Una desaparición, un regalo costoso y el mejor detective a disposición: el crimen de la joven que salió a correr y jamás volvió
Tiffany Sessions tenía veinte años cuando el jueves 9 de febrero de 1989 se fue de su casa a realizar su rutina diaria para despejarse y bajar de peso. Llevaba solo el reloj que le había regalado su papá y unos walkman negros. El dolor y la desesperación de una familia que invirtió una fortuna para motorizar la búsqueda de la joven desaparecida. Las respuestas tardías de un caso que durante 36 años tuvo pocos avances