“Por cada uno de nuestros muertos, cuatro de ellos”: Aldao, el fraile indócil que se hizo guerrero
Debajo de la capa de sacerdote llevaba un sable y un trabuco. Hasta que se unió al ejército de San Martín para liberar Perú. Le atribuyen el asesinato de Laprida y la decapitación de Mariano Acha.