Daniela Celis: “No quería que mis hijas se queden sin padre”

El reencuentro del ex Gran Hermano Thiago Medina con sus hijas marcó el inicio de una etapa de recuperación que parecía improbable en un principio. Recordemos: tras un grave accidente de moto ocurrido el 12 de septiembre, el padre de las gemelas de Daniela Celis permaneció internado en el hospital de Moreno durante casi un mes, enfrentando varias cirugías y un pronóstico clínico reservado. La familia atravesó días de angustia y cadenas de oración, hasta que, contra todo pronóstico, el 9 de octubre Thiago recibió el alta médica, lo que devolvió cierta tranquilidad al entorno familiar.

Durante este periodo, Daniela Celis, ex participante de Gran Hermano 2022, debió reorganizar su vida cotidiana para atender simultáneamente las necesidades de sus hijas, las gemelas Laia y Aimé, los cuidados médicos de Thiago, sus compromisos laborales y la contención emocional del núcleo familiar. La rutina se vio alterada por completo, obligando a Celis a adaptarse a una dinámica marcada por la incertidumbre y el aprendizaje constante.

De todo este proceso habla Daniela, invitada a un nueva entrevista lúdica a cargo de Mariano Iúdica. Acá, los momentos más destacados de la charla:

—¿Sabés para qué te dieron el sobre, Daniela Celis? ¿Viste que con los autos se hace la VTV, Verificación Técnica Vehicular? Bueno, acá te vamos a hacer la VTA, la Verificación Técnica del Alma. Tengo un amigo adentro que está en la parte de carga de datos. ¿Algo que quieras borrar cuando te toque entrar?

—No tengo nada para borrar. Intachable. Y si tengo que repetir todo, lo repetiría.

—El día que te toque entrar al cielo, ¿con qué tema entrarías?

—“La vida es un carnaval”, de Celia Cruz.

—¿Cuál fue la decisión que a vos te trajo hasta acá, esa que te cambió la vida?

—Yo creo que hay varias, pero entrar a la casa de Gran Hermano me cambió completamente la vida, la familia, mi bienestar. Todo me cambió, fue un antes y un después para mí y para mi familia también. Es increíble lo que me sucedió.

—¿Te da placer ser vos la capitana del barco que tira de la familia?

—Sí, y estoy orgullosa por eso.

—¿Qué fue lo primero que le regalaste a tu mamá?

—Mamá está viviendo conmigo. Lo verdad, lo que creo que yo realmente le cambié groso, groso fue darle gemelas, dos nietas. Claramente dejó su vida para poder ayudarme a mí.

—El día que te toque entrar al cielo vas a tener una pantalla con el on demand y el segundo a segundo de tu vida. ¿Qué elegirías?

—¡¿Qué difícil elegir uno, no?! Pero una sensación que nunca en mi vida volví a sentir fue la primera vez que me presentó Santiago del Moro para entrar a la casa de Gran Hermano. Pensé “¿qué estoy haciendo acá? ¿Qué va a pasar de mi vida?" Fue abrir una puerta sin saber lo que me iba a pasar, sin saber que iba a encontrar el amor, sin saber que iba a quedar embarazada... Creo que todas esas sensaciones nunca las volví a sentir en mi vida.

—¿Otro momento especial?

—El nacimiento de las nenas. Nunca en mi vida también tuve tanto miedo y emoción al mismo tiempo de conocerlas. Me gustaría ver todo, todo, todo. Ver qué fue lo que pasó. ¿Quién salió primero? ¿Quién no estaba de cabeza? La primera que abrió los ojos. Thiago estaba paradito al lado mío, no me lo olvido más, y le digo “¡No te me vayas a desmayar, ¿eh?!"

—Yendo al tremendo accidente de Thiago, y ahora que ya pasó, ¿qué sentiste cuando recibiste el llamado y te lo comunicaron? ¿Cómo fue la secuencia?

