El dilema de la IA en los videojuegos: el uso de esta tecnología está afectando a los desarrolladores

Muchos desarrolladores independientes son acusados injustamente de usar IA para sus productos

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Incluso Nintendo ha sido acusada
Incluso Nintendo ha sido acusada de usar IA en Mario Kart World. (Game Rant)

La creciente influencia de la inteligencia artificial (IA) en la industria de los videojuegos está generando un dilema entre los desarrolladores y la comunidad de jugadores. No solo existen cuestionamientos sobre el impacto ético y profesional de su implementación, sino que han surgido situaciones en las que equipos creativos han recibido críticas aún cuando sus obras han sido realizadas por artistas humanos.

El escepticismo se ha instalado hasta el punto de afectar la reputación y el ánimo del sector independiente, que ahora se enfrenta a retos adicionales a los meramente tecnológicos.

Acusaciones y confusión en torno al arte digital

Un ejemplo reciente sucedió a Stamina Zero, desarrolladores de Little Droid, cuando lanzaron el tráiler oficial de su videojuego en el canal de PlayStation. Pese a que la portada del juego fue concebida por una artista, numerosos comentarios en la plataforma apuntaron a que la imagen era fruto de la IA. Según la desarrolladora Lana Ro, el estudio sabía quién había hecho el arte y nunca esperaron una reacción tan negativa; la situación generó confusión y los obligó a buscar una forma de respuesta.

Portada de Little Droid. (Stamina
Portada de Little Droid. (Stamina Zero)

La preocupación por el uso de arte generado por IA es comprensible. Temas como el impacto ambiental, el posible plagio y la reducción en la calidad de las obras figuran entre los argumentos más recurrentes que alimentan el rechazo a esta tecnología. Lo inesperado es que ese rechazo comienza a perjudicar también a equipos y profesionales que no utilizan IA, arrastrándolos en la ola de sospecha generalizada.

Josh Caratelli, de Chessplus, vivió una experiencia similar al compartir en Reddit una ilustración encargada a un artista, pero aun así recibió acusaciones de haber recurrido a inteligencias artificiales para obtener ese resultado, pese a la transparencia del proceso y el coste involucrado en la contratación del trabajo manual.

Transparencia y desafíos para los creadores

Ante la presión, algunos estudios han recurrido a la transparencia total como recurso defensivo. En el caso de Stamina Zero, se realizó un video detallando las distintas etapas del trabajo artístico de la portada, incluidos bocetos, archivos de Photoshop y la justificación de cada avance. Si bien este material logró convencer a algunos, otros se mantuvieron escépticos debido a la falta de una grabación completa de la artista durante el proceso. La expectativa de documentar minuciosamente cada trazo, que algunos reclaman, implica un esfuerzo adicional para los creativos y, en muchos casos, no resulta viable.

Fortnite, por ejemplo, usa IA
Fortnite, por ejemplo, usa IA para incluir características adicionales y descartables, pero no afecta a la jugabilidad. (Epic Games/Disney/Lucasfilm)

Grandes compañías como Wizards of the Coast y Nintendo han sido objeto de acusaciones similares y cuentan con mayores recursos para despejarlas. Sin embargo, el panorama es distinto para estudios pequeños e independientes, que pueden ver su reputación y ventas amenazadas sin disponer de las mismas herramientas de defensa pública. El dilema se agrava con la posibilidad de que la IA termine por replicar cualquier estilo gráfico humano, lo cual complica aún más la distinción entre lo creado por una máquina y la mano de un artista.

Tanto desarrolladores como integrantes de la comunidad de jugadores comparten inquietudes éticas sobre la propiedad intelectual, el medio ambiente y la autenticidad en el proceso artístico. Ante la dificultad para comprobar fehacientemente la autoría y la imposibilidad de eliminar por completo las sospechas, la confianza y la relación directa entre creadores y audiencia adquieren cada vez más importancia. Este contexto plantea nuevos desafíos para los profesionales, quienes ahora deben equilibrar el sentido artístico y la transparencia constante en su oficio.