La Justicia continuará este lunes con la audiencia de imputación contra Ariel Máximo “Guille” Cantero por ser el presunto jefe de la barra brava de Newell’s. Están apuntados también otros miembros de lo que se conoce como la cúpula de Los Monos.
Los fiscales Adrián Spelta, Franco Carbone y Luis Schiappa Pietra comenzaron la acusación formal del capo de la organización criminal el viernes por la mañana en el Centro de Justicia Penal ante el juez Fernando Sosa. Durante la audiencia, se explicó la estructura jerárquica dentro de la hinchada leprosa y se señaló el rol de cada uno de los acusados en el esquema de poder. Los fiscales sostienen que se encuentran frente a una asociación ilícita.
Sin embargo, el trámite se extendió y el juez Sosa dispuso un receso durante el fin de semana. Así, la audiencia se retomará a las 8 de la mañana de hoy, cuando los abogados defensores discutan los hechos imputados y la calificación elegida.
De acuerdo con la información a la que pudo acceder el medio local La Capital, los defensores consideraron como “irrisoria” la acusación planteada.
En total serían diez los acusados por asociación ilícita. Entre ellos, se encuentran “Guille” Cantero; su primo Diego Gabriel Cantero; su histórico ladero Leandro “Pollo” Vinardi; y Alejandro “Rengo” Ficcadenti —preso por amenazas al futbolista Ángel Di María y señalado por el secuestro del empresario Gastón Tallone, cuyo cadáver sigue sin ser encontrado—.
Dentro de la lista de implicados también están Sergio “Bebe” Di Vanni, quien junto a Ficcadenti están sospechados de haber participado en el secuestro del empresario, hecho por el que se pagó en vano un rescate de 65 mil dólares.
Otro de los sospechados son Sabrina Ivana Barrias, pareja de “Pollo” Vinardi; Luciano Román “Lucho” Gallardo; Emir Rodríguez, hijo de Barrias; y Oscar Rubén Mauro, quienes en el último año formaron parte, según la investigación, de la organización de la barra brava leprosa.
En línea con el planteo de los fiscales, el jefe de Los Monos ejercía control sobre los ingresos generados en cada partido local en el Coloso Marcelo Bielsa. Sus ingresos incluían aproximadamente 1.500.000 pesos, provenientes de la venta de 1.700 entradas de protocolo, además de que recibía entre 10 y 20 camisetas oficiales. A su vez, cobraba a quienes cuidaban los autos en los alrededores del estadio y a los carritos de comida rápida para que operar durante los eventos deportivos.
Años atrás, Cantero había dividido el control de esta estructura en dos grupos principales: uno liderado por Vinardi y su círculo, y otro bajo el mando de Carlos Damián “Toro” Escobar y sus allegados. Esta estrategia permitió consolidar la influencia de la organización en las tribunas.
La organización del paraavalanchas quedó expuesta públicamente durante el partido homenaje a Maximiliano “La Fiera” Rodríguez, evento en el que participaron figuras destacadas como Lionel Messi, Ángel Di María y Claudio “Chiqui” Tapia. En esa ocasión, se desplegó una bandera de gran tamaño que simbolizaba el poder y la presencia de la barra en el estadio.
Luego de un enfrentamiento entre “Pollo” y “Toro”, el líder de Los Monos decidió delegar el control de la barrabrava a Vinardi, quien asumió la conducción apoyándose en dos personas clave para manejar los negocios ilícitos: su pareja, Sabrina Ivana Barrías, alias “Doña”, y el hijo de esta, Emir Rodríguez.
Barrías, quien cumplía arresto domiciliario por una causa de narcotráfico que incumplía de manera constante, se convirtió en una pieza central en la estructura. Por su parte, Rodríguez fue acusado de lanzar una bomba de estruendo en julio pasado en el Coloso Marcelo Bielsa, tras el empate sin goles entre Newell’s e Independiente Rivadavia.
De acuerdo con lo expuesto por los fiscales Carbone, Spelta y Schiappa Pietra, el conflicto se originó el 10 de enero del año pasado, cuando “Guille” Cantero, desde prisión y a través de una comunicación triangulada, acordó con Ficcadenti el desplazamiento de Vinardi, ya que este último le ofrecía menos dinero para el manejo de la barra.
Para intentar arrebatar el liderazgo, Ficcadenti había recurrido a medidas drásticas. En marzo del año pasado instigó amenazas contra la familia de Ángel Di María, con el propósito de impedir su regreso a Rosario Central y ganar notoriedad. En julio, ordenó el asesinato de “Lucho” Gallardo en Villa Gobernador Gálvez, cuando un sicario disparó tras golpear la puerta de su domicilio, aunque en el ataque resultó herido su hijastro, un adolescente de 16 años.
El 22 de julio pasado, Diego Cantero notificó a las partes involucradas que, por decisión de “Guille” Cantero, el control de la barrabrava seguiría bajo las órdenes de Vinardi, poniendo fin, según la investigación, a la disputa entre las facciones de “Pollo” y “Rengo” Ficcadenti.
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