Cuál es el significado de un puerto USB de color blanco y por qué se debe evitar

Estos puertos llegaron a finales de la década de 1990 como una gran revolución tecnológica, pero en la actualidad hay mejores opciones

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La obsolescencia técnica del puerto
La obsolescencia técnica del puerto USB blanco limita la transferencia de archivos y la carga de dispositivos modernos. (Grok)
Un aspecto muchas veces ignorado es el color de los puertos USB. Este pequeño detalle puede marcar la diferencia de cómo será el funcionamiento del proceso que queremos obtener con esa conexión y, en especial, el color blanco es una opción que es mejor evitar.

Este diseño es de los primeros que se empezó a implementar, lo que genera que su funcionamiento no sea el ideal para las condiciones y necesidades actuales. Por eso es importante conocerlo para entender su funcionamiento.

Cuál es el origen del puerto USB blanco

El puerto de color blanco identifica inequívocamente a los estándares USB 1.0 y USB 1.1, introducidos a finales de la década de 1990. En ese entonces, estas versiones representaron un avance tecnológico al establecer una forma común de conectar periféricos al ordenador.

Alcanzaron una velocidad máxima de 12 Mbps (megabits por segundo), cifra que resulta muy limitada frente a las capacidades actuales de los dispositivos electrónicos. Los primeros puertos blancos estaban pensados para funcionar con teclados, ratones o impresoras sencillas, tareas que en su momento no exigían grandes volúmenes de transmisión de datos.

Conectar un pendrive o disco
Conectar un pendrive o disco duro externo a un puerto USB blanco genera transferencias de datos notoriamente lentas. (Imagen ilustrativa)

Por qué se recomienda evitar el puerto USB blanco

En el contexto actual, el principal problema de estos puertos reside en su obsolescencia técnica. Transferir archivos a través de un USB blanco puede convertirse en una tarea interminable, sobre todo cuando se trata de documentos voluminosos, vídeos en alta calidad o grandes carpetas de fotografías.

Estos conectores, diseñados para una informática de hace 25 años, simplemente no pueden seguir el ritmo de los requerimientos modernos.

Además de su baja velocidad, el puerto USB blanco posee otro inconveniente relevante: la potencia de carga. Dispositivos como los smartphones o las tablets requieren un suministro energético adecuado para cargarse eficientemente. Como la tecnología USB 1.0/1.1 no priorizó esta función, en la práctica cargar un móvil desde un puerto blanco no solo es lento, sino que incluso podría resultar insuficiente o generar fallos de compatibilidad con equipos actuales.

La recomendación de evitar el uso del puerto USB blanco no surge de una simple preferencia estética, sino de motivos prácticos ligados al rendimiento y la compatibilidad. En primer lugar, al conectar un pendrive o disco duro externo a un puerto blanco, la transferencia de datos será notoriamente más lenta que en otros estándares.

El puerto USB blanco ofrece
El puerto USB blanco ofrece una potencia de carga insuficiente para smartphones y tablets actuales, generando posibles fallos de compatibilidad. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Esa lentitud no solo afecta a la experiencia del usuario, sino que, en entornos laborales o estudiantiles, puede representar una pérdida de tiempo significativa.

Por otra parte, estos puertos ofrecen un nivel de potencia insuficiente para la carga de dispositivos modernos. En algunos casos, podrían incluso causar errores al conectar periféricos de reciente generación, ya que la normativa de energía y los protocolos de comunicación han cambiado de manera considerable desde la época en que se diseñó el USB blanco.

A pesar de todo, estos puertos pueden tener alguna utilidad si se dispone de equipos muy antiguos o periféricos que no demandan un alto ancho de banda, como teclados básicos o ratones. Fuera de ese escenario puntual, su uso resulta desaconsejable frente a las opciones más modernas presentes en los computadores actuales.

Qué significan los colores en los puertos USB

  • Negro

El puerto negro corresponde al USB 2.0, que desempeñó un papel crucial en popularizar la tecnología a principios del siglo XXI. Este estándar permitió velocidades de hasta 480 Mbps, lo que representa un salto considerable respecto al USB blanco.

Suficiente para tareas básicas, como transferir archivos de menor tamaño, fotografías o documentos, aunque puede quedarse corto con vídeos de alta calidad o grandes volúmenes de datos. La mayoría de ordenadores y portátiles de hace varios años aún conservan esta versión como referencia mínima.

Los puertos USB rojos o
Los puertos USB rojos o amarillos mantienen la capacidad de carga energética incluso cuando el ordenador está apagado o en reposo. (Imagen ilustrativa)
  • Azul

El puerto azul señala la presencia de USB 3.0, que supuso una mejora radical en la transferencia de información. Este estándar alcanza velocidades de hasta 5 Gbps (gigabits por segundo), permitiendo mover archivos pesados, trabajar con discos duros externos, cámaras digitales y dispositivos de última generación. Los ordenadores modernos suelen priorizar este tipo de conectores, especialmente en sus ubicaciones más accesibles.

  • Turquesa

El turquesa distingue a los USB 3.1 y 3.2, estándares introducidos para cubrir las demandas de profesionales y usuarios avanzados que trabajan con grandes archivos multimedia, discos SSD externos y soluciones de almacenamiento ultrarrápidas. Estas versiones pueden alcanzar velocidades de transferencia de hasta 10 Gbps, eliminando los cuellos de botella en la conectividad y permitiendo copiar películas o carpetas de fotografías en cuestión de segundos.

  • Rojo y amarillo

Los puertos rojos o amarillos cumplen una función distinta. Han sido diseñados principalmente para mantener la capacidad de carga energética, incluso cuando el ordenador se encuentra apagado o en modo reposo.

Esto significa que un móvil, tablet o cualquier otro dispositivo conectado seguirá recibiendo energía, permitiendo aprovechar el PC como base de carga sin importar su estado operativo.