El amor prohibido que derribó barreras pero el destino no lo dejó ser: de la felicidad plena a la prohibición de una despedida
Carolina tenía 19 años cuando entró al mundo de la política y conoció a Leandro, de 39, recién separado y con una hija apenas unos años más chica que ella. La diferencia de edad no fue un obstáculo para enamorarse perdidamente. Sin embargo, la familia, tanto de un lado como del otro, no lo vio con buenos ojos. Después de la tempestad del principio, pudieron disfrutar de la relación, pero no por mucho tiempo