
“Plan delictivo pergeñado para engañar a las autoridades”.
Con esa frase clara y contundente comienza el escrito con el que el fiscal Marcelo Romero imputó por falso testimonio y falsa denuncia a Sebastián Martínez y Sandra Sepúlveda, la pareja platense que, según la Justicia, inventó la desaparición de ella el viernes pasado en el hospital San Martín de La Plata, lo que generó grandes sospechas y una búsqueda policial que rastreó a Sandra por la activación de su celular hasta la casa de una tía en Paternal.
La denuncia original que había hecho Martínez y que investigó Romero decía que su mujer supuestamente embarazada de 8 meses había sido secuestrada del interior del hospital cuando se encontraba sacando turno para hacerse la cesárea. Luego se comprobó que la mujer, camarera de una conocida parrilla de Avellaneda, ni siquiera estaba embarazada. Así, el fiscal Romero, a cargo de su búsqueda originalmente, imputó a ambos: Martínez, con antecedentes penales por acusaciones de abuso sexual y violencia de género, fue sindicado como el líder y Sepúlveda como su partícipe necesaria.
La versión original de Martínez incluyó un supuesto llamado de su mujer desde el hospital mismo. Cuando estaban en el interior, antes de ser atendidos, Sandra decidió ir al baño y él a fumar un cigarrillo, en ese momento le sonó el celular al hombre y del otro lado escuchó los gritos desesperados: “¡Ayudame, me llevan, ayudame!”. Según él, volvió a ingresar y ya nunca más la vio.
Con ese relato, que podría ser el inicio de un thriller policial, el denunciante captó la atención no solo de los canales y diarios sino de la Justicia y de la Policía que desplegó un operativo para dar con la mujer. Los perturbadores antecedentes de Martínez salían a la luz. La pregunta al hombre sobre su legajo le molestaba.
Finalmente, Sepúlveda apareció cerca de las 17 de ese mismo viernes en la casa de su tía. Estaba en perfecto estado. Lo primero que notaron los policías, de forma extraoficial, es que no había tal cosa como un embarazo.

En las últimas horas, el fiscal reunió los elementos suficientes como para determinar que todo fue una gran mentira planeada con mucho tiempo de antelación. No solo la desaparición, sino también el embarazo ya que se comprobó con distintos estudios que Sepúlveda no esperaba un hijo.
Según la Justicia, Martínez es el principal acusado y quien llevó adelante el plan para engañar a las autoridades aunque la documentación del caso aclara que Sandra Sepúlveda fue pieza clave y cómplice, ya que una vez hallada por la Justicia declaró en consonancia con las mentiras de su esposo: “Su función fue llevar acciones ardidosas sin las cuales el engaño no hubiese podido materializarse ni perfeccionarse. Ella concurrió al hospital para luego irse voluntariamente mientras el marido denunciaba falsamente su secuestro”, señala el documento de imputación.
Una de las pruebas principales en las que el fiscal Romero fundamenta su decisión tiene que ver con el Hospital San Martín. Las cámaras de seguridad demuestran que la mujer nunca entró a la institución como declaró Martinez aquel día. Además dio su testimonio en la causa una empleada del nosocomio: “Con respecto a la ciudadana Sepúlveda, no hay ningún registro ni escrito ni informático ni historia clínica de atención por obstetricia ni ginecología”, concluyó Romero.
Los estudios médicos practicados a Sandra Sepúlveda luego de su aparición indican que “al momento del examen se descarta diagnóstico de embarazo y no se observan signos de maniobras abortivas ni de puerperio inmediato” .
Cuando se repasan las fotos que hay tanto en el Facebook de Martínez como en el de Sepúlveda, se puede ver a la mujer con lo que parece una prominente panza de embarazada e incluso a su marido poniendo sus manos sobre ella como suelen hacer los padres que esperan un hijo. Sin embargo, todo parece indicar que esas fotos eran simuladas. Esto es lo que hace pensar a los investigadores que el plan, aunque burdo y con pocas probabilidades de éxito, fue pensado con meses de anticipación.
Con respecto a la mujer, también se le realizó un examen psicológico: “Se encuentra con conciencia clara de sus actos. Orientada y sin síntomas psicopáticos aunque insiste con su increíble relato en cuanto a haber sido 'secuestrada’ por un sujeto y pese a lo constatado por el reconocimiento médico, indica desconocer lo que sucedió con el hijo producto de su gestación", aseguran los resultados del informe.
¿Sepúlveda fue una cómplice voluntaria o una posible víctima de violencia de género?
“El más complicado es Martínez porque está señalado como el organizador del plan. Ademas, en el expediente declararon varias personas de su círculo íntimo que hablan de una personalidad posesiva y manipuladora”, indica uno de los investigadores.
Una amiga íntima de Sandra declaró en el expediente, detalló cómo es la relación de la mujer con su pareja: “Él es manipulador. Además tenía acceso a todas las redes sociales de Sandra y se las manejaba. Hasta mandaba mensajes haciéndose pasar por ella. Sandra se fue 4 o 5 veces y Sebastián nunca hizo nada y ahora de repente se preocupa. Para mí, ella siempre le tuvo miedo”.
Otra mujer que conoce a Martínez y habló ante el fiscal hizo foco en la necesidad casi obsesiva del hombre por el dinero: “Él es muy mujeriego porque siempre fue de chamuyar muy bien. Sé también que tenía mucha necesidad de plata porque andaba tratando de hace cualquier tipo de laburo”. Sus registros comerciales hablan de deudas de larga data a empresas de préstamos y microcrédito.
En paralelo a esto, el hombre, tatuador de profesión, deberá afrontar en los próximos meses un juicio por abuso sexual contra la hija de una ex pareja entre los años 2012 y 2015. Cuando fue procesado en esa causa, el fiscal pidió su detención pero fue rechazada por el juez.
Otro aspecto que el fiscal descarta es que Martínez haya sido engañado por su mujer en cuanto al embarazo: “Ofende la inteligencia más elemental que un esposo pueda ser engañado por su cónyuge de la existencia o no de un embarazo de casi 9 meses, sumado a ello que no se trata de un padre primerizo”, concluyó Romero.
Lo único que por el momento no pudo determinar la Justicia son las razones por las cuales Martínez y Sepúlveda realizaron todo este montaje mediático y judicial. “Una de las posibilidades es que hayan inventado lo del secuestro dentro del hospital con el objetivo de luego realizar una demanda por dinero contra el instituto. Eso carece de sentido si uno se pone a pensar en lo improbable de montar un falso secuestro y luego ganar un juicio. Igualmente son especulaciones en base a las pruebas porque realmente no sabemos los motivos”, dicen desde la fiscalía de Romero.
Los dos imputados tendrán la posibilidad de hablar y defenderse. Lo harán el 16 de diciembre en indagatoria. Llegarán en libertad, ya que el delito que se les imputa es excarcelable.
Sin embargo, a pesar de la imputación y las pruebas en su contra, la pareja insiste en que todo fue verdad.
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