
El lunes pasado comenzó el juicio contra Luciana Teresita Bustos, la cientifica del Conicet que está acusada de matar a su amigo durante un presunto juego sexual. El abogado de la mujer dio detalles sobre la causa y aseguró que actuó en legítima defensa y que no hubo una relación sexual consentida: “Ella es lesbiana y está en pareja con una mujer desde hace cuatro años”.
La acusada, quien es licenciada en Historia y trabaja en la Universidad de San Juan, no declaró en el inicio del juicio oral en su contra y Néstor “Roly” Olivera, su abogado, afirmó que no es parte de una estrategia legal, sino una decisión de Bustos. “Marcelo Amarfil —el fallecido— era el mejor amigo de Luciana y todo el recuerdo de lo que ocurrió le provoca demasiadas emociones. Por recomendación de su psiquiatra, ella no quiso hablar”, explicó el letrado, según pudo averiguar Clarín.

La defensa de Bustos sostiene que actuó en legítima defensa y que no hubo una relación sexual consentida. “Ella es lesbiana y está en pareja con una mujer desde hace cuatro años. Fue una violación. La redujo atándole las manos, se le tiró encima en el asiento del acompañante y eyaculó sobre el cuerpo de ella”, aseguró el abogado.
Infobae logró acceder a la acusación formulada por el fiscal Francisco Pizarro, perteneciente a la UFI de Delitos Especiales del Ministerio Público Fiscal de San Juan, en la cual considera a Bustos como la autora material del delito de “homicidio doblemente agravado por el vínculo y por mediar alevosía en perjuicio de Amarfil, Marcelo José”.
Cómo fueron los últimos momentos de Marcelo José Amarfil
El expediente relata que en la noche del 16 de enero de 2024, Bustos pasó a buscar por su casa a Amarfil en su auto, un Ford Fiesta color gris, y fueron juntos a un local de comida. En la madrugada del día siguiente, estacionaron cerca del aeropuerto Domingo Faustino Sarmiento y mantuvieron relaciones en el marco de un juego sexual.
“En estas circunstancias, la pareja se dispuso a mantener un encuentro sexual en el interior del rodado; Marcelo José Amarfil se encontraba en el asiento del conductor, completamente desnudo, con la movilidad de sus manos reducida, debido a que tenía colocadas unas muñequeras de cuero, color marrón oscuro, con un gancho y cadena (esto es un accesorio sexual y/o erótico); además, Amarfil se encontraba sin poder ver, toda vez que tenía sus ojos cubiertos con un antifaz de tela negra (similar a los que se usan para dormir), mientras que Luciana Bustos se encontraba en el asiento del acompañante”, detalla el expediente.
Según la investigación, Bustos habría aprovechado ese momento de indefensión de Amarfil para empuñar un cuchillo, el cual había llevado a afilar unos días antes, y provocarle seis heridas cortantes a la víctima, una de ellas en el rostro y otra en el cuello. Esta última fue la puñalada mortal, ya que, según consta en el expediente, “terminó seccionando completamente la arteria carótida primitiva derecha, además de vasos y arterias”.
A pesar de las graves heridas, Amarfil logró morder el antebrazo derecho de Bustos a modo de defensa. Tras esto, rompió la cadena que sujetaba sus manos al volante y, malherido, salió del vehículo e intentó escapar a pie, pero finalmente cayó. Murió al lado de su auto, producto de un shock hipovolémico.
En ese momento, un policía que realizaba una recorrida de seguridad de rutina por la zona se encontró con Bustos, quien en ese momento estaba sin remera, pero con ropa interior y un short, descalza y un líquido de color rojo en sus manos. Se le acercó y exclamó: “Mi amigo se mató, se mató con un cuchillo”. Al acercarse a Amarfil, el policía le tomó el pulso y descubrió que el hombre ya no tenía signos vitales.
La situación procesal de Bustos se complicó aún más cuando se conoció el resultado de la autopsia, que fue realizada por tres médicos forenses. El estudio arrojó que las seis heridas que sufrió Amarfil “no poseen características de lesiones autoinfligidas”, pero sí “eran compatibles con un homicidio”.
Al inicio del juicio contra Bustos, tanto el fiscal Pizarro, junto a la ayudante fiscal Gemma Cabrera; como la querella, integrada por los abogados Carlos Fleury y Hugo Trigo, solicitaron prisión perpetua para Bustos, bajo los cargos de homicidio doblemente agravado por el vínculo y alevosía.

Por el contrario, la defensa de la científica reclamó la nulidad del proceso argumentando una supuesta violación al derecho constitucional de defensa, aunque el planteo fue rechazado por el tribunal.
Durante el juicio, llevado a cabo por los jueces Gerardo Fernández Caussi, Matías Parrón y Guillermo Adárvez, declararán alrededor de 50 testigos y se espera que a fines de abril se dé a conocer la sentencia.
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