
“¿Bárzona o Barzola?“, preguntó el fiscal Julio Rivero al testigo sentado frente al jurado. ”Bárzola”, respondió el hombre que había llegado el 27 de abril de 2022 con un barbijo a la sala del tribunal de Río Cuarto, donde transcurría el juicio contra Marcelo Macarrón, por el homicidio de Nora Dalmasso, su esposa, asesinada en el country de Villa Golf en 2006, 18 años atrás.
Lo que dijo el parquetista ese día en su testimonial en el juicio contra el viudo -donde finalmente fue absuelto- podría ser clave en la nueva acusación en su contra. Bárzola está ahora bajo las sospecha de la Justicia de Rio Cuarto tras un cotejo de ADN que reveló que su rastro genético estaba en el cinto con el que asfixiaron a Dalmasso y en el vello púbico hallado sobre el cuerpo de la víctima.
Sucede que, en esa audiencia, Bárzola se contradijo en un pequeño pero importante detalle sobre lo que hizo el 26 de noviembre de 2006, cuando se descubrió el hecho. Walter González, un entonces empleado del nuevo sospechoso, es otro personaje en esta historia.
Para comprender el punto, hay que remontarse a la primera declaración de Bárzola en el expediente del crimen de Dalmasso, ocurrida en noviembre de 2006.
“Así fue como el día sábado veinticinco, fue hasta el domicilio del doctor Macarrón, llovía muy mucho, no estaba su patrón, llamó a la casa tocando el timbre dos veces, como nadie atendía ingresó abriendo el pasador de la puerta de rejas que da acceso hacia la puerta principal de la casa, llamando en la puerta dos veces, sin ser atendido. Que permaneció unos diez minutos esperando por su patrón, como llovía mucho y estaba muy mojado, se volvió en su moto hacia su casa, previo pasar por la casa del señor González, donde lo encontró y este desistió de venir a hacer el trabajo, por lo que quien declara se marchó hacia su domicilio", dijo en esa primera testimonial, según la transcripción judicial de aquel entonces.
Sobre el mismo episodio, en el juicio, Bárzola relató: “El viernes habíamos quedado con González, después de que salí, porque todos los viernes nos juntábamos a comer en su casa, comimos ahí y organizamos un poco el día sábado”.
Luego, mencionó: “Yo tenía que ir a terminar unas cosas al country, a la otra familia donde estamos trabajando y después volvía y pasaba por la casa de Macarrón, que iba a venir González; creo que teníamos que terminar de colocar unos zócalos o algo así, y bueno, terminábamos al mediodía; y el viernes a mí me había pagado el mediodía para ir a terminar allá, a la casa esa de country, y bueno, yo no fui; le mentí, le dije que había ido y que no se había podido hacer nada porque habíamos dejado unas ventanas abiertas y se había mojado el piso y no podía pasar la máquina; y me volví a la casa de Macarrón a esperarlo a que viniera 10, 15 minutos habré estado, 20, y agarre y me fui, tratando de irme antes de que llegara él porque, la verdad, no me gustaba trabajar los sábados, siempre trabajábamos hasta el viernes y el sábado era por ahí una excepción o para adelantar, pero a mí no me gustaba ir".
El parquetista contó al llegar a la casa de Macarrón que se bajó de la moto en la que circulaba. “La puse ahí, en la puertita -no me acuerdo si tenía una puertita de rejas-, crucé la moto y me quedé a esperarlo ahí a González”.
Rivero inquirió: “¿Solamente eso hizo, Barzola?“. ”Sí“, respondió. ”Y González no llegó porque él creo que tenía unos albañiles trabajando en su casa y le había faltado, no sé si material o alguna cosa, y por eso no llegó, y yo no espere mucho tampoco", amplió el por entonces testigo, que alegó no recordar bien el año ni el mes en el que vivió esa situación.
“La pregunta concreta es, señor Bárzola, ¿hizo algo más, además de estar cruzadito de brazos esperando a que venga González?“, insistió el fiscal. ”No", respondió el declarante. El funcionario del Ministerio Público fue más específico: “¿Tocó timbre?“. ”No, porque si no venía me iba a tener que quedar, si me abrían".
“Ay, Bárzola”, exclamó el fiscal ante la flagrante contradicción del testigo.
“No me acuerdo, no me acuerdo si toqué o fue para… o le dije… Porque en su momento, te digo la verdad, no entendía la gravedad del hecho, por eso también a la policía le dije que si había ido a la casa de country y no se había podido hacer nada, y no había ido nunca”, intentó explicarle Bárzola al presidente del tribunal, Daniel Antonio Vaudagna, quien optó por no profundizar en el tema.
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