Por qué los agentes de inteligencia artificial son una revolución comparable a la del internet

A finales de los 80, la invención de la World Wide Web por Tim Berners-Lee marcó el inicio de una era que transformó la vida y el trabajo a nivel mundial. Más de tres décadas después, el impacto de los agentes de inteligencia artificial (IA) se perfila como un fenómeno de alcance comparable.

Según especialistas de Globant, la irrupción de estos sistemas inteligentes genera un cambio profundo en las costumbres, tanto en personas como en empresas, y anticipa una nueva etapa, tan disruptiva como lo fue la llegada masiva de internet en los años noventa.

Herramientas como ChatGPT y Gemini aparecieron en la vida diaria en un plazo sorprendentemente breve. Su expansión ilustra la rapidez con que los avances tecnológicos redefinen hábitos y expectativas sociales.

Estos agentes, lejos de limitarse a ofrecer información, habilitan nuevas formas de interacción: analizan datos, generaran contenido y ajustan sus respuestas según las necesidades del usuario. Patricia Pomies, Global Chief Operating Officer en Globant, señala: “El cambio es incesante y nada indica que se detendrá”.

Al igual que tener un sitio web era sinónimo de modernidad hace 30 años, integrar agentes de IA se convierte hoy en un nuevo estándar para muchas empresas y usuarios.

En menos de un año, asistentes virtuales empezaron a gestionar agendas, redactar documentos, responder consultas y ofrecer soluciones altamente personalizadas. Este auge responde, en parte, a la demanda de usuarios cada vez más exigentes que valoran la velocidad y la capacidad de producción.

Según la consultora Gartner, los agentes de IA ya representan al menos el 15% de las decisiones laborales en diversos sectores. A diferencia de los sistemas tradicionales, no solo contestan preguntas, sino que aprenden e interpretan comportamientos, incorporan información y optimizan sus resultados.

Pomies remarca: “El cambio exponencial es que no se limitan a responder, sino que analizan, ajustan, mejoran con el tiempo y ofrecen respuestas personalizadas. Definitivamente, el nuevo avance será una reconfiguración absoluta”.

Los sectores que mejor adaptan estas soluciones van desde el comercio minorista y los servicios financieros hasta la industria del entretenimiento. Según Pomies, los agentes de IA se consolidan como “socios estratégicos” integrados en los circuitos fundamentales de la economía digital.

En la experiencia de compra, Burberry incorporó espejos interactivos y herramientas de realidad aumentada en sus tiendas. Estas tecnologías permiten a los clientes probar prendas virtualmente y recibir sugerencias instantáneas de artículos compatibles.

Empresas como Ray-Ban y Amazon experimentan con desarrollos basados en IA para optimizar la toma de decisiones del consumidor.

Con gafas inteligentes ya es posible comparar precios en tiempo real en diferentes marketplaces, mientras que los algoritmos de Amazon anticipan las preferencias de los compradores y sugieren productos ajustados a cada perfil.

El crecimiento de los agentes de IA transformó los procesos internos de compañías de todo el mundo. Un banco líder automatizó la conversación de su servicio de programación y redujo en 80% su tiempo de modernización.

Una tarea que tradicionalmente demandaba 560 horas se completó en apenas 105. Esta mejora ilustra el potencial de la IA para multiplicar la productividad y agilizar la gestión de recursos.

Sin embargo, adoptar esta tecnología implica desafíos. Tras la pandemia de COVID-19, el 85% de las industrias intentaron implementar soluciones digitales, aunque el 75% no obtuvo los resultados esperados por falta de madurez digital, según la consultora Boston Consulting Group.

La actualización permanente de los sistemas y la capacitación continua aparecen como condiciones necesarias para aprovechar el potencial de los agentes inteligentes.

El ritmo acelerado de la adopción tecnológica exige a las empresas y a la sociedad anticiparse a los cambios, aunque las barreras no son menores. La curva de aprendizaje, la escasez de talento experimentado en IA y la necesidad de establecer marcos normativos y éticos adecuados presentan desafíos urgentes.

Además, la transformación digital sigue incompleta en muchos sectores, lo que dificulta que las innovaciones tecnológicas se traduzcan en beneficios reales y sostenidos.

Pomies subraya: “Durante tantos años se ha hablado de transformación digital, pero todavía el nuevo escenario con los agentes de IA está asomando. Aún parece lejos, pero si algo hemos visto en la evolución de internet desde Tim Berners-Lee hasta la fecha, es que todo sucede muy rápido y anticiparse suele ser la clave del éxito”.