Influencer puso un AirTag en la ropa que donó a una fundación, conoció el destino oculto y reveló lo que nadie esperaba

La investigación terminó en Bosnia, donde se vendían las zapatillas que supuestamente serían para personas necesitadas

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Influencer utilizó AirTag para saber
Influencer utilizó AirTag para saber qué pasaba con sus donaciones. Apple Inc./vía REUTERS.

El lado oculto de la solidaridad quedó al descubierto en Alemania, donde un influencer decidió comprobar qué ocurría realmente con la ropa que los ciudadanos depositan en los contenedores destinados a donaciones.

Lo hizo utilizando un AirTag de Apple, escondido dentro de una zapatilla vieja, y los resultados no tardaron en generar controversia: su prenda terminó en un mercado de segunda mano en Bosnia, a más de 800 kilómetros de distancia.

En Alemania existen alrededor de 120.000 contenedores para donaciones de ropa, y unos 25.000 de ellos pertenecen a la Deutsches Rotes Kreuz, la Cruz Roja alemana. La creencia general es que estas prendas son destinadas directamente a personas necesitadas dentro del país, o bien a regiones en crisis humanitaria.

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Influencer puso un AirTag en sus zapatillas donadas y descubrió un secreto. (Unsplash)

Sin embargo, el experimento del creador de contenido Moe Haa expuso una cadena menos transparente de lo que muchos esperaban.

Un viaje de 800 kilómetros: el seguimiento con AirTag

Moe introdujo un AirTag, el pequeño rastreador de Apple, en el interior de una de sus zapatillas viejas antes de depositarla en un contenedor de la Cruz Roja en Starnberg, una ciudad alemana.

Gracias a la app ‘Buscar’ de su iPhone, pudo seguir el recorrido del calzado que primero fue trasladado a Múnich y posteriormente atravesó Austria, Eslovenia y Croacia, hasta llegar finalmente a Bosnia y Herzegovina.

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Influencer se dio cuenta que su zapatilla donada estaba siendo vendida gracias a un AirTag. (Unsplash)

Aunque el AirTag no ofrece una localización en tiempo real como un GPS, sí puede actualizar su posición con cierta frecuencia siempre que haya un dispositivo Apple cerca. Esa condición fue suficiente para que Moe pudiera trazar todo el camino que recorrió su prenda donada.

Se llevó una sorpresa al ver que las zapatillas estaban en venta

Cuando el AirTag dejó de moverse en una ciudad de Bosnia, el influencer tomó un vuelo y recorrió varias horas por carretera hasta llegar al punto señalado. Ahí, en un mercado de segunda mano, encontró su calzado donado, exhibido en una estantería.

Lo que más le sorprendió es que su prenda donada estaba siendo vendida por 10 euros. En ese momento se dio cuenta de que su donación no terminó en los pies de una persona desfavorecida, sino en una tienda de objetos usados.

Influencer se dio cuenta de
Influencer se dio cuenta de su vieja zapatilla era vendida por 10 euros. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Moe compró sus propias zapatillas sin revelar el verdadero motivo de su visita. Al momento del pago, preguntó sobre el origen de la mercancía. La empleada de la tienda respondió que las prendas eran importadas desde Alemania, pero negó que se tratara de ropa donada. Esta contradicción alimentó las dudas sobre la transparencia del sistema.

La respuesta oficial de la Cruz Roja Alemana

Ante la creciente polémica generada por el video, la Cruz Roja alemana emitió un comunicado a través de su cuenta oficial de TikTok. En él, explicaron que la ropa recolectada en los contenedores tiene diferentes destinos.

Si la ropa se encuentra en buenas condiciones y es apropiada para su distribución, se dona directamente a personas necesitadas en Alemania. Pero si la ropa no cumple ciertos estándares de calidad, se vende a empresas de reciclaje textil.

Cruz Roja de Alemania explicó
Cruz Roja de Alemania explicó por qué vendió las zapatillas y no las entregó a gente necesitada.

Estas empresas, afirman desde la organización, pueden revender esa ropa en otros países “con mayores necesidades”, aunque se trate de ventas y no donaciones directas. Aclaran también que los ingresos generados por estas operaciones no son considerados beneficio económico, sino que se reinvierten en proyectos sociales y humanitarios.

¿Solidaridad con fines comerciales?

Este caso pone en el centro del debate una vieja discusión: ¿es ético vender ropa donada con fines benéficos? Para muchas personas, la idea de que una prenda entregada gratuitamente termine en una tienda a cientos de kilómetros genera desconcierto. Más aún cuando quienes la compran pueden no saber su verdadero origen.

Aunque la Cruz Roja no ha incurrido en ninguna ilegalidad —y sostiene que actúa con transparencia—, la investigación amateur de Moe revela cómo las buenas intenciones de los donantes pueden derivar en una cadena de comercio en la que los fines benéficos no siempre son visibles.

(Imagen Ilustrativa Infobae)
(Imagen Ilustrativa Infobae)

Este episodio recuerda la importancia de la trazabilidad en la ayuda humanitaria y plantea una pregunta incómoda para muchas organizaciones. ¿Se está comunicando con claridad lo que ocurre con las donaciones?