El destino disímil de los hombres que arrojaron la bomba atómica sobre Hiroshima: de héroes de guerra a señalados por insanos
Paul Tibbets fue el piloto que dejó caer a Little Boy desde el Enola Gay. Lo consideraron un emblema nacional y nunca sintió remordimiento por lo que hizo. Claude Eatherly, quien condujo el avión que antecedió la misión, se convirtió en un símbolo por su prédica antibelicista y vivió sus últimos años internado en el Hospital Psiquiátrico de Waco. Las esquirlas que la bomba dejó en los dos hombres que dictaron el inicio de la era nuclear

Hiroshima: el día que todas las cosas vivas se quemaron hasta la muerte y la reacción de los pilotos que arrojaron la bomba
Cuando el bombardero “Enola Gay” soltó el artefacto de color negro con forma de ballena y el avión fue sacudido por el efecto del estallido, el capitán Robert Lewis dijo: “¡Dios mío! ¿Qué hemos hecho?”. Habían activado la primera bomba atómica. Cifras de lo que dejó de existir en Hiroshima y las consecuencias de un accionar que reconfiguró el mapa político del mundo

El horror de Hiroshima: un millón de grados en el aire y gente que se evaporó y dejó su sombra impresa en el cemento
Hubo 80 mil muertos en el acto. El aire se incendió, muchas de las víctimas se disolvieron y miles sufrieron horribles heridas. A finales de 1945 habían muerto otros 60 mil habitantes. La bomba atómica, y su gemela que estalló tres días después en Nagasaki, hizo entrar al mundo en la era nuclear, apuró la rendición de Japón, puso fin a la Segunda Guerra Mundial y fue el brutal disparo inicial de la Guerra Fría

El destino de los pilotos que lanzaron la bomba sobre Hiroshima: de no sentir remordimiento a la locura y la muerte solitaria
A las 8.15 del 6 de agosto de 1945 se lanzó la bomba atómica. Fue el último minuto de una era y la muerte instantánea de 100 mil personas. Los aviadores que cumplieron la misión vivieron la carga de haber sido parte del horror de maneras muy diferentes
