SpaceX de Elon Musk tuvo una pérdida significativa en órbita con un satélite: qué pasó

El incidente reavivó la preocupación global por la congestión espacial y la necesidad de reglas más estrictas para evitar colisiones

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El satélite de SpaceX presentó
El satélite de SpaceX presentó una anomalía que provocó pérdida de contacto y caída de altitud en órbita terrestre baja. (SpaceX)

SpaceX, compañía de Elon Musk, perdió comunicación con un satélite de su constelación Starlink, la cual provee el servicio de internet a millones de personas en la Tierra. El incidente se produjo tras una anomalía de la sonda en órbita terrestre baja el miércoles 17 de diciembre, lo que produjo un desprendimiento de escombros del objeto.

Tras el incidente, el satélite descendió rápidamente cuatro kilómetros, lo que sugiere la posibilidad de una explosión interna. SpaceX ha iniciado una investigación para determinar la causa exacta del fallo y prevé que el satélite reingresará a la atmósfera y se desintegrará completamente en cuestión de semanas, sin representar riesgo para la Estación Espacial Internacional ni su tripulación.

Según Starlink, el satélite permanece mayormente intacto y se encuentra girando en órbita. La empresa subrayó que la trayectoria actual del aparato lo sitúa por debajo de la órbita de la estación espacial, descartando cualquier peligro para la infraestructura o los astronautas a bordo.

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El incidente derivó en la dispersión de “decenas” de fragmentos, según la firma de rastreo LeoLabs. (Reuters)

La compañía de rastreo espacial LeoLabs detectó “decenas” de fragmentos derivados del incidente y continúa analizando la evolución del campo de escombros. Tanto SpaceX como LeoLabs coinciden en que la rápida caída de altitud y la naturaleza del suceso apuntan a un problema interno del satélite, más que a una colisión con otro objeto.

En comparación con otros accidentes orbitales recientes, el evento se considera de menor magnitud. Mientras que la ruptura de un satélite de Intelsat generó más de 700 fragmentos y la desintegración de un cuerpo de cohete chino el año pasado produjo una cantidad significativa de desechos, el incidente de Starlink ha originado un campo de escombros relativamente pequeño. No obstante, la presencia de nuevos fragmentos en órbita implica riesgos potenciales para otros satélites activos.

SpaceX informó que colabora con la NASA y la Fuerza Espacial de Estados Unidos para monitorear los restos generados y minimizar cualquier amenaza para otras misiones. La empresa aseguró que sus ingenieros trabajan para identificar el origen de la anomalía y ya han comenzado a implementar actualizaciones de software en sus vehículos, con el objetivo de reforzar la protección frente a este tipo de eventos.

SpaceX prevé que el satélite
SpaceX prevé que el satélite reingresará a la atmósfera y se desintegrará sin representar peligro para la Estación Espacial Internacional. (Reuters)

La compañía, que opera la mayor constelación de satélites del mundo con cerca de 9.300 unidades activas —lo que representa aproximadamente el 65% de todos los satélites funcionales en órbita—, mantiene un ritmo de lanzamientos elevado, con 122 misiones Starlink realizadas solo en el último año y más de 3.000 satélites añadidos a la órbita terrestre baja.

Cada satélite Starlink tiene una vida útil estimada de cinco años y SpaceX ejecuta maniobras de desorbitado controlado al final de su ciclo operativo para reducir el riesgo de basura espacial.

Entre las medidas de mitigación implementadas, los satélites Starlink cuentan con sistemas autónomos de evasión de colisiones, que han realizado unas 145.000 maniobras en los primeros seis meses de 2025, lo que equivale a un promedio de cuatro acciones por satélite cada mes. Estas capacidades buscan minimizar el riesgo de incidentes en un entorno cada vez más congestionado.

Starlink opera la mayor constelación
Starlink opera la mayor constelación de satélites activos en el mundo y ha implementado sistemas autónomos de evasión de colisiones. (Reuters)

El crecimiento acelerado del número de satélites en órbita, impulsado tanto por empresas privadas como por agencias estatales, ha intensificado la preocupación internacional sobre la congestión orbital y la ausencia de reglas claras para evitar colisiones. Michael Nicolls, vicepresidente de ingeniería de Starlink, advirtió recientemente sobre un acercamiento peligroso entre un satélite chino y uno de Starlink, ocurrido sin coordinación previa y a solo 200 metros de distancia, una situación que los operadores buscan evitar.

Nicolls subrayó que la mayoría de los riesgos asociados a las operaciones espaciales derivan de la falta de coordinación entre los distintos operadores de satélites. En este contexto, la gestión responsable y la cooperación internacional se presentan como desafíos urgentes para la seguridad y sostenibilidad de las actividades en órbita.