Quedó firme la condena a 27 años de cárcel contra un joven que asesinó a otro y luego se jactó de haber matado a “un cheto”

La Corte Suprema de Justicia de la Nación dejó firme la sentencia de 27 años de prisión para Lucas Axel Ezequiel Tevez, quien en 2016 asesinó de un balazo a un joven de 18 años en la localidad bonaerense de Los Polvorines y luego se jactó en su barrio de haber matado a ”un cheto”.

De esta manera concluyó el último intento en la vía judicial para el homicida, quien había intentado que la Corte revisara su condena luego de rechazos tanto en el Tribunal de Casación provincial como en la Suprema Corte bonaerense. Tevez permanece detenido desde cinco días después del crimen.

La decisión del máximo tribunal se conoció esta semana. El recurso de la defensa fue desestimado por cuestiones formales, según lo establece la resolución firmada por los magistrados y a la cual accedió Infobae.

“El recurrente no cumplió con los requisitos previstos en el artículo 7°, incisos a, b y d, del reglamento aprobado por la acordada 4/2007. Por ello, se desestima la presentación directa”, resolvió el tribunal.

El fallo convalida lo dispuesto en su momento por el Tribunal Oral en lo Criminal N°7 de San Martín, que en marzo de 2021 impuso la pena luego de analizar todas las pruebas reunidas en la instrucción y el debate oral.

En esa oportunidad, los jueces condenaron a Tevez como autor de los delitos de “homicidio cometido con arma de fuego, portación ilegal de arma de guerra, resistencia a la autoridad en concurso ideal con abuso de arma doblemente agravado y encubrimiento agravado”.

El crimen ocurrió el 20 de junio, cerca de las 19, cuando la víctima, Facundo Matías Gutiérrez, regresaba a su casa de la calle Mozart a bordo de su vehículo Renault Scenic. Al llegar, comenzó a ingresar marcha atrás, momento en que fue interceptado por Tevez, quien entonces tenía 19 años, en compañía de un cómplice que permaneció sin identificar.

Según lo comprobado en el debate oral, Tevez descendió armado de un auto, con una pistola calibre 9 milímetros, y realizó un disparo que impactó en el abdomen derecho de Gutiérrez, lesionándole la arteria aorta. La familia de la víctima trasladó al joven de inmediato al Hospital Raúl Lacarde, aunque el disparo resultó fatal.

El vehículo de los delincuentes fue identificado a través de cámaras de seguridad. En tanto, en el lugar, Policía Científica recolectó restos epiteliales, fragmentos papilares y una vaina servida calibre 9 mm. Más tarde, las pericias balísticas confirmaron que el proyectil hallado en la autopsia fue disparado con la misma pistola que le secuestraron a Tevez al momento de su detención.

Desde un principio, la causa se orientó como un presunto intento de robo frustrado porque los delincuentes no llegaron a sustraer nada.

No obstante, el giro lo dieron los testimonios de vecinas, quienes señalaron a Tevez por haber manifestado, en la zona donde residía -un barrio de emergencia ubicado a pocas cuadras del lugar del crimen- que había matado a “un cheto”. Tal expresión, según relató una de ellas, tenía la intención de infundir temor.

Las dos testigos clave ratificaron en el juicio que el mismo día del crimen, pero en horas de la noche escucharon decir eso a Tevez -a quien conocían en el barrio con el apodo de “Lechu”-, y que más tarde, cuando vieron en televisión que habían asesinado al joven Gutiérrez en Los Polvorines, lo asociaron a ese comentario y fueron a denunciarlo a la comisaría.

Tevez fue detenido cinco días después del asesinato. Cuando la Policía lo fue a buscar, intentó fugarse, disparó contra los uniformados y resultó herido en el pie durante el intercambio. Tras ser reducido, los efectivos secuestraron una pistola Bersa Thunder calibre 9 milímetros: pericias certificaron que se trataba del arma homicida, el mismo revólver robado a un policía bonaerense en marzo de ese año, en la localidad de Manuel Alberti, partido de Pilar.

Al ser indagado, Tevez mintió: sostuvo que la noche del crimen había viajado a Salta con la barra brava de Boca Juniors para un partido, en un micro de una reconocida empresa de transporte. Sin embargo, la versión se derrumbó: el representante legal de la firma negó la existencia de un servicio de ese tipo, y no se hallaron registros de pasajes a nombre del detenido ni con su número de documento.

Ya en el juicio, la fiscalía impulsó la calificación de homicidio agravado por el uso de arma y por alevosía, y solicitó prisión perpetua. El TOC N°7 consideró a Tevez responsable de los delitos antes mencionados, pero sin los agravantes pedidos por la acusación, y fijó la pena en 27 años de cárcel.

De aquel tiempo a esta parte, el proceso judicial agotó todas sus instancias. La defensa apeló la condena ante la Casación bonaerense y la Suprema Corte provincial, sin éxito. Finalmente, el recurso llevado ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación fue desestimado por no cumplir con los requisitos formales.