
El caso del cadáver de Diego Fernández Lima, hallado a fines de mayo en un chalet del barrio porteño de Coghlan, dio inicio a una investigación sin precedentes en Argentina. Es una historia de película desde el primer minuto, donde cada nueva revelación que surge en la causa confirma que la realidad supera cualquier ficción.
En pocas líneas, lo que ocurrió fue que un grupo de obreros que realizaba trabajos en un terreno de avenida Congreso al 3700 descubrió casualmente 151 fragmentos de huesos humanos enterrados en el patio de una vivienda. La primera información fue que los restos estaban en una casa donde vivió el músico Gustavo Cerati, lo que provocó un gran impacto de la noticia, aunque luego se aclaró que esto no era así.
Tras semanas de investigación y análisis del cadáver, se confirmó que la víctima sería un adolescente de entre 15 y 19 años. Un reloj Casio CA-90 permitió, entre otros objetos, situar el momento del entierro en la década de 1980.
La causa quedó en manos del fiscal Martín López Perrando, a quien semanas después se le presentó un sobrino de Diego Fernández Lima para decirle que creía que el cuerpo enterrado era de su tío, desaparecido en 1984. Un análisis de ADN con su mamá comprobó la sospecha.
Pocas horas después, salió a la luz el último condimento que le faltaba al caso: un testigo que dijo haber ido al colegio con la víctima, aseguró que los dueños de la casa donde encontraron a Diego eran los padres de otro compañero de su clase. Se trataba de Cristian Graf, quien vivía en el domicilio al momento del hecho y cuya familia sigue habitando el lugar.
Cristian es por ahora el principal sospechoso. Pero el detalle central de todo esto es que para los plazos de la Justicia, el caso prescribió, aunque aún no se determinó con certeza qué pasó y cuándo. Esto quiere decir que si se halla uno o varios culpables, no serían condenados por el hecho. Pero, el fiscal lo acusa de haber querido encubrir el hallazgo de los restos y por eso lo citó a indagatoria.

El día del hallazgo y el vínculo con Gustavo Cerati
Los restos de Diego Fernández Lima fueron descubiertos el 20 de mayo pasado cuando un grupo de albañiles realizaba una obra en una casa ubicada en la calle Congreso al 3700. Tras el hallazgo, llamaron a la policía, que preservó la escena e identificó el cuerpo como NN, al tiempo que convocó a peritos expertos para analizarlos y determinar su procedencia.
El terreno donde se hacía la construcción era uno donde a principios de los 2000 había vivido Gustavo Cerati. Los huesos aparecieron cuando se derrumbó una medianera ubicada en el patio, por lo que al principio se informó que estos estaban enterrados en el domicilio que el músico alquilaba.
Sin embargo, luego se aclaró que en realidad estaban en un jardín lindero y que el propio derrumbe y la movilización de la tierra había generado un leve desplazamiento del cadáver que dio lugar a la confusión. Más allá de esto, que el nombre del ídolo del rock argentino haya quedado anclado al caso fue clave para la divulgación del misterio y su posterior resolución.

Los primeros datos
El caso tomó trascendencia pública a principios de junio. Para ese momento, el fiscal López Perrando había tomado intervención en la causa y personal del Gabinete Científico de la Policía de la Ciudad ya tenía en su poder seis sobres de madera con evidencia recolectada en el lugar, que tuvieron cadena de custodia.
Los sobres N°1, N°2, N°3 Y N°5 contenían distribuidos la cantidad de 151 fragmentos de posibles restos óseos humanos. Entre ellos, partes de fémur, tibia, restos de la parte superior del cráneo, múltiples fragmentos de costillas, un hueso sacro, piezas dentales aisladas, mandíbula, fragmentos de escápula y clavícula.
En el Nº4 había una media conteniendo fragmentos de posibles restos óseos humanos, mientras que en el Nº6 un fragmento de tela, parte de un calzado, una moneda oriental, una llave, un llavero de color naranja, un reloj “Casio” y una etiqueta de prenda de vestir. Estos últimos fueron fundamentales para determinar que el cadáver fue enterrado por la época de 1980.
Los científicos también determinaron que estaban frente a una persona de sexo masculino de entre 15 y 19 años y que el cuerpo tenía lesiones: una herida cortopunzante en la zona de las costillas y cortes en el fémur izquierdo.
Mariella Fumagalli, directora del Equipo Argentino de Antropología Forense en Argentina que participó de la identificación, dijo que la víctima sufrió una “muerte violenta e intento de descuartizamiento”.
Su identificación
Los peritos también lograron extraer ADN de los restos, aunque no tenían con qué cotejarlo. Sin embargo, cuando los primeros datos del cuerpo se divulgaron, un hombre relacionó el caso a la misteriosa desaparición de su tío, en 1984, a quien sus abuelos nunca dejaron de buscar.
La familia se contactó con los encargados de la investigación y la madre del adolescente dio una muestra para comparar. El rastro genético confirmó que se trataba de su hijo, Diego Fernández Lima, tal como publicó Clarín.
Principales sospechosos
Aunque el caso prescribió porque ya pasó el plazo por ley que tiene la Justicia para investigar, el fiscal llamó a declarar a varios testigos a fin de reconstruir la historia.
Entre ellos a los compañeros de colegio del entonces adolescente, Diego Fernández Lima. Uno de los testigos, aseguró que en la casa donde estaban los huesos vive la familia Graf y que Cristian Graf, el hijo de los dueños, iba a clases con la víctima.

El dato lo ubicó como principal sospechoso del hecho. A esto, se le sumó que Infobae habló con el albañil que le informó a Graf sobre el hallazgo de los huesos en su casa y contó que tuvo una reacción extraña, que dio varias hipótesis al respecto y que luego no volvió a la zona por varios días.
En las últimas horas, el sospechoso se acercó a la fiscalía de López Perrando y se puso a disposición de la Justicia. Este martes, el fiscal pidió que sea indagado por los delitos de encubrimiento y “supresión de evidencia”.
Según López Perrando, el hombre ejecutó “diversas maniobras tendientes a encubrir la averiguación de la verdad” inmediatamente después del hallazgo de los restos.
Cómo avanza la investigación
La causa da giros inesperados constantemente. El lunes se sumó un nuevo capítulo que el fiscal intentará esclarecer en estos días: otro excompañero de colegio de la víctima habló en televisión y denunció que Diego Fernández Lima habría intentado abusarlo sexualmente en la escuela.
Por el momento, las autoridades no confirmaron la versión. No obstante, siguen llamando a gente del entorno de la víctima para reconstruir una historia y una escena del crimen que habría ocurrido hace más de 40 años.
El que sí habló fue el ex compañero que denunció a Fernández Lima: Adrián Farías. A Infobae le contó que este miércoles se presentará en la Fiscalía y que buscó sus legajos escolares para dar fe de que fue compañero de la víctima y de Graf y que las críticas que le llovieron en redes sociales fueron infundadas.
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