“Voy a difundir todo, que empiece el embrollo”: la condena para un hombre por intento de chantaje sexual

El culpable, de 27 años, recibió tres años de prisión efectiva en Córdoba tras exigir 15.000 dólares para no mostrar imágenes íntimas a la esposa y el entorno laboral de la víctima. Admitió los hechos en un juicio abreviado

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Un hombre fue condenado a
Un hombre fue condenado a tres años de cárcel por intentar extorsionar a otro con supuestas fotos íntimas (Justiciacordoba.gob.ar)

Un hombre fue condenado a tres años de prisión efectiva por exigir 15.000 dólares a otro para no mostrarle a su esposa y compañeros de trabajo imágenes sexuales supuestamente en su poder.

El caso ocurrió en la ciudad de Córdoba y la sentencia recayó sobre F.J.R., un empleado de una despensa de 27 años, quien reconoció los hechos en un juicio abreviado.

Todo comenzó entre agosto y noviembre del año pasado, cuando F.J.R. contactó a G. mediante la red social Telegram, desde un usuario oculto, con una imagen de una bandera argentina como perfil.

Lo hizo para intimidarlo y generarle miedo sobre la posible exposición de su vida privada. Así, le envió mensajes como: “¿Qué vas a hacer?”, “ya sabes todo, no te lo voy a repetir”, “ya sabes muy bien lo que necesito”.

Según la resolución judicial, en una comunicación particularmente intimidante, afirmó: “… porque si no la vas a pasar mal G.... Vos sabés lo que yo tengo y lo que vivimos juntos... Pero no es ilegal, vos no estás desnudo, en las fotos que yo tengo sí, estás bañándote en un video... Voy a ir a hablar con tu mujer, eso sábelo”.

Sin obtener lo que pretendía, F.J.R. fue más allá y se dirigió hasta las inmediaciones de la casa de G., donde tomó una foto de la pareja de la víctima, para luego volver a escribirle por Telegram: “Viste que en algún momento la voy a cruzar. Dame los 15 mil dólares y listo. Dejo de molestar y borro todo”.

Más tarde, envió otro mensaje: “Solo te metes en quilombos. Ya la voy a cruzar y no voy a dudar en hablar con tu esposa. Me re chamuyaste hijo de puta. Ahora voy a contar todo y mostrar. Y Difundir videos. Que empiece el embrollo G. Esto no va a quedar así, ya nos volveremos a cruzar”.

El acoso sumó nuevas amenazas el 10 de noviembre, cuando F.J.R. insistió pese a que la víctima ya había hecho la denuncia y contaba con custodia policial.

Por más que tengas un cana afuera de tu casa a tu mujer la voy a cruzar en otro lugar. No me quiero enterar que me has denunciado porque te juro que no sabes de lo que soy capaz. Así que pensá bien lo que vas a hacer. Respondé!!!!”, le escribió.

Y siguió más tarde ese mismo día: “Pusiste un cana en la puerta de tu casa. ¿Te pensás que no me da para llegarme a tu casa y hacerte una escena como si fueras mi pareja? Pensá bien lo que vas a hacer. Solo te aclaro eso G.”.

El Palacio Judicial de Córdoba
El Palacio Judicial de Córdoba (Justiciacordoba.gob.ar)

Uno de los momentos de mayor tensión para G. lo vivió mientras declaraba ante la Unidad Judicial de Delitos Económicos. Cuando eso sucedía, F.J.R. volvió a llamarlo.

Sin importarle la presencia policial, el condenado repitió: “Esto no es un show, yo sé lo que tengo, y sé que te va a comprometer mucho, me cansé del jueguito de que estás esperando”.

Esa vez, la víctima decidió responderle. Le explicó que no podía conseguir el dinero, a lo cual F.J.R. contestó: “No me amenaces con la policía o con que me vas a denunciar porque vos no me conocés a mí, no sabés lo que soy capaz de hacer. Molestame y te vas a dar cuenta. Espero que no estés haciendo algo atrás mío, no te confundas de persona, fíjate bien lo que hacés”.

Las amenazas, las persecuciones, el hostigamiento digital y también presencial afectaron la estabilidad emocional de la víctima, provocándole un “cuadro de estrés postraumático y trastorno adaptativo crónico, con predominio de síntomas ansiosos y temor persistente”, según el fallo difundido por el Poder Judicial de Córdoba.

La causa avanzó hasta resolverse por la vía de un acuerdo de juicio abreviado, al que arribaron la fiscalía, el acusado y su defensor. De esa manera, F.J.R. fue condenado por los delitos de extorsión por chantaje en grado de tentativa, coacción simple reiterada y lesiones leves, en concurso real. La Justicia también le quitó su celular.

En una audiencia judicial, previo a la sentencia, F.J.R. tomó y pidió perdón: “Reconozco los hechos y estoy muy arrepentido, nunca quise dañar a nadie y no pensé que iba a ocurrir todo esto”.

En el mismo fallo, dictado a fines de septiembre, se menciona que su abogado manifestó la intención de pedir el cese de prisión considerando el tiempo que ya llevaba detenido, aunque esa solicitud quedó supeditada a los informes carcelarios y a futuras resoluciones.