“Cuando se iban sus hijos, Diego se apagaba”: el testimonio que hizo llorar a Gianinna en el juicio por la muerte de Maradona

El testimonio de un empleado del Senado de la Nación, que fue citado como testigo en la 18ª audiencia del juicio por la muerte de Maradona, generó inesperadamente un clima de emoción este jueves en el Tribunal Oral Criminal Nº3 de San Isidro. Incluso, hizo llorar a Gianinna cuando dijo: “Cuando se iban sus hijos, Diego se apagaba”.

Se trata de la declaración de Carlos Roberto Bacchini, quien además de trabajar durante 40 años en el Congreso de la Nación, en el último tiempo también comenzó a desempeñarse como acompañante terapéutico. Su interés por esta área -y consecuente formación- comenzó luego de someterse a una internación voluntaria, en la que logró recuperarse de dos décadas de consumo problemático de sustancias.

Según su relato, decidió anotarse en la Universidad Abierta Interamericana (UAI) para estudiar acompañamiento terapéutico con la intención de “devolver la ayuda que recibió”. “Todo lo que hago lo hago de corazón, porque todo lo que hicieron por mí. Yo disfruto ayudar a otra persona, al que lo necesita”, ahondó.

Junto a un colega, el profesional de la salud estuvo a cargo del cuidado de Maradona durante tres días, en el arranque de la internación domiciliaria, a fines de 2020.

En varios tramos de su declaración, Bacchini se quebró. Dijo que acompañar al Diez en ese estado le hizo revivir su propio proceso de abstinencia. “Una persona adicta no se cura nunca, es una enfermedad para siempre”, afirmó.

Luego, contó que su función en esos días era higienizar a Diego, acompañarlo y asistirlo en lo que necesitara. “Tenía un buen vínculo con él”, dijo.

“Diego estaba feliz cuando estaba con sus hijos y con el nieto. Cuando se iban ellos, era otra cosa. Diego se apagaba, no era el mismo”, relató Bacchini. Esas palabras hicieron llorar a Gianinna Maradona, que estaba presente en la sala. Jana, que también asistió a la audiencia, se mostró visiblemente conmovida.

“Me dio la sensación de que Diego quería dejarse ayudar, pero no podía. Él necesitaba mucho de sus hijos y yo pienso que eso hubiese sido lo que a él lo hubiese sacado adelante”, consideró.

El testigo también habló sobre algunas irregularidades que notó en el breve tiempo que estuvo en la casa de Tigre. Dijo que le llamaba la atención la comida que recibía el ídolo. Por ejemplo, le daban osobuco. “No sé por qué no le daban dieta. Era lo que pedía él y se lo daban, lo consentían, sabiendo que no podía comer eso”, se preguntó.

En otro tramo del testimonio, Bacchini mencionó que una noche le pidió a Diego usar su celular para hacer un llamado y notó que ninguno de los dos teléfonos tenía línea.

“Yo veía que siempre Jony o Maxi atendían sus llamados y siempre decían que ‘el Diez duerme, está descansando’, pero él estaba con nosotros despierto y hablando, o con el masajista. No sé si Diego sabía eso porque preguntaba, pero nunca le decían quién era, nada”, sostuvo en relación a Jonathan Espósito (sobrino de Maradona) y Maximiliano Pomargo (asistente personal).

Además, contó que el primer día Diego le pidió que llamara a Oscar Ruggeri. “Yo lo hice desde su celular y no tenía tono”, recordó.

Otra cosa que le llamó la atención fue que el baño más cercano estaba a unos diez metros de la habitación. Por ese motivo, pidió que colocaran uno químico más cerca. “Él se levantaba con muchas ganas de ir al baño, y con sus dificultades en la rodilla no llegaba. Las veces que lo necesitó, no llegó”, señaló.

Al final de la audiencia, Bacchini fue saludado por todos los abogados de las partes, que le agradecieron su testimonio. Cuando salió del tribunal, habló con los medios.

“Me dolió mucho porque Diego era mi ídolo y al haber estado esos tres días con él me apegué mucho”, dijo. Recordó que se enteró de su muerte por la televisión, justo cuando estaba esperando ser llevado al quirófano para una cirugía vascular en una pierna.

“Diego era especial, siempre contaba anécdotas, sus vivencias, mientras yo buscaba la forma de hablar el tema de la recuperación. Cuando me fui, Diego estaba bien y en 13 días se nos fue. Yo, cuando estábamos en servicio, trataba de no despegarme de él”, continuó.

Respecto al motivo por el cual se interrumpió el servicio de acompañamiento terapéutico, Bacchini remarcó que nunca entendió tal decisión. Dijo que se enteró por la causa que, aparentemente, lo habían apartado porque su compañero observaba con atención lo que hacía el entorno. “Se ve que eso les molestó, pero es nuestro trabajo ver qué le dan, qué no”, explicó.