Esta es la verdadera razón por la que el logo de Apple es una manzana mordida

De una ilustración compleja a una figura icónica, la transformación visual de la marca fue clave en su consolidación

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Cómo evolucionó el logotipo de
Cómo evolucionó el logotipo de Apple desde el color hasta el monocromo - REUTERS/Lucas Jackson/File Photo

El logotipo de Apple es uno de los íconos más reconocidos del mundo. Su silueta simple, limpia y elegante aparece en millones de dispositivos, carteles y productos alrededor del planeta. Pero detrás de esa manzana mordida que representa una de las marcas más influyentes de la historia contemporánea, hay una historia menos conocida, que mezcla intuición de diseño, referencias científicas, decisiones estéticas y alguna que otra leyenda urbana.

En los orígenes de Apple, cuando la compañía apenas estaba tomando forma en 1976, su imagen distaba mucho del minimalismo que hoy la caracteriza. Steve Jobs, Steve Wozniak y Ron Wayne, los tres fundadores originales, no habían apostado todavía por una estética vanguardista.

Cómo fue el primer logo de Apple

De hecho, el primer logotipo de la empresa fue diseñado por Wayne y representaba a Isaac Newton sentado bajo un árbol, justo antes de que la célebre manzana cayera sobre su cabeza.

Así era el primer logo
Así era el primer logo de Apple

El dibujo, con un estilo claramente inspirado en grabados del siglo XIX, incluía una cita alrededor de la ilustración y el nombre de la empresa: “Apple Computer Co.”.

Era un logotipo elaborado, con múltiples elementos, que pretendía capturar el momento del nacimiento de una gran idea, en referencia directa al papel de Newton como símbolo del pensamiento y la innovación.

Ron Wayne confesó años más tarde que el diseño no buscaba trascender. “Sabía que en ese momento no estaba haciendo un logo para el siglo XX, era un logo del siglo XIX, pero fue divertido. Todo lo que hicimos al principio fue por diversión”, declaró en una entrevista. Aun así, ese logotipo solo sobrevivió unas pocas semanas antes de ser reemplazado.

La transformación hacia un ícono

Steve Jobs. La simplicidad gráfica
Steve Jobs. La simplicidad gráfica se convirtió en uno de los sellos de identidad más potentes de la industria tecnológica - (Fotocomposición Infobae)

Steve Jobs entendió rápidamente que el logotipo inicial no se adaptaba a los productos que querían lanzar. Era demasiado complejo para integrarlo en los dispositivos. Por eso, decidió buscar a un diseñador profesional que pudiera sintetizar el concepto original en una imagen más sencilla.

Así conoció a Rob Janoff, quien presentó un diseño mucho más minimalista: una manzana. El concepto convenció desde el primer momento, pero no sin complicaciones.

Durante las pruebas, se dieron cuenta de que la forma de la manzana podía generar confusión visual. Desde ciertos ángulos o tamaños, podía parecer una cereza o incluso un tomate. Entonces, Janoff propuso añadirle un mordisco. Esa simple acción resolvió el problema. El bocado no solo definía la forma y daba escala al dibujo, también lo hacía reconocible de inmediato.

 Rob Janoff diseñó el
Rob Janoff diseñó el famoso logo de la manzana mordida

La verdadera razón de la manzana en el logo de Apple

Con los años, surgieron múltiples teorías que intentaron explicar el significado detrás del mordisco. Algunos creyeron ver un juego de palabras en inglés: “bite” (bocado) suena igual que “byte”, la unidad de información digital.

Otros pensaron que era un homenaje a Alan Turing, el pionero de la computación que se suicidó mordiendo una manzana envenenada con cianuro.

Incluso hubo quien supuso que era un gesto personal de Steve Jobs, dado que las manzanas eran supuestamente su fruta favorita, aunque él mismo desmintió ese dato y dijo preferir las fresas.

En realidad, ninguna de esas teorías es cierta. Rob Janoff lo explicó en varias entrevistas que la decisión fue puramente visual. Mientras trabajaba en el diseño, fue a un supermercado, compró varias manzanas, las mordió y observó cómo se veían desde diferentes ángulos.

Así descubrió que el bocado era la clave para diferenciarla claramente de otras frutas redondeadas. “Le daba proporción, identidad, y hacía que el símbolo fuera claro, incluso a escalas pequeñas”, explicó el diseñador.

Esa pequeña decisión estética se convirtió en la esencia de una identidad visual que, con los años, llegó a representar no solo a una empresa, sino a una era tecnológica completa.