de Susana Giménez en su chacra de Punta del Este: “¿Desde cuándo te dedicás a esto?"

La diva de los teléfonos se mostró en su refugio de La Mary, lejos del glamour y los maquillajes y realizando una actividad hogareña

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La diva compartió una faceta desconocida desde La Mary, su mansión en Punta del Este (Video: Instagram)

La escena sorprendió a seguidores y curiosos por igual: Susana Giménez restaurando un sillón de mimbre en la galería de La Mary, su emblemática mansión de Punta del Este, se volvió viral en cuestión de horas. No hubo glamour ni producción: solo una historia de Instagram, el registro espontáneo de una amiga y la diva argentina en uno de sus roles menos conocidos, completamente entregada a la cotidianeidad de su hogar.

Las imágenes resultan elocuentes. Bajo la luz suave del mediodía, el piso de piedra rojiza se extiende bajo el cuerpo de la diva de los teléfonos, quien aparece tirada a lo largo de una sábana, con la melena rubia recogida, vestida de entrecasa con calzas grises, remera clara y buzo negro atado a la cintura. Una zapatilla beige asoma, despareja, entre movimientos de piernas cruzadas; las manos de la conductora están ocupadas en una tarea minuciosa: pintar el banco de mimbre blanco, restaurando cada centímetro con dedicación artesanal.

El entorno completa la escena hogareña. Una maceta de terracota con flores rojas refulge junto a la cabeza de Susana Giménez, sumando color y calidez. Detrás, los ventanales de madera dejan entrever más muebles tapizados en blanco y, sobre uno de los sillones, un perro observa en silencio. Todo respira la calma de un mediodía familiar, en uno de los rincones más íntimos de la mansión que se convirtió, casi, en otro personaje dentro de la historia de la presentadora.

Susana Giménez en pleno proceso
Susana Giménez en pleno proceso de restauración, bajo la atenta mirada del perro

La publicación, lejos de responder a una estrategia mediática, fue el reflejo de un impulso genuino. “¿Desde cuándo te dedicás a la pintura?”, preguntó su amiga, divertida. “Y viste… yo soy pariente de Rembrandt”, disparó la diva sin perder la sonrisa, al regalar a sus seguidores una de esas respuestas desparpajadas que la caracterizan desde hace décadas. Contra todo pronóstico, el humor espontáneo reemplazó a las frases ensayadas y la diva apostó por la sencillez, al mostrar sin filtros su costado de artesana, pintora aficionada y, en sus propias palabras, frente a la cámara, “autora y compositora”.

La anécdota se completó cuando comenzó a tararear una melodía indescifrable mientras pintaba. “¿Qué canción sería esa?”, preguntaron fuera de cuadro. “Una que invento yo, mientras pinto”, contestó, sumando un guiño al público digital y dejando claro que en su universo las reglas nunca están del todo escritas.

Aunque lejos de la continuidad televisiva, la presentadora no perdió ni un ápice de vigencia. Se la ve en eventos, acompañando a Marley en viajes, disfrutando de la tranquilidad de su hogar desde hace años, y sobreviviendo —o reinventándose— lejos de los estudios de televisión y el bullicio mediático. Sin embargo, la sencillez de este momento doméstico enamoró a miles. No necesitó escenarios ni cámaras profesionales o lucese speciales, solo una brocha y una historia cotidiana para volver a ser viral.

Las últimas presentaciones de Susana
Las últimas presentaciones de Susana Giménez en la pantalla chica fueron acompañando a Marley (Fuente)

Las redes sociales hicieron el resto. La secuencia fue celebrada, reproducida y comentada hasta el cansancio. Para sus admiradores, no resultó una sorpresa la soltura con la que Susana encaró la tarea: ese mismo espíritu, hábilmente dosificado entre la actuación y la conducción, aparece también fuera de cámaras, instalado ya como marca registrada de su vida privada.

Y entonces, lo extraordinario se hizo simple. La Mary, la mansión de paredes terracota y ventanales inmensos, le prestó su escenario una vez más. El sillón de mimbre, con nueva vida y color, quedó como testigo de la tarde en que la estrella argentina volvió a enseñarles a todos que, incluso sin la parafernalia del espectáculo, su conexión con el público es inquebrantable, esa que mantiene hace más de 50 años. ¿No está ahí, acaso, uno de los secretos de su eternidad mediática?