Carlos Rottemberg define sus 50 años de carrera teatral con un título para la obra de su vida: “Éticamente cumplido”

El empresario argentino comparte su recorrido en el mundo del espectáculo, celebra medio siglo de pasión por el teatro, resaltando la importancia de la gratitud, las relaciones humanas y el respeto en una profesión marcada por la ética y el afecto

Guardar
El regalo que le acercó el actor Mauricio Dayub a Carlos Rottemberg por los 50 años en su profesión

Yo soy un agradecido a esta profesión porque fui bien tratado desde chiquito”, afirmó Carlos Rottemberg, empresario teatral, al celebrar sus 50 años en la actividad. Con 68 años de vida y medio siglo ligado al teatro argentino, Rottemberg hizo un emotivo balance de su recorrido, destacando la gratitud que siente no solo hacia el medio artístico, sino también hacia el público y la prensa que lo acompañaron desde sus inicios.

La simbólica firma de dedos
La simbólica firma de dedos entre Mauricio Dayub y Carlos Rottemberg para la temporada 2021 en Mar del Plata

A lo largo de medio siglo vinculado al espectáculo, Rottemberg remarcó con emoción el valor de haber sido reconocido y respetado en múltiples ámbitos. “Fui Carlitos y hace 50 años sigo siendo Carlitos”, puntualizó el empresario, al recordar sus primeros pasos en el ambiente teatral, cuando comenzó a trabajar con apenas 17 años. Lejos de cualquier arrepentimiento, aseguró: “No, nada de arrepentimientos. Porque sería ser desagradecido”.

Carlos Rottemberg, desde pequeño sabía
Carlos Rottemberg, desde pequeño sabía que el teatro sería su vida

La simbólica fecha, de la que hoy se cumple medio siglo, está graficada por el posteo en X (antes Twitter), de la cuenta de Multiteatro: " sta Casa Teatral fue fundada el 1 de julio de 1975, hace hoy exactamente 50 años. El precoz inicio fue como inquilina del teatro Ateneo de Bs. As. Fueron cinco décadas de una vocación convertida en profesión. Ayer y hoy, siempre Teatro. ¡Gracias todas, al medio y al público!"

El productor sostuvo que ese sentimiento de gratitud atraviesa tanto su vínculo con el público y la prensa como con todos los sectores de la profesión: “Yo soy bien tratado. Lo siento por la profesión y en todas sus vertientes”. Reiteró su agradecimiento cada vez que puede: “Todo lo que yo te diga en la profesión fue y es positivo”.

—¿Qué herramientas tuviste que tener o tenés para mantenerte como empresario tantos años en el país?

—Yo aprendí de muy chico. Me di cuenta que nosotros no trabajamos con mercadería, trabajamos con seres humanos. Hay una cosa que a mí me gusta siempre decir: para ser empresario del espectáculo, en el caso del teatro, tenés que ser más teatrista que empresario.

El posteo de Multiteatro por
El posteo de Multiteatro por los 50 años de Carlos Rottemberg como productor
Mirtha Legrand y Carlos Rottemberg,
Mirtha Legrand y Carlos Rottemberg, compartieron la profesión durante muchísimos años

—¿A qué te referís con eso?

—Conozco gente que llegó con dinero a la profesión y a los diez minutos se iba, porque acá de lo que se trata es de las relaciones humanas. Siempre digo que no trabajamos con mercadería ni stock.

—¿Cómo se maneja la confianza en este ambiente?

—Hace más de 20 años que los contratos son el dedo pulgar en una hoja en blanco. No hacen falta papeles. La palabra es volver un poco a la fuente. El valor de la palabra... Y a mí me ha ido bien en ese sentido: nunca nos mandamos una carta documento a lo largo de tantos años, justamente por respetar la palabra.

Un joven Carlos Rottemberg, rodeado
Un joven Carlos Rottemberg, rodeado de grandes actores como Luis Brandoni y Gerardo Romano
Carlos Rottemberg cuando cumplió sus
Carlos Rottemberg cuando cumplió sus 40 años con la profesión

—¿Cuál fue la primera obra que produjiste?

—La vida de Florencio Parravicini con Pepe Soriano. Yo estaba feliz.

—¿Por qué se te ocurrió esa producción? ¿Qué te llevó a dedicarte al teatro?

—No es una historia de libro escrito. Me mandaban al psicólogo… Por qué a mí me interesaba más saber cuántas butacas tenía el Gran Rex que cómo se formaba un equipo de fútbol.

—¿Tus padres tenían relación con el espectáculo?

—Mis padres se dedicaban a la fabricación de ropa de cuero. Nada que ver con esto. Cuando terminé la secundaria, en el 74, mi viejo me decía: “¿ A qué facultad vas a ir ?”. Les pedí que me dejen un año sin facultad para probar suerte en esto. Enviaba cartas para ser cadete, boletero de los cines. Eso es lo que yo hacía.

Carlos Rottemberg y Daniel Tinayre
Carlos Rottemberg y Daniel Tinayre

—¿Qué podés decir de los vínculos y las amistades que hiciste en estos 50 años?

—He conocido muchos. Guillermo Bredeston que fue mi socio, mi amigo, una referencia para mí. En aquel grupo estaban Hugo Sofovich, Juan Carlos Calabró, todos eran amigos. Todos eran grandes para mí y me dejaron pertenecer.

—¿Eras muy joven al relacionarte con esas figuras?

—Yo tenía 18 años y me movía con Alejandro Romay, que era un señor grande. Me dejaron pertenecer. Yo hacía bien los deberes. Me acuerdo de una anécdota: Romay me invitó a comer cuando tenía 18 años, con Lita, su mujer, en un restaurante que se llamaba El Cid. Cuando terminamos de comer, Lita me preguntó si quería algo más y le contesté: “No, gracias, estoy lleno”. Me corrigió: “No se dice ‘estoy lleno’, se dice ‘estoy satisfecho’”. Eso me marcó, nunca más pude decir “estoy lleno”.

—¿Sentís que fuiste bien tratado en el medio?

—Sí, yo fui muy bien tratado. Hice los deberes. Todo lo que te diga de la profesión es positivo.

Carlos y Tomás Rottemberg quien
Carlos y Tomás Rottemberg quien hoy se unió a su padre en la profesión

—¿Vas a festejar?

—Esto es festejar, es entre nosotros, internamente. Hace 10 años hice un festejo enorme en el teatro Metropolitan por los 40 años, con 800 invitados. El año pasado falleció mi viejo y creo que lo que no me motivó a hacer una fiesta más grande fue porque me hubiera gustado tenerlos a los dos —a mis padres— en la platea. Prefiero algo más íntimo.

—¿Qué lugar ocupa tu familia frente a tu pasión por el teatro?

—Tengo claro que la familia y los afectos están por encima de cualquier cosa. Siempre le digo a las generaciones más jóvenes que ni el rating, ni las audiencias, ni los seguidores, ni las selfies, nada de eso te va a dar la mano cuando tengas que entrar a un quirófano. La mano siempre te la da la familia y los afectos. Eso lo tengo clarísimo.

—Si tuvieras que ponerle un nombre de obra de teatro a tu carrera, ¿cuál sería?

—Le pondría “Éticamente cumplido