Evangelina Anderson visitó su escuela y se reencontró con sus amigos de la infancia: “El patio de mi cole”

Luego de vivir un tiempo en México, la modelo se puso al día con sus afectos y sus recuerdos. El mensaje del papa Francisco que marcó su visita

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Evangelina Anderson, en el patio
Evangelina Anderson, en el patio de su colegio de la infancia (Instagram)

Luego de nueve meses de vida en México, donde el fútbol y el amor la llevaron tras la carrera de su esposo Martín Demichelis, Evangelina Anderson volvió a caminar los corredores del pasado con pasos suaves, curiosos y nostálgicos. La modelo e influencer, conocida por sus casi 4 millones de seguidores en Instagram, compartió con el mundo digital un regreso tan sencillo como profundo: su vuelta a la escuela de la infancia.

A través de la pantalla se asoma la emoción: en la primera imagen, Eva aparece de pie en el patio escolar. Una campera negra, remera clara, jeans azules y botas negras dibujan la silueta de quien fue alumna y ahora es visitante ilustre. La gorra oscura y la bandolera beige no logran ocultar del todo su rostro: se adivina la sonrisa, ese gesto pequeño y verdadero. Arriba, la bandera Argentina flamea como un testigo familiar en la esquina superior derecha, mientras un breve texto, simple y orgulloso, lo dice todo: “El patio de mi cole”.

¿Qué siente quien vuelve al círculo de la infancia tras tanto camino recorrido? ¿Qué dice ese rostro, parcialmente cubierto por la gorra, pero transparente de felicidad? Las redes, siempre atentas, leyeron esa alegría y la celebraron: “Lo que más amo de vos, que nunca te olvidás de tu país, de tu gente, de tus costumbres. Sos una genia”, escribió un seguidor, al expresar el sentir colectivo que inundó de mensajes la cuenta de la modelo.

Evangelina Anderson junto con tres
Evangelina Anderson junto con tres de sus compañeros de estudios

Pero la celebración de los recuerdos no paró ahí. Las imágenes siguieron, una tras otra, cada una como una ficha en el rompecabezas de la biografía personal. En la siguiente foto, Anderson aparece junto a tres amigos, dos de ellos sentados en los viejos bancos escolares. El texto lo resume todo: “Mis mejores amigos del cole y hasta hoy. Los amo infinito”. ¿Quién no soñó alguna vez con esa fidelidad? ¿Quién no guarda, bien profundo, la nostalgia por esos lazos de raíz y de tiempo?

El recorrido emotivo encontró su broche dorado en un rincón del colegio: un cuadro que lleva una frase firmada por el papa Francisco: “Hablen poco, escuchen mucho, digan lo justo y miren siempre a los ojos”. La cita, discreta y poderosa, brilló en la memoria de todos los que alguna vez compartieron esas aulas. Bastaron esas palabras para conectar pasado y presente, educación y valores, familia y destino.

La repercusión no tardó en explotar. Muchos, sorprendidos y tocados por la coincidencia, descubrieron que la escuela que aparece en las fotos era también parte de su propia historia. Un mensaje se repite, vibrante, entre los cientos que llegaron: “¡Es el San Ramón Nonato! Yo fui”. En medio de la multitud digital, una certeza: las raíces, cuando son genuinas, unen historias y atraviesan generaciones.

La frase de Francisco compartida
La frase de Francisco compartida por Evangelina Anderson

La visita a la escuela de la infancia fue mucho más que un gesto. Entre imágenes, textos y comentarios, Evangelina Anderson mostró lo que nunca se borra: las huellas del origen y el orgullo de llevar a la Argentina en cada paso, sin importar cuán lejos la vida conduzca.

Su regreso reciente al país marcó también un fuerte reencuentro con su entorno familiar, en especial con su hijo mayor Bastián. De inmediato volvieron a compartir rutinas y apoyos, como en las mañanas dominicales en las que la modelo se acerca a ver jugar a su hijo en las divisiones inferiores de River Plate. La figura de Bastián heredó la pasión por el fútbol, siguiendo el camino de su padre, y su madre acompaña cada paso, reforzando el vínculo que ella misma narra con frecuencia en sus perfiles de redes sociales. La dinámica familiar se torna protagonista de sus publicaciones, alimentando la curiosidad y el afecto de quienes la siguen desde hace años y comparten el crecimiento de sus hijos y la evolución de su rol materno.