El niño que dibujaba en la fiambrería y el artista que denuncia la indiferencia con obras hechas de cartones encontrados en la calle
Gustavo Reinoso pasó de vender sus dibujos por un par de monedas en el negocio de sus padres a convertirse en un arquitecto y un artista visual. Su última exposición, que se llama “Invisibles, historias sin sombra”, se nutre de materiales de descarte “pensados como residuo, refugio y recurso para denunciar la naturalización del hambre y la indigencia en Argentina”, según su propia descripción. La historia de su creador y de su voz narrativa: El Braian