Por qué es peligroso que la carga de la batería del celular sea inferior al 20%

La degradación de la batería del celular es inevitable con el pasar del tiempo y el uso que tenga el teléfono, que afecta directamente su capacidad para mantener una carga eficiente, siendo una de las claves para preservar el estado de este componente mantener su carga entre el 20% y el 80%.

Estudios sobre este componente del teléfono aseguran que el hecho de que la batería se descargue hasta niveles inferiores al 20% con frecuencia impacta en el rendimiento inmediato del dispositivo y acelera el proceso de desgaste de la batería.

De esta manera, se explora los riesgos asociados con mantener la carga de la batería por debajo del 20%, y por qué es clave evitar esta situación para proteger tanto la eficiencia como la durabilidad del dispositivo.

Cuando la batería de un celular se encuentra por debajo del 20%, se somete a un mayor estrés. Este nivel de carga extrema hace que la batería trabaje más para mantener el dispositivo en funcionamiento.

Las baterías de ion-litio, que son las más utilizadas en los teléfonos actuales, se desgastan más rápidamente cuando operan en este rango crítico. A medida que la carga disminuye, el voltaje de la batería también baja, lo que reduce su capacidad para mantener un rendimiento óptimo y puede llevar a que el dispositivo se apague inesperadamente.

El desgaste adicional puede ser exacerbado por el hecho de que las baterías de ion-litio no tienen el “efecto memoria” que presentaban las antiguas baterías de níquel-cadmio, que requerían un ciclo completo de carga y descarga para mantener su capacidad.

El calor es uno de los factores más perjudiciales para la vida útil de las baterías de los teléfonos inteligentes. Cuando la carga de la batería se encuentra en niveles bajos, y además el teléfono se usa de manera intensiva, como interactuando con videojuegos, visualizando videos o enviando mensajes, se genera calor adicional.

Este calor, junto con el proceso de carga, puede aumentar el estrés térmico en la batería, lo que acelera su degradación. Hay que evitar cargar el teléfono mientras se realizan actividades que generen calor, porque esto puede aumentar el riesgo de sobrecalentamiento.

Si la batería se somete repetidamente a altos niveles de calor, es más probable que pierda capacidad, reduciendo su vida útil a largo plazo. La exposición constante a temperaturas elevadas afecta la química interna de la batería, lo que puede agilizar su ciclo de degradación.

Al igual que las cargas completas, las descargas totales (cuando la batería llega a 0%) son especialmente perjudiciales para las baterías. A diferencia de las antiguas baterías de níquel-cadmio, las modernas no requieren que se descarguen por completo para mantener su capacidad.

De hecho, realizar descargas completas con frecuencia puede hacer que la batería pierda capacidad más rápidamente, porque esto pone a la batería bajo un mayor estrés químico.

Los dispositivos modernos están diseñados para funcionar de manera más eficiente cuando la carga de la batería se mantiene dentro de un rango medio. Por eso, es clave no dejar que la carga baje nunca por debajo del 20% de manera habitual, porque las descargas profundas recurrentes son una de las principales causas del desgaste de la batería.

Implementar la regla 20/80 no es complicado, pero requiere un cambio de hábitos en el uso del dispositivo. La clave es conectar el teléfono al cargador cuando la batería esté cerca del 20% y desconectarlo antes de que llegue al 80% de carga.

Aunque algunos modelos de teléfonos cuentan con funciones que limitan la carga a un 80% para proteger la batería, en la mayoría de los casos este control debe ser realizado de forma manual.

Este pequeño ajuste puede hacer una gran diferencia a largo plazo. Si bien puede ser difícil al principio cambiar la forma en que se cargan los dispositivos, los beneficios de mantener una batería dentro de este rango se reflejarán en una mayor durabilidad y eficiencia del dispositivo.