Batalla De Stalingrado

Kuznechik, el camello que acompañó a la división de fusileros del Ejército Rojo durante la Segunda Guerra Mundial

El cuadrúpedo fue testigo de la travesía soviética desde el asedio de Stalingrado hasta la caída del Reichstag

Kuznechik, el camello que acompañó

Stalingrado, el primer día: así comenzaba la batalla que cambiaría el rumbo de la Segunda Guerra y marcaría el principio del fin

El 23 de agosto de 1942, con la invasión alemana a la ciudad, inició la contienda que sería punto de inflexión en el conflicto bélico internacional y daría pie a la derrota de Hitler y sus aliados. Con un saldo de un millón de muertos de los dos bandos, otro millón de heridos y desaparecidos y miles de civiles muertos, fue uno de los enfrentamientos más sangrientos de esos años. Los momentos previos, la irrupción del ejército nazi y cómo la defensa soviética estaba lista para cambiar las cosas, en medio de la ciudad en ruinas, al final de una primera jornada muy agitada

Stalingrado, el primer día: así

Cuerpos mutilados, hambre y violaciones: Stalingrado, la terrible batalla que marcó el principio del fin del nazismo

Duró 174 días, murieron allí más de dos millones de personas, fue una ciudad sitiada y destruida por los nazis. Alemanes y rusos tenían prohibido rendirse o retroceder. Hace 80 años, la victoria del Ejército Rojo abrió las puertas a la marcha de los soviéticos hacia Berlín y a la destrucción del Tercer Reich. El horror en los testimonios de los sobrevivientes

Cuerpos mutilados, hambre y violaciones:

Stalingrado: el final de la sangrienta batalla y el mariscal nazi que contradijo a Hitler, no quiso suicidarse y se rindió

Sitiada durante más de cinco meses por las tropas de la Alemania nazi, la ciudad que llevaba el nombre del líder de la Unión Soviética resistió metro a metro al embate y terminó derrotando al ejército del Reich, acorralado por las tropas soviéticas, el hambre y el frío. Los desgarradores testimonios de los sobrevivientes y la historia del oficial alemán que firmó la rendición y fue acusado de “traidor”

Stalingrado: el final de la