El primer Starship de tercera generación explota durante pruebas en la base de SpaceX

El Booster 18 colapsó durante una prueba de presurización y obligó a SpaceX a ajustar el calendario del programa Starship

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El tanque de oxígeno del
El tanque de oxígeno del Booster 18 explotó, lo que pondría en peligro su lanzamiento para el 2026. REUTERS/Steve Nesius

El programa Starship de SpaceX enfrenta un nuevo tropiezo tras el colapso del tanque de oxígeno del Booster 18, la primera etapa del vehículo que estaba destinado a protagonizar el vuelo de prueba número 12.

El incidente ocurrió durante una evaluación inicial de presurización, dejando inhabilitada la estructura y obligando a la compañía a replantear el calendario previsto para su sistema de lanzamiento pesado. Aunque no hubo motores involucrados en esta etapa temprana del proceso, el fallo supone un contratiempo más en el desarrollo de la tercera generación del cohete.

El ensayo formaba parte de la rutina habitual de validación, donde se emplea nitrógeno a temperatura ambiente para comprobar la resistencia de los tanques y verificar que las conducciones internas funcionan sin fugas ni deformaciones.

Base de SpaceX, donde se
Base de SpaceX, donde se desarrollan los Starship. REUTERS/Gabriel V. Cardenas/File Photo

Este paso se realiza antes de someter al vehículo a pruebas criogénicas con propelentes reales, como metano y oxígeno líquidos, que exigen condiciones mucho más severas. Sin embargo, el Booster 18 no superó esta fase preliminar, lo que llevó a detener el proceso y analizar a fondo lo ocurrido.

A diferencia de otros fallos anteriores, este tanque no tenía aún los motores instalados, lo que reduce los daños económicos y técnicos. Aun así, el incidente recuerda a la explosión de la Starship 36, una segunda etapa que sí contaba con motores y cuyo estallido dañó el banco de pruebas, dejándolo fuera de servicio durante semanas. En esta oportunidad, la infraestructura de ensayo no resultó afectada, pero sí se compromete la programación general del vehículo.

El vuelo de prueba número 12 estaba previsto para el primer trimestre de 2026. Ahora, el equipo técnico deberá determinar si lo sucedido obedece a un defecto particular del Booster 18 o si es necesario aplicar cambios adicionales al diseño o al proceso de fabricación.

Con la explosión del Booster
Con la explosión del Booster 18, la empresa deberá tomar la decisión si sigue el pie el lanzamiento de la tercera efgeneración de Starship. REUTERS/Steve Nesius

De momento, SpaceX tiene un camino alternativo, pues todo indica que el Booster 19 tomará el lugar de la primera etapa perdida, mientras que la Starship 39 se mantiene como la segunda etapa asignada para esta misión.

La compañía proyecta que este lanzamiento mantenga un perfil similar a los anteriores: la segunda etapa seguirá una trayectoria suborbital con amerizaje en el océano Índico. Será, además, la primera vez que un Starship de tercera generación despegue desde la segunda plataforma de lanzamiento de las instalaciones que SpaceX opera en Nuevo México. Este sitio complementa la infraestructura de pruebas que la empresa utiliza para validar nuevas versiones de sus vehículos.

La tercera generación del Starship incorpora ajustes en su estructura, materiales y sistemas de control destinados a mejorar su rendimiento y estabilidad. SpaceX espera que, una vez superados estos vuelos iniciales, los lanzamientos puedan asumir perfiles más complejos, con miras a conseguir por fin la inserción orbital de un Starship v3 en algún momento de 2026. Esto representaría un avance clave después de retrasos acumulados que impidieron cumplir la expectativa inicial de operar rutinariamente en órbita desde hace dos años.

La Starship es fundamental para
La Starship es fundamental para SpaceX, pues con esta nave pone en órbita los satélites de Starlink. REUTERS/Steve Nesius

La demora afecta no solo los objetivos de largo plazo asociados a los planes de exploración de Marte promovidos por Elon Musk, sino también las metas más inmediatas de la compañía.

El sistema Starship es fundamental para incrementar la frecuencia de lanzamientos de satélites Starlink, un elemento decisivo para la sostenibilidad financiera de SpaceX. Además, el progreso en esta línea de desarrollo es crucial para cumplir con los compromisos asumidos con la NASA, que espera utilizar una variante del vehículo como módulo de alunizaje en la misión Artemisa III.

Aunque el incidente del Booster 18 no implica un retroceso irreparable, sí obliga a SpaceX a revisar nuevamente su hoja de ruta. La empresa deberá confirmar si el problema está aislado o si requiere ajustes adicionales antes de avanzar hacia la siguiente etapa del programa. Por ahora, la compañía mantiene su apuesta por que 2026 sea el año en que la tercera generación del Starship finalmente alcance la órbita.