Fernando Burlando sorprendió a su hija Sarah con trucos de magia: la tierna reacción de la niña

La llegada de la pequeña Sarah a la familia que formaron Fernando Burlando y Barby Franco cambió su dinámica para siempre. La modelo compartió un momento de ternura que se dio muy temprano a la mañana, antes de que el abogado salga a cumplir con sus compromisos laborales. Allí registró una faceta desconocida de él: la de mago.

“Esto pasa 8 AM en casa”, escribió, en sus redes mientras filmaba el tierno momento en el que su hija se asombraba por lo que le proponía su papá, realizando trucos con pelotas, sacando y haciendo desaparecer de una bolsa las esferas bajo la amorosa mirada de sorpresa de su hija.

“¡Papi, a ver la magia!“, le pidió la niña, mientras el abogado sacaba elementos de un maletín en el que había pañuelos, naipes y otros tipos de artilugios. ”Esto es secreto”, jugó el letrado, misterioso mientras realizaba su actuación y su niña lo premiaba con un aplauso.

Barby es la encargada de mostrar cada uno de los pasos que da su hija a través de sus redes sociales. Uno de los últimos fue el de su incursión en el mundo de la equitación.

El 1° de abril, día de su primera práctica, Sarah Burlando lució un conjunto pensado hasta el mínimo detalle: suéter blanco con moño negro, bordes festoneados, pantalón negro, botas de gamuza color suela y casco reglamentario. La escena, grabada en un video breve de apariencia casi doméstica, atrajo la atención no solo por la estética, sino por la habilidad que la niña desplegó en su desempeño.

Durante la clase, Sarah, guió al caballo con firmeza a través de un circuito de obstáculos, sin errores ni titubeos. “Solo pasó un mes desde que se subió por primera vez al animal”, había contado Barby, lo que le otorgó al episodio un tono aún más impactante.

A poca distancia, montada también con seguridad, iba Ana García Moritán, hija de Pampita y Roberto García Moritán, compañera de clase y amiga de Sarah. Ambas niñas, según pudo observarse, sincronizaban sus movimientos con una naturalidad que sorprendió incluso a un jinete profesional que se detuvo a observar.

Desde el costado, la entrenadora siguió la secuencia con atención y, al finalizar el recorrido, celebró el logro de Sarah con un choque de manos y una sonrisa. Para los adultos presentes, el episodio superó el ámbito del juego: montar a esa edad no solo requiere valor y equilibrio, sino también disciplina, temple y sensibilidad, cualidades que Sarah exhibió con claridad.

En octubre pasado, un video difundido por Pampita mostró a Sarah Burlando y Ana García Moritán tomadas de la mano, vestidas con tutús, moños y medias rosas. Bailaban con notable sincronía, como si compartieran clases desde hace años. “Estas amigas que lo dan todo”, escribió la conductora junto a las imágenes, reflejando la conexión especial entre las niñas, que no solo comparten la pasión por la danza, sino también una amistad creciente.

Esa cercanía también se proyecta en el ámbito ecuestre. Sarah, concentrada y serena, fue retratada montando uno de los caballos mientras una instructora la guiaba paso a paso. En otra imagen, se la ve en brazos de su padre, Fernando Burlando, observando la pista con una mezcla de fascinación y templanza. En un video adicional, Barby Franco comentó con humor: “Hasta metieron galope”, en alusión al entusiasmo y entrega con que su hija enfrentó el desafío.

Las experiencias compartidas en la pista y el estudio de danza consolidan un vínculo que, a través del juego, el aprendizaje y la constancia, crece con naturalidad entre dos niñas que, a su corta edad, ya demuestran una sensibilidad y un entendimiento especial entre ellas.