La IA “no puede reemplazar nuestra humanidad”, confesó una de las directivas más importantes de Google sobre machine learning

Frente a temores sobre reemplazo laboral, la visión de la experta propone un modelo colaborativo en el que la inteligencia artificial potencia habilidades, pero no sustituye el juicio ni la experiencia

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Conchita Díaz, responsable de formación
Conchita Díaz, responsable de formación en inteligencia artificial para Europa y Medio Oriente, advierte que la verdadera transformación no depende de algoritmos, sino de habilidades emocionales irremplazables - (Imagen ilustrativa Infobae)

En medio del debate global sobre el impacto de la inteligencia artificial en el empleo, la educación y el futuro de la sociedad, una de las voces más influyentes en el ecosistema tecnológico europeo se pronunció sobre lo que las máquinas no pueden replicar, la esencia humana.

Conchita Díaz, responsable de formación en inteligencia artificial y Big Data para Google Cloud en la región EMEA (Europa, Oriente Medio y África), subrayó que pese a que los modelos generativos avanzan y las interfaces conversacionales se perfeccionan, hay algo que seguirá perteneciendo exclusivamente a las personas: “La empatía humana es insustituible”.

Conchita Díaz plantea que los
Conchita Díaz plantea que los modelos generativos pueden facilitar tareas, pero el criterio, la conexión emocional y el sentido ético siguen siendo atributos exclusivamente humanos - (Imagen ilustrativa de Infobae)

La importancia del ser humano en la era digital

Para Díaz, la IA puede parecer empática, pero no lo es. Y esa distinción no es un tecnicismo, es la línea que define el lugar insustituible que ocupan los seres humanos en la era digital.

El desarrollo de herramientas basadas en IA ha transformado la forma en que trabajamos, accedemos a la información e interactuamos con sistemas complejos. Sin embargo, Díaz resaltó que el error más común es atribuir a estas tecnologías capacidades que no poseen.

Las limitaciones de la IA

Esa diferencia se vuelve especialmente relevante en entornos sensibles como la salud, la educación o el liderazgo. En todos esos ámbitos, lo que marca la diferencia no es la eficiencia del cálculo, sino la calidad del vínculo humano.

“La inteligencia artificial amplifica nuestras capacidades cognitivas, pero no puede reemplazar nuestra humanidad” comentó la responsable de formación en Machine Learning y Big Data para Google.

En sectores como salud, educación
En sectores como salud, educación o liderazgo, lo que define el impacto no es la eficiencia de un sistema, sino la capacidad del ser humano para interpretar, decidir y conectar con otros - REUTERS/Dado Ruvic/Illustration/File Photo

Lejos de alimentar discursos alarmistas, Díaz sostuvo una visión equilibrada. No niega el poder transformador de la inteligencia artificial, pero insiste en que ese poder debe ser entendido en su justa medida. Para ella, el mejor camino no es competir con la tecnología, sino colaborar con ella.

En lugar de suponer una amenaza, puede ser una herramienta que libere tiempo, mejore la toma de decisiones y potencie habilidades humanas. En este nuevo escenario, valores como la empatía, la ética o la creatividad no pierden relevancia, por el contrario.

Según Díaz, el temor de que las máquinas ocupen todos los espacios laborales ignora una verdad básica: la inteligencia artificial no posee juicio moral ni comprensión profunda del contexto.

Solo los humanos pueden ejercer ese tipo de discernimiento. Por eso, cree que el verdadero reto no está en limitar el avance tecnológico, sino en preparar a las personas para liderar con aquello que las hace únicas.

Google advierte: la inteligencia artificial
Google advierte: la inteligencia artificial amplía capacidades, pero no reemplaza vínculos humanos - (Imagen ilustrativa Infobae)

La IA de Google se rige por tres principios: ética, uso controlado y ciberseguridad

En un contexto donde la inteligencia artificial gana terreno en sectores estratégicos, Google ha definido una estrategia clara para enfrentar sus riesgos potenciales.

De acuerdo con Eduardo López, presidente de Google Cloud para América Latina, la compañía basa su enfoque en tres pilares: principios éticos, definición precisa del uso y seguridad estructural. El primero establece un marco de actuación que obliga a evaluar previamente cualquier aplicación de IA, evitando desarrollos que puedan generar efectos adversos o éticamente cuestionables.

El segundo componente implica limitar la implementación de estas tecnologías a contextos bien definidos, sobre todo cuando se trata de funciones sensibles como finanzas, derecho o servicios públicos. En esos casos, Google insiste en mantener la supervisión humana como parte esencial del proceso, considerando que la inteligencia artificial debe complementar (y no reemplazar) el juicio profesional.

Presidente de Google Cloud Latinoamérica
Presidente de Google Cloud Latinoamérica habló en exclusiva con Infobae - crédito Google

Finalmente, la ciberseguridad ocupa un lugar central. Google asegura que sus plataformas están diseñadas con protección desde la base, evitando que los datos de los clientes se utilicen para entrenar modelos externos.

Esta protección se aplica tanto en la nube como en entornos híbridos o locales. Para la compañía, la inteligencia artificial solo puede ser útil si se desarrolla dentro de un marco seguro, ético y con intervención humana permanente, especialmente en aplicaciones críticas para la sociedad.