A los pies de la ciudad, en el borde oriental de Bogotá, se extiende una red de caminos que conecta al visitante con algunos de los ecosistemas más valiosos del país.
En medio del ritmo urbano, los cerros orientales se presentan como una opción accesible para quienes buscan respirar aire puro, aprender sobre biodiversidad y contemplar el paisaje andino. Recorrerlos, sin embargo, requiere una inscripción previa y el cumplimiento de ciertas condiciones.
Cuáles son lo senderos ecológicos que se pueden caminar
La Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB-ESP) ha habilitado cinco senderos que se pueden visitar bajo reserva: Quebrada La Vieja, San Francisco – Vicachá, Guadalupe – Aguanoso, kilómetro 11 y 12 Quebrada, y La Serranía. Todos forman parte del sistema de conservación de la Reserva Forestal Protectora Bosque Oriental de Bogotá (RFP BOB).
Estos espacios naturales combinan funciones ambientales, educativas y recreativas, y cuentan con guías profesionales y señalización permanente.
Para realizar cualquiera de los recorridos es obligatorio registrarse, ya sea a través de la aplicación móvil Caminos de los Cerros Orientales (disponible en iOS y Android) o ingresando a la página web oficial: https://caminos.eaab.gov.co.
Desde allí, se puede seleccionar el sendero, la fecha y la hora de la visita. El sistema permite un cupo limitado de participantes por grupo (máximo 15 personas) con el fin de minimizar el impacto ambiental sobre los ecosistemas.
Cómo registrarse para caminar los cerros
El proceso de inscripción es sencillo:
- Descargar la aplicación Caminos de los Cerros Orientales desde la tienda de apps del dispositivo, o ingresar directamente al sitio web.
- Crear una cuenta personal si no se ha registrado previamente.
- Seleccionar el sendero de interés.
- Escoger la fecha y la hora disponibles.
- Completar la información requerida y confirmar la reserva.
- Recibir la confirmación por correo electrónico.
La reserva es personal e intransferible. Está prohibida la suplantación de identidad y el ingreso sin registro, incluso si se asiste en grupo.
Recomendaciones esenciales para recorrer los cerros
Los recorridos están diseñados para público general, pero existen condiciones de ingreso que deben respetarse.
Se debe llegar puntualmente a la hora asignada, seguir las indicaciones del personal de la EAAB y tener en cuenta las restricciones para personas con enfermedades respiratorias o cardiovasculares, mayores de 65 años y mujeres en embarazo, especialmente en caminatas de alta exigencia.
También se recomienda realizar ejercicios de estiramiento antes de comenzar, evitar ingerir alimentos durante los ascensos y, ante síntomas como mareo, fatiga o dificultad respiratoria, hacer pausas, hidratarse y acudir al personal de apoyo.
Qué no puede hacerse y llevar a los cerros
No está permitido ingresar con mascotas, fumar, encender fogatas, acampar, arrojar residuos o extraer material vegetal. El subprograma No Dejar Rastro, implementado por la EAAB, busca reducir la huella ecológica de los visitantes, promoviendo un uso responsable del entorno.
Las actividades permitidas incluyen senderismo, fotografía, observación de fauna y flora, educación ambiental e investigación científica.
Están restringidas las caminatas fuera de los senderos señalizados, el uso de altavoces o radios, y el ingreso bajo el efecto de sustancias psicoactivas o alcohol.
Recorridos guiados y calendario ambiental
Además del ingreso libre, la EAAB organiza recorridos guiados dirigidos por guías turísticos certificados. Estos espacios permiten interpretar el paisaje, conocer la historia ecológica de la región y aprender sobre los servicios ambientales de la reserva. Se realizan dos salidas los fines de semana (7:00 y 8:00 a.m.) y una entre semana (7:00 a.m.). Los cupos también son limitados y requieren inscripción previa.
El sendero Quebrada La Vieja atraviesa tres ecosistemas fundamentales: el bosque alto andino, el subpáramo y el páramo.
En ellos es posible observar especies como encenillos, frailejones, tuno negro o chuscales, así como aves y pequeños mamíferos que habitan en la zona. En días despejados, desde los puntos más altos del recorrido de La Cruz y el Páramo se pueden ver los picos nevados del Ruiz, Tolima y Santa Isabel.
Estos espacios no solo representan una oportunidad para caminar y desconectarse de la ciudad, también para comprender el valor de los corredores biológicos que conectan la sabana de Bogotá con los páramos de Sumapaz, Cruz Verde y Chingaza.
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