Violencia de género: tres de cada diez mujeres no reconocen espontáneamente las agresiones que sufren

Una investigación detectó que el 87% de las mujeres padeció al menos una situación en la que fue violentada. Los más jóvenes son más escépticos4 a la hora de involucrarse

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En Argentina, entre 2023 y
En Argentina, entre 2023 y 2024 asesinaron a una mujer cada 29 horas en un contexto de violencia de género. (AP Foto/Natacha Pisarenko)

En 2024 se produjeron 283 femicidios en la Argentina. En 2023, la forma más extrema de la violencia de género produjo la muerte de 307 mujeres. Durante esos dos años, 759 hijas e hijos perdieron a sus madres porque fueron asesinadas en medio de un crimen de odio por ser mujeres. Las estadísticas son de La Casa del Encuentro, una organización que desde hace casi veinte años lucha para erradicar estas formas de la violencia. En el país se produce un femicidio cada 29 horas.

No hay nada novedoso en esa información: algunos años, asesinan a una mujer cada 30 horas; otros, más violentos, a una por día. Los femicidios no paran y tanto las organizaciones feministas como miles de mujeres por fuera de esas instituciones salen a la calle cada año para exigir políticas públicas y cambios culturales que erradiquen esa violencia enquistada en la sociedad.

Pero esa urgencia y ese peligro que son la punta más trágica del iceberg de la violencia de género conviven con falta de concientización sobre la problemática por parte de las mujeres pero, sobre todo, de los varones, y con falta de detección de formas más sutiles de este tipo de violencia, que pueden ser la puerta de entrada a sus manifestaciones más trágicas.

Así lo demuestra la primera edición del Índice de Concientización sobre Violencia hacia las Mujeres que elaboró la Fundación Instituto Natura y Avon, que se elaboró a partir de encuestas a 1.612 personas de más de 18 años entre junio y julio de este año. Se trata de una investigación a la que accedió Infobae que, instrumentada por la consultora de opinión pública Quiddity, se repetirá periódicamente para medir la evolución de determinados indicadores. El estudio es regional: se lleva a cabo también en Brasil, Perú, Chile, Colombia y México.

La violencia física es la
La violencia física es la más detectada, y le siguen la verbal y psicológica. crédito Mario Franco/Colprensa

Las encuestas revelaron que sólo el 27% de los argentinos se atribuyen a sí mismos niveles altos y muy altos de concientización sobre la violencia contra las mujeres. Con los datos desagregados, la brecha de género se hace notar respecto de estas variables. Cuatro de cada diez mujeres creen tener un nivel alto o muy alto de conocimiento sobre el tema, mientras que los varones que se ven a sí mismos con ese mismo nivel de información sobre la violencia de género son sólo el 16,2% del total.

A la vez, la proporción de varones que dicen saber poco o muy poco sobre el tema triplica a la proporción de mujeres que se identifican con ese mismo nivel de conocimiento. Aunque queda por delante un largo camino para que la concientización sea más profunda en la población en general, la diferencia entre varones y mujeres es parte del problema.

La erradicación de la violencia de género depende de que la mayor cantidad de personas sepan cómo escuchar y acompañar a una víctima, a qué vías de denuncia y ayuda se puede recurrir, y qué acciones y actitudes se deben evitar para no reproducirla.

Es que la forma más reconocida de la violencia de género es la física, pero tiene múltiples expresiones. En ese sentido, la investigación liderada por la Fundación Instituto Natura y Avon detectó que tres de cada diez mujeres no reconocen espontáneamente como violencia las agresiones que sufren.

“Este es uno de los datos que más nos llamó la atención cuando vimos los resultados: la cantidad de mujeres que, en principio, no creen haber padecido alguna situación de violencia de género y, cuando se les detallan distintas acciones que suponen ese tipo de violencia, se dan cuenta de que sí atravesaron alguna o varias de esas escenas”, describe Florencia Mezzadra, líder de Fundación Instituto Natura en Argentina, en conversación con Infobae.

Tres de cada cuatro personas
Tres de cada cuatro personas declara que ayudaría a una víctima de violencia de género. Crédito: composición Infobae

La investigación que implementó Quiddity da cuenta de que el 55% de las mujeres declara haber atravesado alguna situación de violencia o discriminación por su género. Pero esa proporción alcanza el 87% luego de que a cada encuestada se le enumeren 16 situaciones distintas que implican violencia de género. El salto entre la primera detección y la segunda fue de 32 puntos porcentuales: tres de cada diez mujeres no reconocen inmediatamente determinadas formas de la violencia de género, pero sí reconocen haber sufrido al menos una de esas violencias al verlas descriptas.

