Así está la nueva casa de Juana Repetto a diez días de la mudanza: “No admito comentarios negativos”

Tras anunciar que continuaría con la obra luego de su separación, la influencer continúa con los trabajos y lanzó una advertencia a sus seguidores

Guardar
Así está la casa de Juana Repetto

Las cajas apiladas se mezclan con el polvo de obra y los ecos del cambio, mientras la luz atraviesa los ventanales sin cortinas y revela rincones aún incompletos. Juana Repetto mostró cómo luce su nueva casa, apenas diez días antes de mudarse, y lo hizo en ese tono suyo —cálido, directo— que tanta complicidad lleva a sus seguidores. La cocina, corazón siempre expuesto en su relato doméstico, aparece casi lista, transitable entre paredes sin terminación, muebles faltantes y una promesa de hogar que, aunque imperfecta, ya late.

A principios de abril, cuando la actriz y Sebastián Graviotto anunciaron su separación tras dos años de matrimonio, el futuro parecía tan fragmentado como las paredes sin pintar de su casa en construcción. Muchos pensaron que el proyecto común quedaría suspendido, una ruina sentimental convertida en ladrillos huérfanos. Sin embargo, fue la propia influencer quien disipó las dudas casi de inmediato: decidió mudarse sola, acompañada únicamente de sus hijos y del empeño de sostener un sueño levantado con paciencia.

“Así está la cocina a diez días de la mudanza”, escribió Juana en su última publicación de Instagram. Entre imágenes donde las mesadas esperan electrodomésticos y las lámparas aún no encuentran techo, la actriz se anticipó a cualquier crítica con una mezcla de humor y determinación: “No admito comentarios negativos con respecto a los tiempos. Ya hay gas, luz, agua y calefacción. La casa está cerrada, tengo camas, mesa, sillas, fin. Se puede habitar, ¿nocierrrto (sic)?”, escribió, al subrayar la victoria ante las urgencias y la presión de lo inacabado.

Juana Repetto y Sebastián Graviotto
Juana Repetto y Sebastián Graviotto se separaron tras dos años de casaods y ella continuó con el proyecto de la casa

El recorrido que compartió no escatima detalles: la cocina funcional, pero con tomacorrientes sin cubrir, rincones que aguardan una última mano de pintura, y muebles que sugieren más promesa que plenitud. Aun así, cada espacio parece contar la historia de su proceso, más valioso quizás que la foto final del hogar perfecto. A pesar de las imperfecciones, el ambiente ya cumple su propósito esencial: es refugio para ella y sus hijos, testigo de un nuevo capítulo.

“Parece que falta mil, pero son detalles”, dejó en claro su voz, acompañado a las imágenes que permiten por un momento ser parte nuevamente de este largo proceso.

Desde hace meses, su comunidad digital fue testigo del lento avance de la construcción. Decisión tras decisión, problema tras problema, Juana compartió el diario íntimo de esa edificación no solo de ladrillos, sino también emocional. Las publicaciones generaron un lazo singular con su audiencia, una tribu digital que aplaudió cada paso y sugiere soluciones, consuelo y chistes en los momentos de más incertidumbre. “Qué satisfacción debe ser construiste tu propio hogar”; “Ame esa cocina, mudate así Juana. Lo demás, después de a poco vas acomodando”, escribieron algunos, al validar la idea de que lo más importante no es la perfección, sino el coraje de seguir adelante.

Juana Repetto mostró la reacción de Toribio al ver la cocina

En ese mosaico de voces, resuenan las historias paralelas de otros que decidieron mudarse antes de que todo estuviera terminado. “¡Hay que poner fecha y mudarse! Porque si no, uno dice cuando termine tal cosa o la otra. ¡Nosotros nos mudamos sin gas! ¡Y no me arrepiento!”; “Re contra re habitable, no hay dudas de eso”. Cada uno de estos mensajes sirve no solo de apoyo, sino de espejo en el que la actriz y su pequeña familia se reconocen y encuentran ánimo.

La historia de Juana Repetto y su nueva casa, entonces, va más allá de la imagen de una cocina lista o de paredes a medio camino. Es el retrato de quien, en medio de rupturas y reinvenciones, decide reivindicar el derecho a habitar la espera, a mudarse con lo puesto, a inaugurar un tiempo propio —aunque falte una lámpara, aunque abunde el polvo y no haya cortinas—. Entre la incertidumbre y el entusiasmo, ella abre la puerta a un hogar imperfecto, pero posible, mientras afuera, en las redes, cientos de voces la acompañan en el umbral.