—En ese momento estaba la niñera con las dos nenas, yo había llegado de trabajar y Thiago tenía que estar en casa. Le pregunto y me dice “Me dijo que se iba diez minutos”. Pasaron dos horas y le digo: “No puede ser, acá algo pasó porque Thiago jamás deja a las nenas solas”. Llamo a la hermana, sigo llamando hasta que me atienden, pregunto cómo está y me dicen “No te lo podemos comunicar. Necesitamos que vengas al hospital para para darte la información” Y yo le pedía al cielo llorando que por favor viva, que no me lo deje ir. Agarré el auto, bajé todas las ventanillas, me puse las luces altas para que me vean, porque sabía que yo no estaba bien y se me caían las lágrimas. Hasta que llegué al hospital y me dijeron que estaba muy grave; había que esperar a ver cómo salía la operación y que pasen las primeras horas. La verdad, no te puedo explicar todos los sentimientos que tuve en ese momento. Jamás en mi vida sentí tanto miedo.

—Pensabas lo peor, claro...

—Sí, en ese momento me pasaron mil cosas por la cabeza. Lo único que yo necesitaba y quería es que él esté vivo, nada más. Le pedí de todo al cielo, a Dios, recé con todas mis fuerzas. No era una posibilidad para mí que Thiago no esté. Y para mis hijas tampoco.

—Volviendo al juego del on demand, ¿te gustaría saber con quién habló antes, para dónde fue con la moto, por qué agarró ese camino?

—No, no me gustaría. Yo siento que lo que no viví o lo que no sé es por algo también. O sea, no cambiaría nada de todo lo que fui realizando hasta ahora porque también tiene que ver el propósito de por qué y para qué estoy acá también.

—Pasaban los días y hubo un mensaje de la hermana que todos pensamos que se moría ese día, ¿vos ahí lo pudiste ver? ¿Pudiste entrar?

—Sí, ese día y todos, íbamos a verlo y a recibir el parte; esa mañana el parte era positivo, que estaba evolucionando bien, y de pronto dejó de ser un día tras día para ser un hora tras hora. Al mediodía nos dijeron que estaba todo ok y a la noche nos llegó el maldito llamado de que Thiago no estaba saturando bien. Ahí es cuando dicen “Estén atentas al teléfono que cualquier novedad llamamos para ver cómo continúa la noche”. Esa noche fue infinita, no se pasaban más la hora. Me prendí todas las velas de mi casa habidas y por haber...

—¿Y las nenas?

—Le rezaba y las hacía rezar en el sentido de que prendíamos una velita y decíamos “Para papá, le vamos a pedir a Dios que esté bien”.

—El video del regreso de Thiago es conmovedor...

—Sí, lo besé con todo mi corazón. Lo soñé cada día. Yo quería que vuelva. No quería que mis hijas se queden sin padre, era lo único que pedía. “No me las dejen estas dos nenas de un año sin su papá”, no lo merecían. Aparte Thiago es un padre excelente.

—¿En todo ese proceso te llegaste a imaginar sola con las dos nenas?

—Sí, sí, sí. Yo luché mucho por la vida del padre de mis hijas, como cualquier madre. Y lo haría mil veces más estando juntos o separados, y sé que él también lo hubiera hecho por mí. Mientras estuvo internado, yo todos los días le escribía cartas: “Hoy es el día número tanto y me está pasando esto”, y así...

—¿Si hicieron públicas esas cartas?

—No, nadie lo sabe, son cartas que le escribía en las notas del WhatsApp del celular. Ahí está mi experiencia de lo que estaba pasando en casa. Tampoco quería que se pierda nada de sus hijas... porque yo no sabía cuánto tiempo él iba a estar ahí... O si iba a salir. Y le mandaba videos de las nenas: “Hoy las las nenas aprendieron a saltar o a hacer estas cosas”. Y la última carta, me acuerdo, fue dos días antes de que él despierte, un día que yo estaba toda desilusionada. Y voy al hospital y me dicen “Thiago está despierto” “¡¿Cómo que está despierto?“, digo, no lo podía creer. Y esa fue la última carta que le escribí.

—¿Qué decía?

—Que la estaba pasando mal, que ya no podía sostenerme más entera, que se me estaba haciendo difícil, pero que sin embargo lo seguíamos esperando. Y sé que iba a estar en casa con las nenas y sé que él también estaba luchando para estar con nosotras y que lo sentía: “Yo sé que estás acá con nosotras. Te siento. Lo siento”.

—¿Ya las leyó?

—Sí, y me agradece todo el tiempo. El es muy consciente de que él está ahí por todos.

