Mariana Brey: “Era casado y yo moría de amor”

La periodista llegó a Mi Cielo, donde la recibió Mariano Iúdica. Allí, en la antesala del paraíso, habló de su padre, de sus hijos, de un amor que todavía la interpela y de la decisión que cambió su vida

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“Me llegó este sobre. Lo abrí y no sé… Estoy acá.’” Así, con desconcierto, Mariana Brey ingresó al paraíso diseñado por Mariano Iúdica en el ciclo Mi Cielo de Infobae, un espacio que simula esa antesala etérea donde los invitados reviven y revisan su vida entre risas y emoción.

Iúdica tranquilizó enseguida a la invitada.: “‘Tranquila, tranquila. ¿Qué pasa esa cara de terror? Dame, Mariana Brey. ¿Te llegó el sobre? Es una buena noticia. Tranquila, no estás muerta. Yo te explico…”.

El conductor desplegó enseguida el concepto: “‘¿Viste cuando los autos se hacen la VTV? Bueno, acá estás para hacer la VTA, Verificación Técnica del Alma. Te traemos a un lugar que parece un espacio del Edén, un paréntesis atemporal, una sala de espera celestial, una frontera entre el más allá y el más acá”.

En ese ambiente a medio camino entre lo simbólico y lo confesional, Brey admitió: “‘Ahora sí, recuperé la sonrisa. Porque dije: ‘¿Y ahora? ¿justo ahora? No, por favor’. Ahí relajé”.

Entre el humor y la profundidad, Mariana Brey recibió la invitación a someterse a esta particular “verificación” de su recorrido personal y profesional. “‘Si te llegó esto quiere decir que estás haciendo las cosas bastante bien’”, le dice Iúdica, que a continuación la presentó: “Mariana Brey. Dos hijos, Luca y Juana, sus grandes amores. Veinticinco años en televisión. Más de diez programas: LAM, Socios del espectáculo, Indomables,etcétera... Tiene un papelito de la suerte que guarda en la billetera desde los dieciocho años. ¿Y qué dice el papelito?“.

“Ese papelito sigue estando —comenzó Brey—, pero hay otro que llevo conmigo desde hace once años, de mi padre. Lo encontré después de su partida. El de los dieciocho era una frase mía, escrita por mí“.

La charla entre Mariana Brey
La charla entre Mariana Brey y Mariano Iúdica combinó risas y emoción (Crédito: Maximiliano Luna)

— ¿Nunca vas a revelar lo que dice?

— No, eso me lo guardo.

— ¿Creías en este “cielo” que te proponemos?

— Sí, creo en algo así. Siempre pensé que hay algo más allá, que existe un lugar, una continuidad.

— ¿Imaginabas que ibas a terminar acá?

— No en este momento (ríe) , pero sí, al final, creo que todos llegamos a un lugar así y nos reencontramos con mucha gente.

— ¿Sentís que estás haciendo las cosas bien, como para que te den esta “Verificación Técnica del Alma”?

— No tengo dudas. Actúo con conciencia, y eso me da tranquilidad. La conciencia trae gratitud, aunque uno pueda cometer errores. Estar en conciencia es estar en estado de gracia, y eso facilita el camino.

— ¿Hay algo de tu vida que te gustaría borrar?

— Sí, hay una situación que preferiría no haber vivido. Salí con un hombre casado. Me enamoré profundamente, pero fue una relación dolorosa. En ese momento era joven, no tenía hijos y no entendía muchas cosas. Sentía culpa, porque sabía que del otro lado había alguien que podía sufrir. No fue por romper una familia, sino por la responsabilidad de saber que podía causar dolor.

— ¿Él te rompió el corazón?

— Sí, fue muy fuerte. Con el tiempo entendí las circunstancias, pero en ese momento me dejé llevar por el amor. Era conocido de mi familia. Mi papá, Mingo, lo quería, aunque mi mamá, Mary, tenía sus reservas. Yo vivía esa relación con culpa, pensando que estaba haciendo algo mal. Pensaba que Dios me iba a castigar. Pero el amor fue más fuerte.

"Pensé que Dios me iba
"Pensé que Dios me iba a castigar", contó Brey sobre su relación con un hombre casado

— ¿Tuviste sueños de la infancia que no pudiste cumplir?

— Me hubiese encantado ser gimnasta, como las del Cirque du Soleil. Practiqué en clubes de barrio, como el 9 de Julio y el Club Tucumán, pero no llegué a ese nivel. Soñaba con hacer acrobacias, pero me costaba mucho.

