Conoce la forma curiosa en que un fan de Steve Jobs consiguió su autógrafo

El cofundador de Apple era conocido por estar cerrado a este tipo de prácticas, pero decidió responder con un tono cómico a esta solicitud

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El empresario tenía una forma
El empresario tenía una forma particular de relacionarse con las demás personas. (Foto: REUTERS)

Steve Jobs, el icónico cofundador de Apple, dejó un legado que trasciende la tecnología o el ámbito empresarial. Su personalidad, marcada por el carisma y las excentricidades, ha dado lugar a muchas anécdotas que siguen fascinando a seguidores de dispositivos de su compañía o al público en general.

Una de las historias menos conocidas, pero intrigantes, tiene que ver con un autógrafo que Jobs otorgó de manera inesperada, a pesar de su conocida aversión a firmar documentos o recuerdos para los fans. Este peculiar episodio ocurrió en mayo de 1983, cuando un admirador decidió escribirle una carta solicitándole su autógrafo.

El resultado de esta solicitud fue sorprendente e ingenioso. En su respuesta escrita a máquina, Jobs expresó: “Estimado Sr. Varon: me siento honrado de que me escriba, pero tristemente no firmo autógrafos. Atentamente, Steve Jobs”.

Este es el documento original
Este es el documento original de lo que respondió Jobs. (Foto: Reddit)

Sin embargo, lo que hacía única esta carta era lo que se encontraba al final: la firma del propio Jobs, escrita de su puño y letra. Este gesto, que podría interpretarse como una broma o una muestra de su particular sentido del humor, permitió que el seguidor obtuviera lo que buscaba, pero de una manera muy inesperada.

Cómo era la personalidad de Steve Jobs, conocida por no ser convencional

La negativa de Steve Jobs a firmar autógrafos no era un capricho aislado, sino una extensión de su personalidad y su filosofía de vida. Jobs, quien creó Apple junto a Steve Wozniak, era conocido por su enfoque minimalista y su obsesión por la eficiencia.

El empresario siempre vistió de
El empresario siempre vistió de la misma forma. (Foto: REUTERS)

Estas características se reflejaban tanto en los dispositivos de la compañía como en su vida personal. Un caso específico de ello es que Jobs solía vestir siempre de la misma manera: un jersey negro de cuello alto, jeans y zapatillas deportivas, un atuendo que se convertía en su sello distintivo.

Además, Jobs dejó instrucciones claras para que no se realizaran homenajes o tributos en su nombre tras su salida de Apple en 2011, lo que refuerza su rechazo a cualquier tipo de personalismo.

Este contexto hace que la historia del autógrafo sea aún más curiosa, porque muestra un lado más humano y humorístico del empresario, quien, a pesar de su reticencia, decidió complacer a un fan de una forma poco convencional.

Qué anécdotas excéntricas dejó Steve Jobs mientras estuvo a cargo de Apple

En su dirección dejó varias
En su dirección dejó varias historias mencionadas por sus empleados. (Foto: REUTERS/Abdul Saboor)

La carta con la firma de Steve Jobs no es la única anécdota que ilustra su carácter diferencial. Según reveló Ron Givens, quien fue director de calidad en Apple entre 1981 y 1986, Jobs protagonizó otro gesto memorable cuando regaló un auto Jaguar a su secretario.

Este acto ocurrió después de que ella llegara tarde al trabajo por problemas con su coche. Aunque el gesto puede parecer extravagante, refleja la importancia que Jobs otorgaba a la eficiencia y al compromiso laboral, valores que exigía de quienes trabajaban a su lado en su empresa.

Varios aspectos de su forma
Varios aspectos de su forma de ser puede ser un modelo para otras generaciones. (Foto: REUTERS)

Pese a que estas historias son anecdóticas, ofrecen una visión más detallada de la personalidad de Jobs, quien no solo revolucionó la industria tecnológica, sino que dejó una huella importante en quienes lo rodearon. Su capacidad para combinar un enfoque riguroso con momentos de humor y generosidad, lo convirtió en una figura compleja y fascinante.

Por qué este autógrafo de Steve Jobs genera mucho revuelo

El caso del autógrafo otorgado en 1983 es ​​un hecho perfecto de cómo Steve Jobs desafiaba las expectativas. Aunque su negativa inicial parecía definitiva, el hecho de incluir su firma al final de la carta demuestra que, incluso en los detalles más pequeños, Jobs encontraba formas de sorprender.

Este episodio, que podría haber pasado desapercibido, se suma a la lista de historias que siguen alimentando el mito en torno a su figura y liderazgo.