Cuando el rey Juan Carlos le confesó a su amante la culpa que sentía por haber matado a su hermano menor
El 29 de marzo de 1956, el futuro monarca de España, de 18 años, y su hermano Alfonso, de 15, jugaban con armas en la residencia en Estoril, Portugal. De pronto se escuchó un disparo y el padre de los adolescentes encontró al menor de sus hijos con una bala en la cabeza. La versión oficial habló de un accidente, pero mucho se ocultó. Décadas después, el rey le contó a su amante Corinna Larsen zu Sayn-Wittgenstein lo que realmente ocurrió esa noche