Mito o realidad: es cierto que los villanos en las películas no pueden usar un iPhone

Durante la promoción de la película Knives Out, el director Rian Johnson compartió una curiosidad que sorprendió tanto a cinéfilos como a expertos de la industria. El tipo de teléfono que utiliza un personaje puede ser mucho más que un simple detalle visual: es, potencialmente, una pista clave sobre su rol en la historia.

De acuerdo con el director, en su película todos los sospechosos aparecen usando un iPhone, excepto el asesino. Johnson confirmó que no se trata de una casualidad, sino de una regla impuesta por Apple para todas las producciones audiovisuales que desean incluir sus productos en pantalla.

El vínculo entre la marca, cofundada por Steve Jobs, y la percepción de sus dispositivos se traduce en una condición inédita: los villanos no pueden utilizar iPhone ni otros dispositivos Apple en cine o televisión.

Rian Johnson, al exponer este secreto, detalló que los productores de cine y televisión reciben autorización de Apple para mostrar sus dispositivos, pero bajo una norma clara e innegociable: los personajes que resulten ser villanos tienen prohibido utilizar iPhone, MacBook o iPad en escena.

Esta restricción, lejos de ser simbólica, podría afectar la construcción del relato y de la identidad de los personajes en cada historia. El caso de Knives Out lo ejemplifica con precisión. Aunque todos los integrantes de la familia protagonista aparecen utilizando productos Apple, el verdadero asesino no sostiene ninguno de ellos durante el metraje.

Johnson incluso bromeó diciendo que esta política se convierte en «un pequeño spoiler» para los espectadores atentos, porque puede ayudar a descubrir la identidad del antagonista antes del desenlace.

La preferencia de los personajes «buenos» por los productos de Apple no nació con Knives Out. En 2002, la revista Wired ya analizó la relación entre los roles en la ficción y los dispositivos tecnológicos: los villanos solían emplear computadoras Windows, mientras que los protagonistas optaban por Mac.

Esta tendencia se hizo evidente en series como 24, donde la afiliación tecnológica de los personajes reforzaba los estereotipos de héroes y rivales. Asimismo, este patrón, lejos de ser fortuito, responde a una estrategia de imagen cuidadosamente orquestada por Apple.

La marca busca asociarse con la modernidad, la innovación y los valores positivos, motivo por el cual protege el contexto en el que se muestran sus dispositivos, ejerciendo un control minucioso sobre la forma en que sus productos aparecen en pantalla.

El product placement es una práctica extendida en la industria audiovisual, donde diversas marcas buscan exposición en grandes franquicias y series populares. Sin embargo, Apple establece condiciones más severas que la mayoría.

Aunque la empresa sostiene que no paga a las producciones por este tipo de publicidad, sí impone normas estrictas de uso y representación de sus dispositivos.

En el sitio web oficial de Apple, las reglas legales para el uso de productos en series y películas detallan el nivel de control que ejerce la compañía.

Desde la posición y el enfoque ante las cámaras hasta el tipo de personaje que los utiliza, todas las variables son meticulosamente reguladas para mantener la imagen de la marca asociada al «buen comportamiento» y la integridad.

La prohibición para los villanos no es solo una peculiaridad contractual: puede alterar la forma en que se narran historias en el cine y la televisión.

Al limitar el acceso a ciertos dispositivos según el perfil del personaje, los creadores deben ajustar guiones y puesta en escena para cumplir con esta demanda. Así, los productos de Apple se convierten involuntariamente en pistas para el espectador.

El propio Johnson reconoció que, con esta información, las personas más observadoras pueden anticipar el desenlace de una trama simplemente identificando qué personajes utilizan dispositivos Apple.

Este factor puede ser discreto, pero modifica el enfoque de quienes disfrutan resolviendo misterios y agrega una capa adicional de análisis para el público atento.