Conocen la prostitución en carne propia y tienen posturas opuestas: por qué algunas creen que es trabajo y otras que es explotación
Algunas se llaman a sí mismas “trabajadoras sexuales” y dicen estar orgullosas de ser prostitutas. Su postura es que “ser puta es un trabajo” y deben tener derechos, como cualquier otra trabajadora. Otras se consideran “sobrevivientes de prostitución y redes de trata” y, por tanto, luchan por la abolición. Todas se consideran feministas y, en diálogo con Infobae, explican los argumentos de las posturas en debate