La consigna del miércoles en El gran premio de la cocina era la elaboración de platos con el lema “todo en fuente”. El menú incluía croquetas de papa; pastel de cerdo y batata y pollo al horno con papas. Una idea, y tres sabores, que conectaron de inmediato con las infancias de cada uno de los participantes; esos recuerdos de mesas largas y animadas, con las madres o las abuelas a cargo de esas recetas de seguro sabrosas, pero año tras año mejoradas con el aderezo de la nostalgia.
Como integrante del equipo verde, Guido Süller afrontó la tercera etapa de la competencia y le tocó preparar un plato emblemático para él, como es el pollo al horno con papas. Y de entrada, aclaró que lo que iba a presentar era bien diferente al que elaboraba su madre, Nélida y que él se encargó de hacer famoso. “Mi mamá crio cuatro hijos y dos nietos no tenía tiempo para condimentarlo tanto. Antes eran más expeditivas las madres”, afirmó, y contó cómo había preparado esta versión: “Le agregué un poquito de mostaza, algunas especias, hice un menjunje, me puse los guantes, lo acaricié. Está hecho con mucho amor”, destacó el arquitecto.
La conductora Carina Zampini elogió su buen andar en lo que va del certamen y Guido reconoció que todo lo había aprendido de su madre. “Las mamas de antes se dedicaban al hogar, teníamos la mesa ovalada del living, con un mantel blanco y la frutera con frutas de mentira, de plástico”, evocó, pintando una típica postal familiar de antaño. Y también se refirió a los momentos duros. “Alguna vez no alcanzó y mamá se iba a la cocina y tardaba y decía ‘coman ustedes’. De grande me di cuenta por qué decía eso”; agregó, antes de emocionarse hasta las lágrimas.
De vuelta al certamen, el arquitecto elaboró su plato según los requisitos de la competencia y obtuvo buenas devoluciones del jurado, integrado por Felicitas Pizarro, Mauricio Asta y Ximena Saenz. Los chefs elogiaron cómo había adobado las presas aunque objetaron el grado de cocción. Y a medida que escuchaba las devoluciones, Guido empezó a emocionarse. “Llenaste de sabor la fuente, todo tiene tiene ricos aromas y sabores”, señaló Felicitas. “Se nota el sabor casero que tiene tu plato”, apuntó Mauricio. Y al participante le brillaban los ojos y tenía un as bajo la manga. O mejor dicho, en una fuente en el horno.

“El pollo al horno es como un sello mío, y la gente me pregunta por el secreto del pollo al horno que me hacía mi mamá. Y el secreto era el amor con el que hacía el pollo mi mamá, porque no había ningún secreto”; señaló Guido en referencia a Nélida, quien falleció en julio de 2019. Y en ese punto, pidió una licencia fuera de concurso: “Les quiero traer el pollito como lo hacía mi mamá”.
Mientras su compañera de equipo Evelyn Scheidl sacaba del horno una fuente y la acercaba hacia el lugar del jurado, el comisario de abordo rompió en llanto y debió ser contenido por Carina Zampini. A simple vista, la imagen de cada preparación era bien diferente: el estilo Nélida se notaba menos condimentado, más crujiente y con las papas crepitando en el aceite. “Simple, sencillo lo hacía. Con limón y orégano, entonces se dora mucho más porque no tiene tanto menjunje”, explicó. “Está muy crocante la piel y te quedaron las papas bien doradas”, sentenció Felicitas, ante el agradecimiento del participante, que se retiró con la felicidad de haber dado una vuelta por su pasado.
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