
Cada que sale un iPhone surge la pregunta de qué tan diferente es de la anterior generación, así que el canal de YouTube, PhoneBuff, decidió hacer una prueba con un robot para comparar los últimos seis modelos y tener una conclusión sobre las diferencias de rendimiento.
Las pruebas se hicieron con modelos desde el iPhone 12 Pro hasta el último iPhone 17 Pro. Todos sometidos a idénticas condiciones y bajo la manipulación de un brazo robótico, eludiendo cualquier margen de error humano.
Cómo fue él desafió del robot con los iPhone
La comparativa ideada por PhoneBuff se distinguió, en primer lugar, por la neutralidad de la metodología aplicada. Todas las unidades operaron bajo el mismo sistema operativo (iOS 26), con el brillo de pantalla configurado en 200 nits y el ajuste automático desactivado.
Los dispositivos se situaron a idéntica distancia del punto de acceso WiFi, para asegurar igualdad de condiciones en términos de conectividad y latencia de red. Además, las pruebas abarcaron desde el uso más cotidiano (como abrir aplicaciones de mensajería, redes sociales o cargar documentos de gran volumen en Microsoft Word) hasta tareas de elevado requerimiento computacional, entre ellas fotografía en ráfaga, panorámicas, edición de imagen y vídeo, y videojuegos de gráficos complejos.

Para hacerlo, usaron un brazo robótico programado para ejecutar siempre las mismas acciones sobre cada teléfono, y en exactamente los mismos intervalos, obteniendo así tiempos medidos con máxima precisión y sin intervención subjetiva.
Cuáles fueron los primeros resultados de este reto con funciones básicas
En las tareas más habituales, los seis iPhone demostraron desempeños notablemente similares. Por ejemplo, el escaneo de códigos QR arrojó ocho segundos tanto para el iPhone 12 Pro como para el 17 Pro. Al abrir Facebook, la diferencia apenas alcanzó un segundo entre el modelo más veterano y el más reciente.
Incluso al cargar una hoja de cálculo con 5.000 filas en Excel, los resultados se mantuvieron muy cercanos, evidenciando la robusta optimización de Apple a lo largo de sus generaciones.
Este segmento de la prueba dejó claro que para quienes utilizan el teléfono, principalmente en actividades básicas, un procesador de hace cinco años sigue ofreciendo una experiencia fluida, respaldando la longevidad y el soporte de la marca para modelos anteriores.

Qué pasó con el rendimiento en las pruebas más exigentes
Cuando las pruebas fueron tareas de procesamiento intensivo, las diferencias comenzaron a hacerse más notorias. Al disparar diez fotos en modo retrato con cambios de iluminación y movimiento del sujeto, el iPhone 17 Pro culminó la tarea en apenas 14 segundos, mientras que el iPhone 12 Pro necesitó 23 segundos.
El procesamiento de fotografías y vídeos supuso el verdadero reto generacional. Aplicar un filtro de reducción de ruido en Photomator llevó al iPhone 17 Pro 34 segundos, mientras que el iPhone 12 Pro consumió un minuto y 14 segundos.
Al exportar un vídeo de un minuto con fondo eliminado en Adobe Premiere, la ventaja del iPhone más nuevo fue aún mayor: 46 segundos frente a 1 minuto y 23 segundos del dispositivo más antiguo de la muestra.
Además, en la tarea de descomprimir un archivo de 6 GB, la diferencia se mantuvo en cinco segundos a favor del modelo más reciente. Estos resultados demuestran la evolución palpable en capacidad de procesamiento y eficiencia, especialmente visible para quienes editan contenido multimedia.

La segunda fase consistió en repetir todas las pruebas a máxima exigencia, sin pausa para que los teléfonos pudieran enfriarse.
Los iPhone 15 Pro Max y 16 Pro Max experimentaron throttling térmico, quedando superados no solo por el iPhone 17 Pro, sino también por modelos inmediatamente anteriores, como el iPhone 13 y 14 Pro Max, cuyas estructuras de aluminio y acero ofrecieron mejor disipación que la carcasa de titanio empleada en los modelos más recientes.
En esta ronda, mientras el iPhone 17 Pro mantuvo una velocidad sostenida, terminando el circuito en 4 minutos y 40 segundos, el 15 y 16 Pro Max tardaron más de cinco minutos, y el iPhone 12 Pro Max casi rozó los siete minutos.
Durante la gestión extrema de multitarea, el iPhone 16 Pro Max no logró mantener aplicaciones abiertas en segundo plano por falta de RAM suficiente, una limitación que el iPhone 17 Pro resolvió con su nueva configuración de 12 GB de memoria.
Cuál fue el iPhone ganador
En el resumen de la prueba, el iPhone 17 Pro resultó ser el claro ganador en todas las tareas de procesamiento pesado, fotografía avanzada y gestión térmica. PhoneBuff concluyó que quienes aún poseen un iPhone 12, 13 o 14 encontrarán mejoras apreciables si saltaban a modelos de reciente generación.
Los dueños de un iPhone 15 Pro o 16 Pro pueden esperar sin problemas, salvo quienes sufran especialmente de sobrecalentamientos con aplicaciones exigentes, donde el iPhone 17 Pro sí muestra una ventaja por su avanzado sistema de refrigeración.
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