Los robots que caminan, saludan y manipulan objetos como un humano

La presencia de Iron, el robot de Xpeng, marca un antes y un después en la integración de la inteligencia artificial y la robótica, sorprendiendo por su naturalidad de movimiento y sus habilidades sociales

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El modelo humanoide de Xpeng abandona la etapa de prototipo y revoluciona la interacción humano-máquina al integrarse con fluidez en tiendas y centros comerciales, ampliando los límites de la automatización inteligente - crédito China Xinhua News

Mientras en otras partes del mundo fabricantes como Tesla prueban con máquinas capaces de realizar tareas simples en entornos controlados, en Oriente los robots humanoides están saliendo de las fábricas y comienzan a mezclarse con la sociedad.

El responsable de este salto es Xpeng, la reconocida compañía de automoción que decidió trasladar su experiencia en inteligencia artificial y visión por computadora, nacidas en la industria del vehículo eléctrico, al mundo de los robots humanoides.

Un robot que sorprende por su naturalidad

El resultado lleva un nombre: Iron. Este modelo, presentado recientemente en el Salón del Automóvil de Shanghái de 2025, ha sorprendido tanto a especialistas como al público general por la naturalidad con la que camina, sube escaleras, identifica objetos y saluda a las personas.

El robot humanoide Iron de
El robot humanoide Iron de Xpeng transforma la experiencia tecnológica - REUTERS/Go Nakamura

Iron se diseñó no como un simple prototipo de laboratorio, sino como un producto pensado para interactuar en entornos reales y enfrentar los desafíos del día a día.

Con 1,73 metros de altura y un peso de 70 kilos, Iron cuenta con proporciones y capacidades motoras que se acercan notablemente a las de un ser humano. Dispone de 60 articulaciones y 200 grados de libertad de movimiento, lo que le permite adoptar posturas flexibles, agarrar objetos con precisión y realizar gestos que cualquier persona reconocería como naturales.

Las manos, fabricadas a escala 1:1 respecto a una mano humana, pueden ejecutar 22 movimientos independientes, abriendo un abanico de posibles aplicaciones en diferentes escenarios.

La IA que innova en el Xpegn

La clave del avance de Iron reside en su sistema de inteligencia artificial. El robot integra un chip propio desarrollado por Xpeng, denominado Turing AI, capaz de procesar hasta 3.000 billones de operaciones por segundo (TOPS). Esta potencia de cálculo se emplea para dotar al robot de un sistema de aprendizaje basado en grandes modelos de IA, lo que le permite interpretar estímulos visuales, auditivos y espaciales a medida que se mueve por el entorno.

Con capacidades motoras humanas, 60
Con capacidades motoras humanas, 60 articulaciones y una inteligencia artificial de alto rendimiento, Iron redefine los estándares en la relación entre personas y robots en entornos cotidianos del continente asiático - (Imagen ilustrativa Infobae)

Iron reconoce personas, objetos, obstáculos y puede tomar decisiones inmediatas para adaptarse al contexto.

El autómata se roba la atención en redes sociales

Este avance ha impactado en redes sociales asiáticas, donde los videos de Iron desplazándose por supermercados han generado debate sobre el impacto de la robótica en la vida cotidiana.

A diferencia de los modelos anteriores, rígidos y poco autónomos, Iron camina con estabilidad y reacciona con naturalidad ante estímulos humanos. Su comportamiento ha comenzado a desdibujar la frontera entre máquina y asistente personal.

La visión y voz del robot humanoide de última generación

Xpeng aprovechó la experiencia acumulada en el desarrollo de sistemas de asistencia y conducción autónoma para volcarla en la locomoción y visión del robot. El sistema Eagle Eye, heredado de sus coches eléctricos, permite a Iron captar el entorno en 720 grados y anticipar obstáculos o movimientos de personas en tiempo real, favoreciendo una integración mucho más fluida en espacios abarrotados.

Además, su sistema de voz, originado en el asistente virtual de los vehículos de la marca, facilita el diálogo natural con usuarios.

Los primeros ensayos en fábricas ya han dado paso a pruebas en espacios públicos como tiendas y centros comerciales. Iron es capaz de interactuar con clientes, responder preguntas y gestionar tareas sencillas en entornos no estructurados.

La expectativa es ampliar sus funciones para incluir atención al cliente, apoyo en tareas domésticas o acompañamiento laboral, cambiando el concepto de robot como observador distante y transformándolo en colaborador activo de la vida diaria.

Mientras el resto del mundo observa con cautela, los robots que caminan, saludan y manipulan objetos ya forman parte del día a día en la nación asiática. El escenario que hasta hace poco pertenecía solo a historias de ciencia ficción comienza a consolidarse como parte del presente tecnológico de un territorio que apuesta por la integración de la inteligencia artificial y la robótica a gran escala.