Alejandra Maglietti en la recta final de su embarazo: “Tengo dos eventos y no sé qué ponerme”

La abogada y panelista recurrió a sus redes sociales para consultar sobre lugares dónde conseguir ropa para su estado y recibió respuestas inesperadas

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Alejandra Maglietti mostró su panza de 35 semanas (Video: Instagram)

El domingo despertó con una inquietud que parecía sencilla, pero resultó ser el comienzo de una conversación inesperada. Alejandra Maglietti, abogada y reconocida panelista, sorprendió a sus seguidores al compartir en redes sociales un video en el que confiesa sus dudas sobre cómo vestirse durante la semana 35 de su embarazo: “Cuestión, me tengo que vestir. Tengo dos eventos. Semana 35 y el bebé ya pesa tres kilos. O sea, ¡miren lo que es esta panza, directamente no sé qué ponerme ni tampoco sé dónde encontrar algo que me pueda entrar porque ningún talle es compatible!. Así que dejo acá la cajita de preguntas para que me digan dónde puedo encontrar ropa que me entre”.

Detrás del tono ligero, Maglietti desnudó una rutina: los intentos frente al espejo, el repaso por percheros donde nada parece adaptarse, la ansiedad previa a dos compromisos sociales y el balance, ya inevitable, entre el deseo de mostrarse activa y los límites corporales propios de la gestación avanzada. “Hoy tengo dos eventos y no sé qué ponerme. O sea, me gustaría ponerme algo que me cubra toda, pero como que sea elastizado o algo así, pero no sé a dónde ir, así que seguramente ustedes tienen muchas más ideas que yo porque no sé qué hacer. Así que agradezco mucho la ayuda porque me estoy volviendo loca”.

La reacción de sus seguidores fue, en gran parte, de desconcierto. Mientras la consulta apuntaba a una prenda “elastizada” o a algún consejo de tienda salvadora, la mayoría interpretó en su video una invitación a la pausa. “No vayas a ningún evento, la vida no son los eventos, disfrutá de tu panza, de tu marido, de tu casa. Nada es más importante que la conexión con tu bebé. Hoy priorizá la vida, después vendrán los eventos”, escribió uno de los usuarios en un mensaje que reunió decenas de “me gusta”.

Alejandra Maglietti, el pasado mes
Alejandra Maglietti, el pasado mes de abril en Bahamas

En la misma línea, otra voz se sumó con ternura: “¿Semana 35?, quedate en tu casa en pijama y pantuflas, en paz comiendo algo rico, descansando tu cuerpo”. Estas recomendaciones fueron replicadas una y otra vez bajo la publicación, al punto que una médica intervino con contundencia: “A esta altura deberías buscar calma y descanso, no ropa para eventos, porque el cuerpo se está preparando para el parto, el amamantamiento y las pocas horas de sueño que se vienen. Soy médica”.

Entre la multitud de mensajes, surgió una recomendación práctica: “Ponete un vestido y listo, con botas y una campera de cuero”. La modelo respondió rápido y sin vueltas: “Ni vestido que me entre tengo”.

La conversación entonces giró al tema de la ropa para embarazadas. “Se venden habitualmente prendas para embarazadas”, propuso una seguidora. Pero la respuesta de Maglietti marcó la realidad habitual: “Pero la ropa que se consigue seguido no es para galas”. Otra lectora profundizó: “Y es todo horrible, porque aparentemente la gente gorda no tiene derecho a vestirse elegante, sobria y moderna”. Allí, la indignación se entremezcló con resignación.

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Las redes se convirtieron así en el espejo de un dilema mayor: la aparente falta de opciones para quienes atraviesan la gestación o cuerpos no hegemónicos y quieren seguir presentes en la vida pública, sin renunciar a la estética o la comodidad. ¿Por qué sigue resultando tan complejo encontrar ropa funcional y elegante que acompañe los deseos y necesidades de todas las mujeres, sin importar su talla o circunstancias?

Por lo pronto, Maglietti expuso una problemática cotidiana y entregó, en su vulnerabilidad, una pregunta sin resolver. ¿Es posible habitar el cuerpo materno sin sacrificar las propias elecciones? ¿Hasta cuándo soportar el mandato de la resignación? Mientras la respuesta llega, el video quedó allí: un testimonio honesto, lleno de dudas y envuelto en las certezas de una comunidad que, en medio de las diferencias, eligió acompañar.