Cuatro trucos para crear una contraseña segura y evitar que sea descifrada en poco tiempo

Contar con una contraseña segura es más importante que nunca. Con la cantidad de servicios en línea que se usan a diario, desde correos electrónicos hasta cuentas bancarias, un acceso no autorizado puede resultar en consecuencias graves: pérdida de datos personales, fraude financiero o incluso un robo de identidad.

Varios expertos en ciberseguridad indican que las contraseñas son uno de los puntos más vulnerables en la seguridad digital. Aunque parezca una molestia, crear claves robustas puede ser la diferencia entre mantener la privacidad de la información o ponerla en riesgo.

Las contraseñas fáciles de adivinar, como “123456″, o el uso repetido de la misma clave en varios sitios, facilitan el trabajo de los ciberdelincuentes. De esta forma, se presentan varios trucos prácticos para mejorar la seguridad de las contraseñas y evitar que sean descifradas en poco tiempo.

Uno de los trucos más efectivos para crear una contraseña segura es asegurarse de que tenga entre 12 y 15 caracteres. Según datos de NordPass, cuanto más larga sea la contraseña, más difícil será para un atacante descifrarla mediante un ataque de fuerza bruta.

Estas técnicas implican probar combinaciones de caracteres hasta encontrar la correcta, y las contraseñas largas multiplican exponencialmente el número de combinaciones posibles.

Además, una contraseña más extensa ofrece flexibilidad para combinar distintos tipos de caracteres: letras mayúsculas y minúsculas, números y símbolos. Así se dificulta que un atacante pueda predecir la clave.

La combinación de letras, números y caracteres especiales es otro paso para crear contraseñas más seguras. No se trata solo de tener una contraseña larga, sino también de asegurarse de que contenga elementos variados, como puntos, comas, asteriscos o signos de exclamación.

Usar diferentes tipos de caracteres hace que la contraseña sea más resistente a los ataques automatizados. Un caso común de contraseña débil es aquella que contiene solo letras, como “hola” o “contraseña”.

Incluso si estas palabras están acompañadas de números o combinaciones comunes, los ciberdelincuentes pueden fácilmente adivinarlas utilizando diccionarios y software especializado. Es esencial que las claves sean impredecibles, así que se debe incluir caracteres especiales en posiciones no obvias, como en medio o al final de la cadena.

Evitar el uso de palabras comunes, nombres de objetos o incluso personajes famosos es otra estrategia que mejora la seguridad. Las contraseñas basadas en términos fácilmente asociados con el usuario, como el nombre de un perro, una película favorita o una marca, son muy vulnerables.

Los atacantes pueden recurrir a bases de datos con contraseñas filtradas o a métodos de adivinación basados en el uso de información personal conocida. De acuerdo con los expertos de seguridad, las contraseñas más seguras son aquellas que no forman palabras que puedan encontrarse fácilmente en un diccionario.

Esto también incluye evitar combinaciones de números seguidos de un nombre, como “123Juanita”. Usar secuencias al azar y sin relación alguna con nuestra vida cotidiana garantiza una mayor protección frente a los ataques.

La tentación de reutilizar contraseñas en múltiples plataformas es grande, sobre todo cuando se gestionan muchas cuentas en línea. Sin embargo, esta práctica pone en peligro toda la seguridad de tus datos.

Si un atacante logra descifrar una de las contraseñas, tendrá acceso a todas las cuentas donde se usen la misma clave, lo que multiplica exponencialmente los riesgos. Esto es aún más peligroso si alguna de esas cuentas está relacionada con servicios bancarios o de compras en línea.

Una buena práctica es utilizar una contraseña única para cada plataforma. Esto puede parecer complicado, pero existen herramientas como los gestores de contraseñas que permiten almacenar y organizar todas las claves de manera segura.