La ridícula idea de que todo lo que decimos es ridículo
Una oleada conservadora busca amedrentar e inhibir las voces feministas. La estrategia es ridiculizar todo lo que se plantea. No hay manera de esquivar la ridiculización sin entender que, no importa que se diga o se deja de decir, todo va a ser visto como exagerado, superfluo, torpe o tonto. Así que acá escribimos una columna ridícula