Durante la noche del martes y la madrugada del miércoles, un joven de 30 años fue asesinado en la zona norte de Rosario y se realizaron ataques incendiarios contra dos autos estacionados a una cuadra de la cancha de Rosario Central, donde además dejaron un graffiti con un mensaje alusivo a una interna en la barra brava del club.
El asesinato de Rodrigo Ezequiel Sosa ocurrió en la calle San Gerónimo al 800, en el barrio Toba. De acuerdo a la información recolectada por la División Homicidios de la Policía de Investigaciones santafesina, el joven estaba en su casa, cuando dos personas lo llamaron a la puerta. Al salir, lo ejecutaron de varios disparos.
Marisol Fabbro, la fiscal a cargo de la causa para esclarecer el crimen, ordenó al gabinete criminalístico de la fuerza provincial que releve las cámaras de videovigilancia de la zona, tome testimonios y levante el material balístico.
Sosa llegó a ser trasladado en un auto hasta el Policlínico San Martín, donde falleció como consecuencia de las heridas de bala en el abdomen y en la pierna derecha.
Por los datos que obtuvieron los agentes, los sicarios eran dos y se desplazaban en bicicleta. Los peritos forenses incautaron en la escena del ataque tres vainas servidas calibre 9 milímetros que fueron enviadas a analizar.

Investigadores policiales indicaron a Infobae que la casa de la víctima ya había sido allanada en causas penales por balaceras y amenazas, pero se desconoce por el momento el motivo del homicidio.
Por otra parte, hubo varios ataques incendiarios en distintos puntos de la ciudad. Uno de ellos tuvo lugar en Juan B. Justo y Drago, donde quemaron un Toyota Etios gris que, por la propagación de las llamas, también afectó un Volkswagen Virtus gris que estaba a escasos metros.
Junto al Etios, los agentes encontraron un mensaje escrito en aerosol negro que también fue alcanzado por el fuego, por lo que se hizo complejo determinar qué decía.
Los investigadores sí confirmaron que hacía referencia a “traidores”, una palabra que podría guardar relación con la interna en la barra brava de Rosario Central tras el doble crimen del capo de la barra Andrés “Pillín” Bracamonte y su principal ladero, Daniel Attardo, asesinados en las inmediaciones del Gigante de Arroyito, el 9 de noviembre pasado.
El nuevo capo de la barra, Leopoldo “Pitito” Martínez, fue detenido la semana pasada. Los investigadores sospechan que Martínez robó los celulares de las víctimas cuando fueron baleadas.

El atentado no parece un hecho aislado para distintas fuentes policiales y judiciales, ya que el viernes pasado fue prendido fuego un patrullero en la puerta de la comisaría 9ª del barrio de Arroyito, que está cerca del estadio canalla.
Otros ataques incendiarios ocurrieron en Pasaje Asunción al 6200, en el sector oeste de la ciudad, donde un Fiat 1500 ardió en llamas, en Avellaneda al 5600, en el distrito sudoeste, donde ardió un Clio estacionado, y en Pasaje Blanqué al 1500, en la zona sur, donde prendieron fuego un C4 gris.
Bomberos Zapadores indicaron que, en todos los casos, fueron hechos intencionales, aunque no se encontraron mensajes intimidatorios.
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