— Vamos a un ping pong. Hasta hoy, ¿te sentís satisfecha con tu vida?

— Sí. He tenido momentos felices, aunque siento que me faltó tiempo con la familia. Soy una persona alegre, me gusta celebrar.

— ¿Y en cuanto a los aprendizajes?

— No estoy satisfecha, porque siempre hay algo nuevo. Quisiera vivir 150.000 años para seguir aprendiendo todos los días.

— ¿Y profesionalmente?

— Muy satisfecha. Ahora tengo mi programa en stream, así que me puedo ir tranquila, aunque siempre se puede hacer un programa más.

— ¿Y con los logros?

— No completamente satisfecha. Siento que todavía me falta un poco.

— ¿En el plano sexual?

— No, no estoy satisfecha.

—Sos de las que parecen super Mata Hari, come hombres…

— Soy re tradicional, aburrida y tranca, sobre todo en esta etapa de mi vida. La libido está enfocada en otros aspectos.

Si tuviera que elegir una
Si tuviera que elegir una canción para entrar al cielo, Mariana Brey pondría a sonar a Michael Jackson con Speechless

— Si tuvieras que entrar al cielo, ¿con qué canción lo harías?

— Hay una canción que marcó mi historia de amor, la que conté antes. Es de Michael Jackson y se llama Speechless. No es de las más conocidas.

— ¿Cuál fue la decisión más importante de tu vida, la que te convirtió en la Mariana Brey de hoy?

— Fue una secuencia de decisiones, pero la primera fue una declaración que le hice a mi mamá cuando tenía dieciséis años. Viajábamos en colectivo, pasamos por Lima, donde está El Trece y le dije: “En este canal yo voy a trabajar”. Dos años después, me llamaron para ser telefonista ahí. Ese fue el inicio de mi carrera .Después pasé por todas las áreas. Pero esa declaración fue muy fuerte, porque cuando pasaron dos años y eso sucedió, me levantó el teléfono un productor. Yo ya estaba estudiando y me ofreció una entrevista.

— ¿Cuál es el próximo paso que sentís que te va a llevar a otro lugar?

— Ahora, en lo personal, el siguiente paso es comprar una casa para mis hijos. Es una decisión en la que estoy enfocada y sé que lo voy a lograr. Me emociona pensar en ellos.

— Si tuvieras la oportunidad de ver cualquier momento de tu vida en una pantalla, ¿cuál elegirías?

— Sin duda, el nacimiento de mis hijos. Son momentos muy privados e íntimos, que no tengo grabados, solo los recuerdo a través de mi cuerpo y mi conciencia. Me gustaría verlos, sobre todo el nacimiento de mi primer hijo, Luca. Fue un parto natural que duró ocho horas. A Juana la tuve de manera más rápida.

Mariano Iúdica y Mariana Brey,
Mariano Iúdica y Mariana Brey, en el ciclo Mi Cielo

— ¿Hay alguna pregunta que nunca te animaste a hacer y que te gustaría tener la respuesta?

— Sí, le preguntaría a ese viejo amor por qué no se animó a dar el paso. Es una historia que me marcó y siempre me lo cuestioné, aunque creo que ya encontré algunas respuestas.

— Si pudieras curar el dolor de alguien, ¿a quién elegirías?

— A los padres de mis hijos. Son personas que quiero mucho y sé que llevan dolores que me gustaría que no tuvieran más. No creo que esos dolores sean por decisiones mías, sino por la vida misma.

— ¿A quién te gustaría “bajar” del cielo para pasar un rato en la Tierra?

— A mi papá, a Domingo Brey, el lechero. Eso sí, no lo devuelvo. Lo extraño todos los días y estoy segura de que estaría orgulloso de mí. Han pasado cosas extraordinarias en mi vida desde su partida y no tengo dudas de que él es mi guía y mi ángel. Siento que me acompaña incluso ahora.

¿Qué hubieses querido que experimente tu papá si pudiera volver un día?

— Me hubiera encantado verlo jugar o charlar con mis hijos, conocerlos a los dos y también conocer a Pablo, el papá de mi hija, porque creo que hubiesen conectado increíblemente. Mi papá falleció cuando Luca tenía casi tres años y a Juana no llegó a conocerla, pero ella tiene su mirada, sus ojos. Me encantaría poder compartir con él esas pequeñas cosas cotidianas, traerlo a la mesa familiar.

Fotos: Maximiliano Luna