Sam Altman, CEO de OpenAI, predice que la IA hará un descubrimiento científico clave en los próximos dos años

El CEO de OpenAI cree que los modelos actuales ya pueden responder preguntas técnicas con precisión sorprendente

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Sam Altman. REUTERS/Jonathan Ernst
Sam Altman. REUTERS/Jonathan Ernst

El desarrollo de la inteligencia artificial (IA) avanza a un ritmo sin precedentes, y sus creadores ya vislumbran un futuro en el que esta tecnología pueda transformar por completo la forma de entender la ciencia. Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI y creador de ChatGPT, aseguró recientemente que el mundo se encuentra cerca de un punto de inflexión: en los próximos dos años, la IA podría ser capaz de realizar un descubrimiento científico relevante por sí misma.

Durante una conversación con la periodista tecnológica Cleo Abram, Altman explicó que los nuevos modelos de inteligencia artificial tienen la capacidad de procesar información técnica con una precisión que hasta hace poco parecía inalcanzable. En su opinión, el progreso logrado hasta ahora demuestra que los sistemas actuales ya pueden formular hipótesis y ofrecer respuestas complejas con un alto nivel de acierto.

Más que reemplazar la mente humana, el empresario considera que el papel de la IA será potenciarla. Su visión apunta a una colaboración entre personas y máquinas, donde la tecnología actúe como catalizador del pensamiento creativo y científico.

CEO de OpenAI, Sam Altman,
CEO de OpenAI, Sam Altman, hace sus predicciones sobre la IA. REUTERS/Shelby Tauber/Pool

La IA como motor del conocimiento

Altman destacó que la inteligencia artificial ya se utiliza para resolver problemas técnicos, desarrollar nuevos materiales o mejorar la eficiencia de procesos científicos. Sin embargo, cree que su verdadero potencial aún no se ha alcanzado. “Estamos cerca de una etapa en la que los modelos de IA podrán descubrir principios científicos por sí solos”, comentó, refiriéndose al salto cualitativo que se espera en los próximos años.

El CEO de OpenAI sostuvo que el avance más significativo radica en la capacidad de estos sistemas para analizar grandes volúmenes de información y detectar patrones que los humanos podrían pasar por alto. Según Altman, esta habilidad abre la puerta a descubrimientos que podrían modificar el rumbo de disciplinas como la medicina, la física o la biología.

Aunque no precisó en qué campo podría producirse ese gran hallazgo, el ejecutivo confía en que los modelos futuros contarán con el poder cognitivo suficiente para generar teorías o experimentos con impacto real en la ciencia.

Sam Altman.  REUTERS/Shelby Tauber/Pool
Sam Altman. REUTERS/Shelby Tauber/Pool

Un aliado del pensamiento humano

Lejos de concebir la IA como una amenaza para el pensamiento crítico, Altman insiste en que debe verse como una herramienta de expansión intelectual. En su conversación con Abram, señaló que algunas personas utilizan ChatGPT únicamente para evitar el esfuerzo de pensar, mientras que otras lo emplean para profundizar en ideas y desarrollar proyectos complejos.

“Hay quienes usan la IA para potenciar su mente, para pensar más y hacer cosas grandes”, afirmó. El empresario aseguró que su objetivo es fomentar ese segundo grupo: usuarios que aprovechen la tecnología para aumentar sus capacidades cognitivas y no para depender de ella.

Altman mencionó que un pequeño porcentaje de usuarios de ChatGPT ya demuestra un nivel avanzado de interacción con la herramienta, generando ideas, soluciones o investigaciones con una comprensión profunda del modelo. Ese tipo de uso, considera, anticipa cómo podría integrarse la IA en el ámbito científico.

Sam Altman es CEO de
Sam Altman es CEO de OpenAI, creador de ChatGPT. REUTERS/Kim Kyung-Hoon/File Photo

Un paso más hacia la inteligencia avanzada

En cuanto a las capacidades técnicas de los modelos más recientes, Altman destacó la flexibilidad de GPT-5, que puede escribir software, analizar datos complejos o resolver problemas de programación avanzada. “En cierto modo, puedes pedirle a GPT-5 que haga casi cualquier cosa”, dijo.

No obstante, el director de OpenAI reconoció que todavía falta un componente esencial para que la inteligencia artificial pueda alcanzar descubrimientos comparables a los de un científico humano: una estructura conceptual más sólida y un nivel de razonamiento autónomo superior.

“Necesitamos un avance adicional en el poder cognitivo de estos modelos”, explicó. Altman considera que el desarrollo de esta capacidad marcará el inicio de una nueva etapa en la relación entre ciencia y tecnología, donde las máquinas no solo procesen información, sino que también generen conocimiento original.

Si su predicción se cumple, la próxima revolución científica podría no venir de un laboratorio humano, sino de una máquina capaz de pensar de forma independiente y de empujar los límites del saber más allá de lo imaginable.