El ataque a martillazos a “La Piedad” y la increíble restauración gracias a las réplicas exactas de un pueblo del altiplano peruano
Un hombre de 33 años ingresó a la Basílica de San Pedro un domingo de Pentecostés y, al grito de “yo soy Cristo”, le dio 12 golpes a la escultura de La Piedad. La restauración, que parecía imposible, tuvo lugar gracias a una réplica enviada años antes a una remota capilla de Lampa, en Puno