¿Cuáles son esas manifestaciones de la violencia machista que padecen las mujeres? Algunas son: recibir instrucciones o cuestionamientos sobre cómo vestirse; que se atribuya un cambio de humor a la condición de mujer o a un cambio hormonal; sufrir situaciones de celos extremos por parte de la pareja y que esa pareja sostenga: “Es para cuidarte”; ser obligada o presionada para mantener relaciones sexuales; no recibir la cuota alimentaria de parte de una ex pareja; no poder disponer libremente del dinero propio ni tomar decisiones sobre ese patrimonio; recibir chantajes sobre la publicación de material íntimo; ser aisladas de sus familiares y amigos; que la vestimenta utilizada sea vista como un justificativo de hechos cometidos por otros; sentir temor por la integridad física y hasta por la propia vida en medio de una discusión.

“Creemos que este índice es un mapa y un faro para saber dónde estamos parados e impulsar una mayor concientización. Respecto de esta brecha entre lo que se percibe como violencia de género espontáneamente y lo que, al escuchar sobre estas distintas acciones, se reconoce como tal, nos parece que hay mucho para trabajar en cuanto a que las mujeres sepan dónde están paradas. Porque en esos hechos o actitudes pueden darse las primeras manifestaciones de formas violentas que se van agravando y ante las cuales conviene estar alertas”, sostiene Mezzadra.

Detrás de la violencia física, la más reconocida por las y los encuestados son la verbal y la psicológica, y con menos nivel de concientización, la económica y la sexual.

La restricción de acceso al
La restricción de acceso al dinero es una forma de la violencia de género

Más de la mitad de las mujeres -el 55 %- recibieron al menos una agresión física a lo largo de su vida, y el 43 % de las encuestadas que alguna vez sufrieron violencia de género no recibieron la cuota alimentaria que les correspondía percibir en tiempo y forma.

Según la investigación, sólo el 23 % de la población cree que hay problemáticas más urgentes que la erradicación de la violencia de género. Entre los varones, esta proporción aumenta aunque no de manera muy significativa. Las amigas, los amigos y la familia, en ese orden, son las personas a las que las encuestadas acudirían en ayuda ante un escenario amenazante por violencia de género, pero sólo una de cada diez acudiría a organismos oficiales especializados en el acompañamiento de estas víctimas.

A la vez, 3 de cada 4 personas aseguran que intervendrían para ayudar en caso de que alguien cercano estuviera atravesando este tipo de situación, y el 97 % de quienes efectivamente estuvieron cerca de una víctima de violencia realizaron alguna acción concreta para ayudar o acompañar.

Sin embargo, quedan aún algunos “inhibidores”, tal como los define la investigación, en cuanto a intervenir ante una situación de violencia de género. Dos de cada tres personas sostienen que una mujer en peligro no buscaría ayuda en organismos oficiales por miedo a una reacción aún más virulenta por parte de su agresor y el 30 % de las personas cree que “lo que pasa en el ámbito de la pareja debe ser resuelto exclusivamente entre esas dos personas”, lo que aísla aún más a las víctimas.

Esa convicción respecto de que se trata de un problema de índole privada de cada pareja es aún más pronunciada entre los jóvenes de entre 18 y 25 años y entre quienes tienen más de 60. Se trata de una noción clave para que la violencia de género se reproduzca. “Entre la franja de encuestados más jóvenes notamos mayor escepticismo respecto de involucrarse en caso de que una mujer necesite ayuda, como si estuviera ‘volviendo’ una idea que tienen las personas más mayores”, explica Verónica Rodríguez Celin, directora de la consultora que implementó la investigación.

El 82 % de las personas cree que la violencia no distingue género, orientación sexual, etnia ni país de origen. A la vez, casi nueve de cada diez mujeres reconocen haber atravesado alguna situación en la que fueron violentadas, aunque no siempre puedan identificarla en una primera instancia.

Tal vez la clave sea, en efecto, que crezca el conocimiento y la concientización sobre una problemática que, en su instancia más feroz, termina en un femicidio y que, por distintas vías, opera cotidianamente. Saber más, tanto las mujeres como los varones, suele ser la vía para identificar mejor, ayudar mejor, reaccionar más a tiempo y empatizar con mejores herramientas.