—¿Y cómo fue eso de que te propuso matrimonio...?

—Fue un momento de risa. El se estaba despertando, me miró y me dijo “Yo me quiero casar con vos” todavía bajo el efecto de anestesia. Y se hizo todo un tema del matrimonio, pero obviamente nosotros estamos separados de cinco meses. Ni siquiera nos habíamos sentado a hablar de nada. Hoy la prioridad de los dos es que él esté bien. Yo necesito que él esté entero para sus hijas. Y él quiere estar entero para sus hijas. Necesita tener esa nueva conexión, ese nuevo vínculo que tenía desde antes con las nenas. Nuestra prioridad es que él esté bien y después viene el resto.

—¿Cuál es la situación sentimental de Daniela y Thiago?

—(Se ríe) ¿Me lo puede decir Dios? Estamos bien. La realidad es que yo no siento que es un momento como para sentarnos a hablar de lo que nos está pasando, porque para mí también es como una falta de respeto después de que él estuvo casi un mes adentro de un hospital. Pero la verdad es que los dos nos queremos un montón. Con Thiago formamos un vínculo muy fuerte. Creo que esto fue a raíz de enseñarnos a respetarnos. Y entendemos que, estemos juntos o separados, la familia va a estar ante todo.

—¿No encendió ninguna llama nueva, ninguna cosa nueva esos días de ustedes dos juntos otra vez?

—Es que su cabeza también está en otro lado. Yo lo entiendo también a él y lo quiero acompañar por ese lado. Y mi cabeza también: yo estoy con psicólogo. Esto para mí fue todo como muy de golpe. Yo tampoco tuve tiempo para caer, para llorar un día entero en la cama, para estar tirada en la ducha. Yo llegaba de hospital y tenía que sentarme a jugar con mis hijas. Entonces fue como un proceso muy duro para mí también. Y es como que ahora estoy cayendo en la realidad.

Lo tengo enfrente, me lo quedo mirando y me dice “¿Por qué me miras así?" Le digo que “no puedo creer que estés acá, con nosotras, en casa”. Es como que todavía a mi cabeza le cuesta procesar todo lo que pasó. Fue un milagro. Y entonces entendemos que la prioridad ahora es que él esté bien; yo lo estoy ayudando para eso y no hay presiones ni nada, lo demás queda en un segundo plano. Pero ahora priorizamos su salud, que es lo importante. Y la salud mental de los dos, por supuesto. ¿Vos no me podés decir qué es lo que va a pasar? ¡Dame una señal!

—Yo creo que todos queremos que te pida casamiento de verdad. Y a vos, ¿qué te gustaría que pase?

—Yo no lo quiero ni decepcionar a él ni decepcionar a la gente. Yo sé lo que quiero.

—Pero más allá del deseo de la gente, ¿qué querés vos?

—Quiero que Thiago esté bien, eso quiero. Una vez que él esté entero, que vuelva a tener fuerza, su estabilidad emocional, estar con su peso normal, ahí, creo, será el momento de ver. “Bueno, volvamos a hablar”.

—¿Qué pregunta clave sobre tu vida -en pareja, personal, de mamá o papá- que nunca te animaste a hacer pero te gustaría tener una respuesta?

—No sé si sea ambiciosa, pero tengo una pregunta que desde que estoy en este mundo me ronda por la cabeza: ¿estoy en el camino correcto? Estoy ansiosa. Pero yo siento que tengo mucho miedo de perder el tiempo o que un día de la nada se pierda todo... Porque después de lo de Thiago aprendí que cada segundo es oro.

—Para ir cerrando, pensá que vas a poder sacarle un dolor a alguien que hace tiempo que lo viene sufriendo. ¿A quién sanarías?

—A mi mamá. (¡Mamá, te amo!) Sé que tiene mucho dolor encima porque tuvo una vida muy dura. Y sin embargo es una mujer muy fuerte que ayuda a todas sus hijas, que cuida a sus nietos y sigue estando. Y a veces a mí me da culpa también, porque tengo tres niñeras en casa pero igual la tengo a mamá. Pero bueno, también sé que mamá no deja de ser mamá. Y que le encanta y vive por sus hijas y por sus nietos.

Fotos: Maximiliano Luna